

Hace poco estrenaron las plataformas de streaming el reality “Los Chávez”. La emisión está dedicada a narrar el anecdotario y peripecias de la familia del que ha sido el mejor boxeador de la historia de México y que ocupa hoy por hoy un lugar de privilegio entre los mejores peleadores de todo el mundo en todas sus categorías. Libra por libra le dicen.
La serie la protagonizan además de Miriam su actual esposa y Nicole la hija menor del pugilista, sus tres hijos -producto de su primer matrimonio con Amalia Carrasco- Omar, Julio y Christian. Los escenarios son Los Ángeles, Culiacán, Tijuana, CDMX y Cancún. A lo largo de seis capítulos se desmenuza sin mucha profundidad la historia del oriundo de Ciudad Obregón Sonora, hijo de doña Isabel y don Rodolfo; y hermano de tres mujeres y siete hombres.

La serie se produjo a regañadientes del campeón. “Los Chávez” muestran a un JCC muy sentimental. Muy “chillón” como él mismo se describe. Se le ve cual tierno hijo, abuelo y suegro. Como padre severo y como marido “mandilón”. Son facetas que le son ajenas a la imagen del varias veces campeón mundial inmisericorde con sus adversarios a los que golpeaba con fiereza hasta lograr el récord mundial de 89 peleas continuas sin derrota, 37 peleas mundiales y 22 nocauts en peleas de campeonato, solo detrás del enorme Joe Louis que fue campeón mundial por largos doce años, Julio lo ganó todo y más. Sólo extrañará acaso una medalla olímpica. Un auténtico hombre-récord Guinness en varias categorías.
El box es el segundo deporte nacional después del soccer en nuestro país. Junto con Los Estados Unidos y Japón somos los líderes de campeones mundiales especialmente en pesos bajos como el pluma, el gallo y el welter.
El box y la lucha mexicanas puede decirse que siempre han tenido éxito de taquilla y audiencias estables. Tienen buenas cifras de audiencias a lo largo de la historia. El público es fiel a sus ídolos enmascarados y a sus fajadores de barrio que logran ratings elevados. Decenas de personajes forman la galería de campeones: el “Chango” Casanova, el “Cavernario” Galindo, el “Kid Azteca”, “Blue Demon”, el “Huitlacoche” Medel, “Ratón” Macías hasta los Olivares, Saldívar, “Mantequilla y Pulgarcito”, el Lupe Pintor, “La Parka”, la “Chiquita” , “El Perro” Aguayo, y el “Maestrito” Canto; y Sal Sánchez y el “Santo” y su hijo. El “Místico”, “Pipino” y “Barreta”. Decenas más hasta que llegó el “César”, el Julio César.
No había habido un campeón tan contundente que rompiera records de asistencia (tiene el primer lugar de espectadores con boleto pagado en el Estadio Azteca con 137 mil 274 de asistentes. El combate con más público hasta entonces fue en 1941 con más-menos 135 mil asistentes en función gratuita entre Tony Zale vs Billy Pryor. Jotacecé llevó las cifras de peiperviú a la estratósfera con sus combates contra Greg Haugen, Randall y contra el sangrón del “Macho” Camacho. Cuenta Julio que al bajarse del ring con la adrenalina al tope cuando venció a ese boricua hablador, esa misma noche se lo llevaron literalmente a convivir en un fiestononoón loco con los capos di capos mexicanos reunidos como cuates, como brothers, ha revelado recientemente.

Julio César lo logró todo de manera contundente pero también lo logró gracias a las grandes bolsas de dinero -que ya se empezaban a otorgar a esos pesos menores al completo-, una cofradía de nuevos y viejos amigos de la maña o de malas mañas. (En entrevista con Yordi Rosado confiesa “haber tratado a fuerza a todos los capos mexicanos. A todos” dijo con énfasis). El alcoholismo tan común en nuestros grandes ídolos acompañó a las nuevas adicciones “populares” como la cocaína además de la yerba verde -entonces no autorizada para su consumo lúdico- que le provocaron al campeón deslizarse en un oscuro tobogán. Lo común de nuestra historia boxística y de la lucha libre es que esos toboganes llevan a los otrora campeones al precipicio de la pobreza e incluso les genera ideas suicidas. La tragedia de muchos peleadores estelares termina cuando agotaron sus bolsas de dinero acompañados de terceros y terceras, lejos de sus familiares. En cuanto se acaban sus dólares esas amistades se esfuman mágicamente. El destino de los reyes es volver al barrio a ejercer algún modesto oficio cuando bien les va.
En entrevistas, JCC menciona el doloroso padecimiento que incluso le llevó al sonorense a intentar quitarse la vida: los dos primeros disparos no tenían proyectil en la recámara, el tercero alcanzó el techo gracias a la maniobra salvadora de su cuñado, ha contado el campeón. La serie de Disney camina más por lo circunstancial sin mucha profundidad, pero alcanza a dibujar las dificultades del éxito que lo llevó a situaciones familiares violentas y a un abandono doloroso de momentos con sus cercanos mientras andaba en la fiesta. Con gran voluntad el final hasta ahora es feliz después de tres lustros de combate fajador haciéndole con tino actualmente, al narrador televisivo. Ejemplo arriba y ahora abajo del ring.
Lo más valioso de la serie ocurre en el relato de la superación -siempre con ayuda-, del triunfo y la salida del sótano de las adicciones a fuerza de voluntad, de férrea voluntad personal. A tiempo JCC decidió enfrentar esas adicciones tan costosas para la salud y el bolsillo. Desde la cumbre, iniciada la caída en los primeros años del siglo XXI supo detenerse oportunamente y no sólo paró sus tentaciones, también las combatió destinando muchos recursos para crear instituciones de ayuda a jóvenes caídos en desgracia. Formó la “Clínica Baja del Sol” en su antigua residencia en Culiacán y dos más en Tijuana. Ahí mismo donde las francachelas proverbiales se sucedían entre pelea y pelea hoy mismo esa finca sinaloense está destinada a rescatar a jóvenes adictos que deciden también parar.
La serie los Chávez revela que el campeón ya tiene corona: como si fueran quince rounds de combate por el campeonato mundial como en los años pasados Julio ha cumplido venturosamente quince larguísimos años de limpieza total. Nada de drogas y alcohol por venturosos 180 meses de abstinencia. Menuda pelea ha librado nuestro campeón digno de todo mérito como fue su exitosísima carrera boxística. La serie “Los Chávez” es apenas regular, pero es rica en tanto revela una batalla ejemplar fuera del ring que la gran mayoría desconoce. El vencedor de esta pelea es… ¡Julio César Cháaavez¡ grita el anunciador mientras el réferi le levanta el brazo.

La World Wrestling Entertainment WWE acaba de estrenar sus carteleras en Netflix, clásicas en la televisión de paga normal mudándose a las redes y las plataformas y cambiando la manera americana de mirar las artes del pancracio el lunes por la noche. “Para documentar su optimismo” dijera aquél, Donald Trump acaba de nombrar secretaria de Educación a la socia y esposa del propietario de esa liga WWE Linda Mc Mahon, que fundaran una pequeña empresa local de lucha libre y hoy es el gigante del entretenimiento internacional de ese deporte. Si leyó bien secretaria de Educación. Unos veintitantos mexicanos luchan en la WWE. Acaba de debutar Penta Zero de Ecatepec. Por su parte, El hijo de Rey Misterio ha sido dos veces campeón mundial en esa confederación de lucha.
La presidenta Claudia Sheibaum recibió hace unas semanas a Saúl “Canelo” Álvarez quien le pronosticó grandes triunfos y le ofreció acompañarla en la magna clase de box que buscara romper todos los récords de participación al celebrarse en todas las plazas del país, el próximo seis de abril de este 2025. Así se ha anunciado. Esperemos que miles de niños, hoy también niñas jóvenes y adultos e incluso viejitas y viejitos se pongan sus guantes -si los tienen- para un récord que promueva la práctica del deporte y la salud.
Esta semana con ese mismo propósito Miguel Torruco Garza, director de Promoción al Deporte y el Bienestar del Gobierno Federal visitó a la Gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia para refrendar el compromiso morelense de participar en esa clase nacional de boxeo. Firmó ya la gobernadora González ese compromiso del estado de Morelos respaldando la iniciativa presidencial.
El pelirrojo es hoy por hoy el atleta mejor pagado de México y uno de los más caros deportistas del mundo. ¡Nos hace falta ver más baax! Nos dice el nuevo “embajador” Silvestre Stallone alias Rocky.

Vaya el mayor de los reconocimientos y homenajes al “César” del boxeo que se ciñe la corona de la abstinencia por quince años. Ha ganado el mejor campeonato del mundo mundial como se dice ahora. ¡Enhorabuena, campeón! Al César lo que es del César Chávez. Su actual esposa le ciñe cada día la Corona al Campeón que se merece todos los aplausos y las porras del México que se estremecía con sus nocauts y casi lloraba – como el Chicharito Hernández- cuando se entonaba el emotivo himno nacional. JCC todo se lo debe a su manager y a la Virgencita de Guadalupe, diría un ratón. Bien por esos quince años limpio.
*Director General de Factor D Consultores
Los Chávez, el nuevo reality de Disney sobre la vida y familia del campeón. Foto: Disney+
Julio César Chávez es la más grande leyenda del boxeo en México. Foto: Cortesía

El combate contra Óscar de la Hoya en 1996. Foto John Gurzinski / AFP vía Getty Images
El combate Chávez-Randall. Foto: Especial
