Los pueblos indígenas o pueblos originarios como debería llamárseles, representan una parte esencial de la diversidad humana, conservando modos de vida y conocimientos únicos de todas las regiones del mundo, por ejemplo, más del 80% de las lenguas reconocidas globalmente son indígenas, lo que refleja una riqueza cultural invaluable; estas prácticas culturales son portadoras de saberes ancestrales y cosmovisiones de transferencia intergeneracional que hacen un llamado inminente para su reconocimiento y conservación.
Desde las remotas islas del Pacífico hasta la vasta selva amazónica, la herencia cultural de los pueblos originarios se ha inscrito en las Listas del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, en este contexto, la UNESCO ha tomado un papel protagónico en la protección de las lenguas y expresiones culturales de estos pueblos a través de iniciativas como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas o la Convención de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial; como resultado de las dos décadas de arduo trabajo, la convención ha transformado la forma en que se protege este legado, hoy se promueve un enfoque más holístico y centrado en las propias comunidades, fomentando la creación y el mantenimiento de prácticas que refuerzan la identidad cultural de las comunidades indígenas.
Ese es el caso de Celebrating the Living Heritage of Indigenous People, una publicación que destaca la riqueza del patrimonio vivo de los pueblos indígenas, este libro publicado por la UNESCO es fruto de la dedicación del equipo multidisciplinario, encabezado por la Dra. Cristina Amezcua Chávez, quien dirige la Cátedra de investigación UNESCO sobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.
El Auditorio Juan Dubernard del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en el Palacio de Cortés, recibió al grupo de destacadas antropólogas y antropólogos encargados de realizar esta publicación, entre ellos Lourdes Arizpe Schlosser, Cristina Amezcua Chávez, Edith Pérez Flores, Carolina Buenrostro Pérez, Maite Zeisser Gutiérrez y Rodolfo Candelas Castañeda, director del recinto.
El valor del patrimonio cultural
Esta obra recoge los testimonios vivos de diversos pueblos indígenas adscritos a la lista del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, las experiencias presentadas en este libro pretenden ilustrar cómo la salvaguardia del patrimonio vivo puede sentar las bases y contribuir a un futuro más sostenible y equitativo para los pueblos indígenas; “este esfuerzo global no solo celebra, sino que también honra a las comunidades originarias por salvaguardar sus culturas vivas, con esta publicación, nosotros buscamos asegurar que estas expresiones culturales sigan floreciendo y enriqueciendo a la humanidad en todo el mundo”, dijo Fernando Lozano Ascencio, director del CRIM, UNAM.
Durante la presentación la Cristina Amezcua resaltó la magnitud de conjuntar diversos enfoques, “contamos con la gran visibilidad que brinda la UNESCO, que tiene un impacto significativo en las políticas públicas relacionadas con estos temas a nivel internacional, pero también es importante destacar la participación de instituciones locales, como la UNAM y el museo que nos acoge hoy, que facilitan el diálogo original, creativo y propositivo con los pueblos indígenas”, continua, “este proyecto ha logrado lo que buscábamos: recoger y compartir las voces de muchas comunidades que hablan distintos idiomas y que tienen formas diversas de pensamiento y acción, la publicación es de acceso libre y gratuito, por el momento está disponible en inglés, pero a partir de octubre estará lista la traducción al español y francés, a finales de año contaremos con la versión impresa; esperamos que llegue a muchas personas, porque la voz de los pueblos indígenas es increíblemente rica en experiencia, historia y enseñanzas.”
Explicó, además, que, para llevar a cabo esta publicación, se tuvo que navegar entre varios idiomas, “el equipo a cargo del proyecto tuvieron que trabajar con traducciones de más de tres lenguas, por lo tanto, fue necesario contar con traductores culturales, quienes no solo tradujeron palabras, sino también las formas de comunicación y expresión de estos pueblos, fue un vaivén en una compleja cadena de traducción, desde el idioma indígena, pasando por el portugués, luego el español y finalmente el inglés, para cumplir con los requisitos de la UNESCO, este proceso fue un desafío, pero también muy enriquecedor.”
En otro momento de la presentación, Carolina Buenrostro subrayó la importancia del proyecto desde una perspectiva nacional e internacional: “es un orgullo que un grupo mexicano que habla español esté llevando a cabo este proyecto de talla internacional, estamos abriendo un nuevo campo de investigación antropológica”, ella destaca la importancia de las negociaciones con las comunidades y la necesidad de que estas enviaran sus propias imágenes y representaciones, “se les pidió que enviaran fotografías en las que ellos mismos se representaran, porque es su visión la que se tiene que compartir, nos aseguramos que tanto las fotos como el texto se ajustaran a sus deseos”.
Un baluarte en la antropología contemporánea
La antropóloga Lourdes Arizpe Schlosser, ha sido un pilar en las discusiones y debates (desde el siglo pasado) sobre protección del patrimonio cultural inmaterial, su papel fundamental en la convención UNESCO del 2003 su participación ha ayudado a resignificado el concepto de patrimonio, ella nos comenta que esta publicación refleja el resultado de años de reuniones y trabajo para la salvaguarda de las manifestaciones culturales vivas que forman parte de las identidades de las comunidades: “a dos décadas de dicha convención, los frutos de ese esfuerzo son evidentes, miles de programas alrededor del mundo han puesto en la agenda global la importancia y el valor del patrimonio cultural inmaterial, este avance no es fortuito, es el resultado de una serie de políticas que, en México, comenzaron ya en los años 50 bajo el nombre de «rescates etnográficos»; estos programas buscaban preservar los debates filosóficos y políticos, así como los aportes históricos de los pueblos originarios de México, una política que pronto atravesó fronteras, llegando a impactar a toda América Latina. […] después de largos debates en la UNESCO, se logró establecer un concepto más claro de patrimonio intangible e inmaterial, esto abrió nuevas posibilidades para el reconocimiento de los pueblos indígenas y autóctonos en todo el mundo; hoy, con la ayuda de una nueva generación de antropólogos, como Rodolfo Candelas, y de líderes comunitarios, seguimos cumpliendo con este mandato, asegurando que el patrimonio cultural siga vivo y evolucionando en nuestras comunidades.”
Una persona sin cultura es como una cebra sin rayas
Al término de la muy nutrida presentación, el director del Museo Rodolfo Candela compartió una reflexión sobre una de las frases de la comunidad Maasai (Kenia, al norte de Tanzania, en África Oriental), «una persona sin cultura es como una cebra sin rayas», en la naturaleza las rayas de la cebra la protegen al ayudarle como camuflaje entre las hierbas altas, para confundir al león, esta metáfora ilustra la importancia de la cultura como defensa e identidad, comenta Rodolfo, “estas frases, aunque parezcan simples, tienen capas de significado, esta publicación actúa como un puente para que este conocimiento, refranes y frases lleguen a nosotros”, sigue, “les aseguro que aquellos que lean esta publicación les moverá profundamente, en las páginas se pueden escuchar las voces de los pueblos allí manifestadas; […] me quedo profundamente marcado por la visión del pueblo de los Maasai, recuerdo que en una de las reuniones, los Maasai comenzaron con una ceremonia, lo cual nos mostró la gran sensibilidad que ellos tienen para respetar el tiempo, que no era nuestro, ni de la institución, sino de ellos”.