loader image



 

Europa Press / La Jornada

Una nueva técnica de detección de microplásticos descubrió que las tres partes de la anatomía del coral (mucosidad superficial, tejido y esqueleto) contienen esta clase de desechos artificiales.

Estos hallazgos también pueden explicar el problema del plástico desaparecido que ha desconcertado a los científicos, ya que alrededor de 70 por ciento de la basura plástica que ha entrado en los océanos no se puede encontrar. El equipo autor del estudio plantea la hipótesis de que el coral pudiese actuar como un sumidero de microplásticos al absorberlos de los océanos. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Science of the Total Environment.

En el sudeste asiático, la contaminación plástica se ha convertido en un problema importante. En conjunto, se vierten anualmente casi 10 millones de toneladas de residuos sintéticos, lo que equivale a un tercio del total mundial, explica el profesor adjunto Suppakarn Jandang, del Instituto de Investigación de Mecánica Aplicada (RIAM) de la Universidad de Kyushu y primer autor del estudio. “Parte de este componente químico se vierte en el océano, donCon el fin de estudiar el problema de la contaminación en el sudeste asiático, el RIAM se asoció con la Universidad Chulalongkorn de Tailandia en 2022 para establecer el Centro de Estudios de Plásticos Oceánicos. El instituto internacional está dirigido por el profesor Atsuhiko Isobe, quien también forma parte del equipo de investigación detrás de estos últimos hallazgos.

El equipo quería examinar el impacto de los microplásticos en los arrecifes de coral locales, por lo que centró su trabajo de campo en la costa de la isla Si Chang en el golfo de Tailandia. El área es conocida por sus pequeños arrecifes de coral, además de ser una zona común para estudios antropológicos.

El coral tiene tres partes anatómicas principales: la mucosidad superficial, la parte exterior del cuerpo del coral; el tejido, que son las partes internas del coral; y el esqueleto, los depósitos duros de carbonato de calcio que producen. Nuestro primer paso fue desarrollar una forma de extraer e identificar microplásticos de nuestras muestras de coral, indica Jandang en un comunicado.

En total, recolectaron y estudiaron 27 muestras de coral de cuatro especies. Se encontraron 174 partículas microplásticas, la mayoría cerca del ancho de un cabello humano. De los desechos artificiales detectados, 38 por ciento se distribuyeron en la mucosidad superficial, 25 en el tejido y 37 se encontraron en el esqueleto. En cuanto a los tipos de residuos sintéticos, el equipo descubrió que el nailon, el poliacetileno y el tereftalato de polietileno (PET) eran los tres más frecuentes, representando 20.11 por ciento, 14.37 y 9.77, respectivamente, de las muestras identificadas.

Estos nuevos hallazgos también indican que el coral puede actuar como un sumidero de plástico marino, secuestrando los desechos plásticos del océano, de la misma manera que los árboles retienen el dióxido de carbono del aire.

Los corales que estudiamos esta vez están distribuidos por todo el mundo. Para obtener una imagen más precisa de la situación, debemos realizar estudios exhaustivos a escala mundial sobre una variedad de especies de corales, concluye Isobe.

Acción internacional conjunta

Según un nuevo informe, la ciencia ha proporcionado pruebas más que suficientes para fundamentar un enfoque colectivo y global para abordar la continua propagación de la contaminación por plástico.

En un artículo publicado en la revista Science, un grupo de expertos afirma que nunca ha sido más urgente adoptar medidas a escala mundial para abordar todas las formas de microplásticos.

Está claro que la legislación vigente por sí sola no es suficiente para abordar el desafío, afirman, y el Tratado sobre la Contaminación por Plásticos de Naciones Unidas (que se someterá a su quinta ronda de deliberaciones en noviembre de 2024) presenta una oportunidad tangible para una acción internacional conjunta.

Sin embargo, para que un tratado de este tipo sea realmente eficaz, debe comprometerse a una reducción general de la producción de plástico junto con medidas para reducir la emisión y liberación de partículas a lo largo de todo el ciclo de vida del material sintético. No hacerlo, añaden los investigadores, podría conllevar un alto riesgo de daño ambiental irreversible.

El artículo fue escrito para conmemorar el 20 aniversario del primer estudio, también publicado en la revista Science, en el que se acuñó el término microplásticos para describir los fragmentos microscópicos de plásticos en nuestros océanos.

Arrecife de coral en las Islas Marshall en el océano Pacífico. Foto del Allen Coral Atlas / Ap – La Jornada