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Al menos un centenar de personas continuaron para finalizar agosto con un ritual para que sigan mejor los temporales de lluvia y también realizaron el tradicional “huencle” para el agradecimiento a los “aires”, junto con la petición de que haya mejores tiempos.

Aunque ya no se junta la cantidad de personas que antaño se lograban para la realización de los rituales combinados con cuestiones prehispánicas y de la misma iglesia católica en Coatetelco, sí se vio nutrida participación de vecinos de este municipio autóctono en el que destacaron las ofrendas de alimentos, sahumerios, cantos, palmas, ramos de flores, arreglos florales y la numerosa procesión de vecinos del centro y colonias.

Los participantes, feligreses lancheros, campesinos y de todo tipo de oficios, se concentraron alrededor de las 10:00 horas del pasado martes en el atrio del templo católico del lugar dedicado a “San Juan Bautista” y “aquí nos reunimos para irnos en procesión para pedir por la lluvia hasta el ‘Cerro de Teponazillo’ que se ubica junto a la laguna del lugar”, comentó uno de los participantes que prefirió el anonimato. Llevan la imagen de “La Virgen de La Candelaria” y de “San Juan, Bautista”. Marchan pausados, es la procesión católica. Sacan a los santos del templo y los llevan al citado cerro.

Ya en el cerro, luego de instalar a los dos santos cerca, y entre las 17:00 y 18:00 horas se concentran en un punto adaptado para la colocación de los alimentos a los “airecitos”, el “huencle”, es una especie de hoyo con paredes de tecorral de “piedra bola”, grande, con escalones improvisados también con grandes piedras. Los alimentos los colocan en una plancha también del mismo material, le riegan refresco, ponen vasijas con líquido, también colocan en platos un guisado de pollo en mole verde y tamales y bebida alcohólica.

Desde el “huencle” se tiene una vista privilegiada, el horizonte, parte del cerro reverdecido por las intensas lluvias de los últimos meses y al fondo su laguna de color azul por el reflejo del cielo.

Aquí los visitantes conviven después de instalar las ofrendas, velan toda la noche a las imágenes de “San Juan Bautista” y de “La Virgen de La Candelaria” junto al “huencle” y al día siguiente baja la procesión con los santos, para llegar al templo del lugar, donde alrededor de las 12:00 horas se oficia una misa, misma que concluye con rezos. Los feligreses también lanzan “cuetes” para la conclusión de los ritos.

Es una tradición de muchos años, los organizadores son herederos de quienes en su momento la llevaban a cabo, sus padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y demás lo hacían y ellos son los encargados de invitar al pueblo año con año para que también participen, comentaron a este medio.

Se dicen convencidos con que dicho “Cerro de Teponazillo” que acompaña a su laguna es una pirámide cubierta y es una de las razones por las que conservaron el ritual, ahora junto con la iglesia católica.

Expresaron que cada vez participaban menos habitantes de Coatetelco, sin embargo, ante la sequía que azotó Morelos y que provocó cuantiosas pérdidas económicas para productores del campo, del que este lugar originario no fue la excepción, esto, aunado a que también dicha laguna estuvo a punto de secarse, creen que atrajo más participación de los campesinos de este punto ubicado al poniente de la entidad morelense.

Aunque poco a poco los organizadores y participantes se han abierto, aun se guarda recelo, no les gusta dar entrevistas, ni que se les mencione, “antes no dejaban tomar fotos, pero ahora ya se abrieron un poco”, comenta un participante.

Como se ha informado en este espacio, un ritual más que realizan los vecinos de este lugar autóctono de Morelos que logró su municipalización, es el ritual que hacen los lancheros a “La Virgen de Guadalupe”, le ofrecen también un “huencle” año con año desde hace más de tres décadas en el aniversario del 12 de diciembre, 2023 no fue la excepción.