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Alexa Varela*


Para el aclamado cineasta Armando Casas, el cine es su medio de expresión favorito porque, sencillamente, es el más completo. El séptimo arte es para Casas “es una de las formas de expresión personales más completas. Nació después de otras artes y ha absorbido elementos de la literatura, el teatro, la pintura y la música”. Para él, por eso el cine es un exponente primordial de la creatividad desde su juventud.

Durante la séptima edición de las Jornadas de la Comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), organizadas por la maestra. Helene Blocquaux, catedrática del Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales (IIHCS), estudiantes de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y de otras facultades tuvieron la oportunidad de asistir a conferencias impartidas por distinguidas personalidades del medio cinematográfico.

Armando Casas, originario de la Ciudad de México, es un director y productor de cine ampliamente reconocido por su labor tanto en la creación cinematográfica como en la academia. Licenciado en Cinematografía por el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, ha sido una figura clave en la formación de cineastas en México. Con una destacada carrera en la producción y dirección.

Ha trabajado en más de veinte largometrajes de ficción y documental, entre los que se encuentran «Un mundo raro», «Familia Gang» y «Malacopa», así como en decenas de cortometrajes, programas de televisión y documentales, en los que ha colaborado con cineastas como Bertha Navarro y Guillermo del Toro.

Durante una entrevista posterior a su master class del 18 de septiembre en el auditorio Emiliano Zapata Salazar, Casas compartió sus reflexiones sobre el cine, su evolución como director y los desafíos que enfrenta en la industria.

Al abordar su trabajo, mencionó su evolución como director, destacando que una de las constantes en su labor ha sido el uso de la ironía. “No necesariamente tiene que ser comedia, aunque me gusta. La sencillez en la forma de contar historias es algo que siempre he buscado”, señaló. Esta búsqueda de la sencillez, según él, es un objetivo complejo que todo artista persigue y afirmó que la sencillez y la simplicidad no son lo mismo, ya que la sencillez es una cualidad del arte que es muy difícil de lograr.

Casas también compartió anécdotas sobre los obstáculos que enfrenta durante las filmaciones. Recordó momentos angustiosos cuando, a poco tiempo del rodaje, no contaba con el actor principal. Sin embargo, con una mirada optimista, aseguró que siempre encuentra soluciones y, a menudo, el resultado final supera las expectativas iniciales.

Al hablar sobre los criterios que lo motivan a elegir un proyecto, enfatizó la importancia de que este lo conmueva, ya que “eso es muy difícil, pero es lo más importante”. Continuó mencionando que le atraen las ideas que son paradójicas y que generan ironías. “A mí me gusta la sencillez y la complejidad. Me atraen las paradojas y las ironías; eso es lo que más me interesa en un proyecto”, afirmó.

Por otra parte, compartió su visión sobre la medición del éxito de una película. Según Casas, este se mide no solo por su creación, sino también por su distribución y aceptación en festivales. “Si la película es bien aceptada en festivales, se logran buenos canales de exhibición: en salas de cine comerciales, en cinetecas, en salas de cultura y, por supuesto, en plataformas”. Cuando se tocó el tema de la distribución en el comercio ilegal, mencionó: “Es interesante notar que no hay piratería de productos que no son demandados a nivel formal”. Reconoció su impacto negativo en los derechos de autor, pero también apuntó que, en algunos casos, ha sido un medio para que las películas lleguen a más público. “Siempre es deseable que los productos estén bajo los paradigmas legales, y así debe ser, pero finalmente, como autor, uno busca que las películas se vean lo más posible”, reflexionó.

Finalmente, Armando Casas dirigió un mensaje a los jóvenes cineastas morelenses que están comenzando en la industria: “Sean auténticos. Hablen de lo que realmente les mueve y les importa. La autenticidad, si está acompañada de sensibilidad, puede trascender”.

Esta visión que nos brinda Armando Casas destaca la relevancia de la autenticidad y la sensibilidad en el cine, valores que son esenciales para aquellos que buscan dejar una huella en la industria. Su trayectoria, marcada por la ironía y la complejidad, nos recuerda que el verdadero arte no solo entretiene, sino que también nos lleva a la reflexión, motivando así a las nuevas generaciones de cineastas a contar sus historias con valentía y autenticidad, asegurando que el cine continúe siendo un reflejo vivo de nuestra realidad y cultura.

*Estudiante del séptimo semestre de Ciencias de la comunicación, UAEM.

Fotos: Luis Gahel Carvajal Ariza