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Cumple 25 años el decreto de reserva

 

+ En 1999 fue creado el Centro de Educación Ambiental e Investigación de la Sierra de Huautla para proteger 59 mil 310 hectáreas

+ Pese a diferencias, la UAEM y la comunidad han logrado un trabajo colaborativo para mantener el último reducto de selva baja

+ El Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación ha logrado proteger la reserva y visibilizar su importancia para el medio ambiente

 

El nueve de septiembre de 1999, Morelos era un estado cuya política interna padecía la resaca que provocó la renuncia del gobernador, Jorge Carrillo Olea en medio de una crisis política que llevó a integrar un “gobierno de reconciliación”, a cargo de Jorge Morales Barud.

El ambiente local era de voluntad para superar las múltiples crisis heredadas y de recuperación de algunos proyectos de impacto social abandonados con la llegada de Carrillo Olea al poder, entre ellos, el más relevante era el de Educación Ambiental que la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y el naciente Instituto de la Educación Básica (IEBEM), iniciaron como un proyecto piloto en algunas escuelas y donde ya se hablaba de la Selva Baja Caducifolia, la Sierra de Huautla, y la necesidad de declarar reserva ecológica.

Uno de los promotores más activos de la iniciativa de educación ambiental era el investigador Óscar Dorado Ramírez, quien junto con su equipo promovió la iniciativa con el gobernador, Antonio Riva Palacio López. El cabildeo intenso de Óscar Dorado, lo que él llamaba “biopolítica” consiguió el respaldo suficiente para llevar el proyecto a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), que apoyó la declaratoria de Reserva de la Biósfera para la zona, donde ya desde 1994 funcionaba el Centro de Educación Ambiental e Investigación de la Sierra de Huautla (Ceamish).

El proyecto Q025 presentado a la Conabio, identifica a la Sierra de Huautla como uno de los últimos reductos de Selva Baja Caducifolia y explica en su resumen: “Investigaciones preliminares realizadas en la Sierra de Huautla (SH), muestran una gran diversidad biológica y es considerada como región prioritaria para la conservación. Por su gran relevancia a nivel global, se considera que la Sierra de Huautla debe convertirse en una Reserva de la Biósfera”.

El texto cuyo responsable es Óscar Dorado, advierte que “exploraciones llevadas a cabo en regiones adyacentes al oeste de la zona sujeta a conservación ecológica, en la región de Cerro Frío, evidencian la importancia de extender los trabajos de conservación hacia dicha región. Con base en este planteamiento, el presente proyecto tiene como objetivos principales la identificación de las áreas consideradas con gran potencial para ser incluidas en dicha Reserva de la Biósfera”.

El trabajo por la declaratoria de protección a la zona convirtió al Ceamish en una de las más importantes iniciativas ambientales de la UAEM.

La Reserva de la Biósfera Sierra de Huautla. Foto: UAEM

Mapa

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Área de la Reserva de la Biósfera en la Sierra de Huautla. Foto: Cortesía

 

Un proyecto de avanzada poco comprendido

Por aquellos tiempos, un entusiasmado Óscar Dorado promovía la instalación de Huautla como un espacio para la investigación, pero también para la educación ambiental para lo que se había añadido un componente del que se empezaba a hablar en varias partes del mundo: el turismo ecológico.

Las instalaciones de Huautla tienen cabañas para alojar visitantes interesados en conocer de primera mano la enorme biodiversidad de la Selva Baja Caducifolia, visitar el pueblo cercano San Francisco de Huautla, y su abandonada mina.

Las investigaciones empezaron a fluir, decenas de artículos científicos fueron publicados refiriendo a Huautla, la Selva Baja Caducifolia, el terrible impacto de la actividad minera en la salud y la biodiversidad, las especies protegidas y su hábitos y relevancia para el ecosistema, el catálogo es amplísimo e incluye desde trabajos de los más connotados científicos morelenses y de otras partes del país, hasta ensayos, tesinas y tesis de estudiantes de licenciaturas y posgrados.

El pueblo de San Francisco Huautla fue fundado en 1570 como una comunidad minera, así que el cierre de la actividad significó un impacto radical para sus pobladores a quienes se ofreció el turismo como alternativa de ingresos. Sin embargo, de acuerdo con los pobladores que tomaron las instalaciones del centro, tal opción no rindió frutos para ellos.

Un grupo de personas en un zoológico

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El pueblo minero de San Francisco Huautla. Foto: Cortesía/UAEM

La tradicional fiesta de San Francisco de Asís en Huautla. Foto: cortesía Parroquia de San Francisco de Asís.

Restaurando la confianza

La relación entre la UAEM y los pobladores no fue sencilla y durante los últimos 25 años hubo momentos de enorme tensión que incluso llevaron al cierre temporal de las instalaciones de la estación biológica universitaria.

En mayo del 2023, Gerardo Gama Hernández, entonces director de la escuela de Turismo de la UAEM y actualmente secretario de Extensión de la institución, dialogó con los habitantes, y autoridades municipales y auxiliares para avanzar en acuerdos para la reapertura del centro y de su actividad turística. Entonces aseguró: “la universidad no quiere dinero, el dinero va para la comunidad”.

Gracias al diálogo se ha podido restaurar la confianza entre la administración universitaria y los pobladores de la zona.

Los trabajos del centro, cuyas oficinas centrales están en el campus Chamilpa de la UAEM, no se han detenido nunca, aún cuando ha habido ocasionales cierres de la instalación en la Sierra de Huautla.

En la administración de Fernando Bilbao Marcos, se determinó cambiar el nombre del Ceamish por el de Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación; el nuevo nombra he permitido que se refuercen sus trabajos y se amplíen sus áreas de influencia.

Actualmente, el Centro cuenta con biblioteca, herbario con 27 mil 770 ejemplares; colección mastozoológica con tres mil ejemplares conservados en piel y esqueleto; colección de insectos con 19 mil ejemplares; un laboratorio territorial con sistemas de investigación geográfica; y por supuesto sus estaciones biológicas; una en El Limón (Tepalcingo), y otra en Quilamula, Tlaquiltenango; que en conjunto pueden alojar hasta 50 personas cada una.

¿Qué hay en la sierra de Huautla?

La reserva de la Biósfera Sierra de Huautla es hogar de flora como el copal, cuachalalate, tecolhuixtle, tlahuitol, amate, acacia, senna, mimosa; y fauna representativa, como iguana negra, chachalaca pálida, trogón elegante, mariposa de barón, escorpión, tecolote del Balsas, guacamaya verde, colibrí corona violeta, gavilán, jaguarundi, pájaro bobo, pumas y linces. Todas ellas protegidas y observadas permanentemente por investigadores de la UAEM y la comunidad de San Francisco Huautla.

Un búho con la boca abierta

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Tecolote del Balsas. Foto Conanp

Un reptil sobre una roca

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Iguana negra. Foto Conanp

Un árbol sin hojas

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Amate amarillo