Por Gina Batista, especial para La Jornada Morelos
Al iniciar en Cuernavaca su “Ruta por la Libertad y Gratitud” Rosario Robles señala que mientras estuvo recluida injustamente, Mariana, su hija, realizó una gran lucha por defender su inocencia y su verdad, ella recorrió prácticamente todo el país y hubo gente que la abrió las puertas y sus corazones. Morelos fue uno de esos estados, Cuernavaca en especial.
“Viví momentos muy obscuros. Me parece que es muy importante dar las gracias, vivimos momentos difíciles y esos mensajes de la gente fueron gran parte de mi fortaleza”, comenta en entrevista, fuera del acto formal ante un auditorio de científicas, abogadas, notarias, ingenieras, empresarias, maestras y representantes de diversas organizaciones civiles.
“Hay quienes en este Gobierno, teniendo posiciones muy importantes, han mantenido silencio cómplice ante los retrocesos que ha habido en materia de políticas públicas que nos beneficiaban a las mujeres”, subraya.
Donde se pare, Rosario es una mujer política, hoy está aquí en Morelos y la efervescencia no se hace esperar, “sobre todo entre las mujeres -apunto- aunque la doctora Sheinbaum dice que es el tiempo de las mujeres porque ella está allí…”
“No -corrige- el tiempo de las mujeres lo venimos construyendo desde hace muchísimos años. Soy de una generación que le tocó abrir espacios porque no los teníamos en la política (entonces solo éramos representantes de casilla y las que hacíamos las tortas) y empezamos a luchar por cuotas y espacios en los órganos de representación de los partidos, en las diputaciones, el Senado y después logramos la paridad en el sexenio pasado, pero la paridad como un objetivo; yo, como feminista, siempre he dicho que el cuerpo de mujer no garantiza perspectiva de género ni compromiso con los derechos de las mujeres, por eso acuso que hay en el gabinete actual, silencios cómplices que han callado cuando se nos quitaron las escuelas de tiempo completo, las estancias infantiles, los refugios contra la violencia familiar, ahora se quieren desaparecer las normas oficiales para enfermedades como el cáncer cérvico uterino”.
“Vivimos en un México feminicida en donde las mujeres desaparecen – Morelos ocupa el tercer lugar en esa estadística. Es un México con mucho dolor y que tiene mucho miedo. Nosotras las mujeres somos las que tenemos más miedo, tenemos miedo de que nuestras hijas no regresen a la casa, miedo de salir, de no tener para que nuestros hijos coman. Habíamos avanzado respecto a las políticas públicas para las mujeres pero, lamentablemente, su eliminación nos ha colocado en una situación de franca desventaja, y las mujeres que participan en el proyecto de López Obrador, han mantenido silencio”.
El evento organizado por asociación civil “Hazlo Ya” duró casi dos horas. Rosario Robles borró cualquier asomo de temor de como la iba a recibir la sociedad civil en su primera gira: brotó la resiliencia, la complicidad y esa afinidad que sólo se puede dar entre mujeres.
El próximo lunes publicaremos la entrevista completa.