loader image

🔴Transmisión en Vivo del volcán Popocatépetl:

Angélica Estrada 

La reciente actividad del volcán Popocatépetl, nos ha hecho plantearnos ¿qué pasaría si el volcán hace erupción? ¿Cuáles serían sus daños? y ¿a qué municipios afectaría?

Existen distintas publicaciones del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde puntualizan que, en caso de una erupción considerable del coloso, los efectos más graves podrían afectar en un radio de entre 20 y 30 kilómetros.

Considerando que las grandes ciudades como Cuernavaca, Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala se localizan a 63, 72, 43 y 53 kilómetros, respectivamente, se podrían considerar a salvo de los mayores daños.

De acuerdo con los especialistas, lo que sí sufrirían esas ciudades serían las afectaciones de lluvias de ceniza volcánica muy intensa y sería de ceniza gruesa – de 1 a 30 centímetros de espesor- más de la que se ha visto hasta esta fecha.

Este evento, refieren integrantes del Instituto de Geofísica, provocaría que las ciudades se obscurecieran -total o parcialmente- habría rayos y relámpagos y no se descarta una lluvia de agua con ceniza; sin embargo, las dimensiones en los daños también serían variables, es decir, si “Don Goyo” hiciera una erupción fuerte, no todas las zonas cercanas verían los mismos impactos.

En total serían 18 municipios los que sufrían los efectos de mayor consideración, comunidades con altos crecimientos demográficos como Amecameca, Yecapixtla, Cuautla, Cholula y Atlixco.

Los mapas de peligros del Popocatépetl incluyen los resultados de simulaciones de hacia dónde podrían extenderse las cenizas, flujos, avalanchas, balísticos y lavas que emanen del volcán. 

Es importante recalcar que, en caso de una erupción muy violenta, “todo quedaría aniquilado en un radio de 15 kilómetros“, escribió Robin Campion, vulcanólogo de la UNAM.

“En un evento catastrófico como este, una capa de ceniza-arena de 1 a 30 centímetros de espesor alcanzaría ciudades como Puebla, Cuernavaca, Tlaxcala y CDMX, perturbando profundamente y, por varias semanas, el transporte terrestre, el drenaje, los vuelos y la red eléctrica”, afirma Campion.

En estas grandes ciudades a salvo de la erupción y sin mayor peligro, excepto por las lluvias de ceniza volcánica, sí tendrían que evitar salir de casa por un tiempo ya que ni los cubrebocas serían suficientes para proteger a los habitantes.

Los especialistas han dividido los riesgos por zona, esto de acuerdo a los radios con el coloso, considerando:

1. Un radio de 15 kilómetros es “zona de alto riesgo”,

2. Un radio de 30-60 km es “zona de riesgo medio” y,

3. En un radio mayor de 60-90 km es “zona de bajo riesgo”. 

Los derrames de lava podrían llegar a varias decenas de kilómetros, con valores típicos de alrededor de 15 a 25 km, dependiendo de las pendientes sobre las que avance.

Entre los peligros que entrañan los volcanes podemos encontrar:

Explosiones: las explosiones producidas en una erupción pueden arrojar material volcánico de diferentes tamaños a grandes distancias provocando una lluvia de proyectiles sobre los terrenos circundantes.

Derrumbes: las erupciones volcánicas a menudo vienen acompañadas de ondas sísmicas y terremotos de diferente magnitud que pueden afectar a las construcciones cercanas y producir derrumbamientos.

Coladas de lava: son flujos de roca fundida que arrasan todo lo que encuentran a su paso. Si bien son muy destructivas, salvo en el caso de las lavas muy fluidas, dado que avanzan muy lentamente, rara vez suponen un peligro para los seres humanos y animales.

Flujos de lodo: se trata de corrientes de lodo conformadas por fragmentos de roca volcánica y ceniza arrastrados por el agua de lluvia o deshielo que discurren por las pendientes de un volcán. Dependiendo de la cantidad de agua y materiales evacuados pueden destruir todo lo que se encuentran a su paso y desplazarse hasta 200 kilómetros de distancia en zonas despobladas.

Avalanchas: en este caso, no de nieve, sino de los escombros procedentes del derrumbe del edificio volcánico afectado por una erupción. Ocurren con poca frecuencia, pero cuando tienen lugar son fenómenos enormemente destructivos.

Nubes y lluvia de cenizas: la erupción de un volcán arroja a la atmósfera grandes cantidades de ceniza volcánica que posteriormente se depositarán en la tierra, a veces formando capas de varios centímetros de espesor. Estas cenizas pueden causar problemas respiratorios en personas y animales, afectar a la flora y cultivos impidiendo a las plantas realizar la fotosíntesis, o contaminando fuentes de agua. En las erupciones volcánicas de mayor magnitud, las cenizas depositadas en la atmósfera pueden llegar incluso a afectar al clima terrestre a nivel global.

Flujos piroclásticos: si los gases que emanan de un volcán no tienen la suficiente energía o la densidad adecuada para elevarse hacia la atmósfera, estos gases a altas temperaturas de hasta 700 grados centígrados, que viajan a velocidades dehasta 550 km por hora, pueden desplazarse ladera abajo del volcán calcinando todo lo que encuentran a su paso.

Emanación de gases: los gases emanados por un volcán suelen dirigirse y dispersarse rápidamente en la atmósfera, pero favorecen la formación de lluvia ácida, la cual puede producir daño en los cultivos, por corrosión o por contaminación de fuentes de agua. Estos gases también pueden alcanzar grandes concentraciones en las partes bajas de un volcán o en zonas deprimidas, donde pueden producir numerosas muertes por intoxicación o asfixia.

Incendios: si la erupción de un volcán se produce en las inmediaciones o cercanía de un bosque, las altas temperaturas generadas suelen propiciar la expansión de incendios forestales añadiendo nuevas consecuencias al desastre.

Aquí es importante destacar que el volcán Popocatépetl, es uno de más vigilados y monitoreados de México, por lo que en caso de ocurrir una eventualidad, se podría actuar con tiempo suficiente para poner a salvo a la población.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *