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Hugo Barberi Rico

  

Solos, floricultores en Tetecala enfrentan los estragos de las primeras lluvias y la escasez de ventas entre semana; los candidatos o políticos, como le llaman ellos, siempre se acercan en época electoral y les prometen apoyos, pero nunca cumplen, como la edil, Rosbelia Benítez Bello, quien “nunca nos dice que no, pero nunca nos apoya”, comentaron Gerónimo Lagunas Trujillo y Eleael Rafael Mendoza, productores asociados de flor de esta región en el poniente de Morelos. 

Comentaron que, por las lluvias recientes, las flores se llegan a manchar y ya han perdido hasta el 50 por ciento de su producción, sin embargo, “nunca, nunca nos apoya el gobierno, cuando vienen las campañas nos dicen que los apoyemos pero ellos no lo hacen con nosotros, a la hora de que le pedimos apoyo, dicen que, para el campo, para la flor de ornato no hay, pero nosotros generamos empleo hasta para 50 personas diarias”, comentó Gerónimo Lagunas. 

 

Añadió que entre semana es difícil la venta, pero hay días como el pasado lunes en el que “vino una camioneta Nissan y que se llevó dos mil o dos mil 500 pesos de flores; necesitamos mucha gente para trabajar y hay para pagar a los trabajadores del campo, el gobierno se da cuenta que generamos mucho empleo”. 

 

Lamentaron que en Morelos no haya apoyo al campo, como en el vecino Estado de México, tanto en subsidios para que compren bombas, y construyan invernaderos, “allá sí hay apoyo, pero aquí no nos toman en cuenta, desagraciadamente”. 

 

Gerónimo, entrevistado junto a su compañero y al pie de la parcela que rentan, de flor blanca, “Argentina”, junto al río Chalma en Actopan, dijo que tiene 20 años radicando y produciendo en Tetecala, “ya soy de aquí, tengo mi casa en la colonia Sonora. La señora Rosbelia Benítez, sabe quién soy y el apoyo que yo le di, ahorita nos tiene totalmente olvidados”, reprochó.  

 

Finalmente, comentó que cada manojo de flor lo dan en promedio a diez pesos de venta directa al público, sin embargo, la base de sus ingresos es la venta con intermediarios que los distribuyen a diversas partes de la República Mexicana, como Jalisco, Sinaloa y estados colindantes con Estados Unidos de América, un producto que se logra por tres meses de trabajo intenso, atención y cuidado.