La generación de 422 empleos formales durante el mes de agosto ayudó, pero no de forma suficiente para la recuperación en el estado que mantiene una pérdida este año de tres mil 79 plazas, el peor desempeño en el estado desde la pandemia; lo que lleva al estado a un déficit de casi 16 mil trabajos formales en el año.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, hasta agosto Morelos ha perdido tres mil 79 empleos en el 2024. La tendencia de pérdida inició en marzo pasado, cuando se cerraron más de mil 500 plazas.
De acuerdo con el colectivo de investigación México Cómo Vamos, en Morelos se tendrían que haber generado, al mes de agosto, 12 mil 800 empleos formales para cubrir la demanda en el estado derivada del crecimiento de la población en edad de trabajar. Sin embargo, la entidad empezó mal el ciclo con la pérdida de 388 plazas en enero; en febrero se recuperó con la creación de alrededor de 800, que se fueron perdiendo paulatinamente, entre marzo y abril.
Ya en mayo, Morelos registraba cifras negativas en la creación de empleos formales con la pérdida de mil 480; en junio la cifra aumentó a 2 mil 626; en julio, a 3 mil 501. Así que los 422 empleos creados en el mes de agosto no significaron un cambio real en el indicador, que mantiene una pérdida acumulada en el año superior a los tres mil.
La peor pérdida de empleos en el estado se dio en junio del 2020, como efecto del cierre de actividades productivas por la pandemia de Covid-19; entonces diez mil 977 personas perdieron sus plazas formales y muchas de ellas aún no las han recuperado.
La constante pérdida de empleo ha provocado que la informalidad laboral en el estado haya crecido en poco más de dos puntos porcentuales hasta el segundo trimestre del año, pasando de 64.9% a 67% del total de trabajadores; una cifra que probablemente, dados los datos de pérdida de plazas, se incremente aún más para el tercer trimestre.
La informalidad laboral en el segundo trimestre creció drásticamente entre los trabajadores hombres, que de 64.6% entre enero y marzo, pasaron a 66.9% entre abril y junio. Las trabajadoras mujeres, en cambio, redujeron una décima su proporción de informalidad al pasar de 67.2% a 67.1%.