La escasez de productos y la inflación han obligado a restauranteros a ajustar sus cartas para evitar aumentar precios y con ello perder clientela, por lo que los empresarios buscan acercarse directamente a los agricultores para eliminar intermediarios y reducir los costos, explicó José Alfredo Acosta Vázquez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac).
Reconoció que el impacto de la inflación depende mucho de la economía de cada establecimiento. Pero el problema “no es tanto a veces el precio, sino la escasez del producto, que no llegue al mercado con oportunidad y en caso de llegar, es acaparado por algunas otras personas que dejan insubsistente de productos el mercado”.
La actual tasa de inflación reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, es de 4.69% en mayo; índice que merma hasta en diez por ciento las utilidades de los restauranteros cuya participación en la economía nacional es superior al 50%. La merma ha obligado a muchos restaurantes a modificar sus menús, dejar de ofrecer algunos alimentos por la falta de algún ingrediente, porque “aumentar precios significa un sacrificio que consiste en perder clientes”.
Pero también se trata de “hacer reingenierías que pongan los productos al alcance de todos. Estamos trabajando para que este verano podamos seguir de pie”. Y en eso Acosta Vázquez es optimista “ya tuvimos una pandemia y nos sostuvimos, seguimos trabajando”.
Explicó que se trata de que clientes y restauranteros vayan de la mano, para mantener la importancia del sector, cuya capacidad de compra de insumos y la cantidad de empleos directos e indirectos que genera en el estado y el país, lo hacen vital para la economía.
La Canirac pidió a las autoridades locales un fomento más fuerte al turismo a través de los medios disponibles “ha habido una respuesta positiva, queremos que siga manteniéndose y participar en ella, los restaurantes, a través de festivales.