La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) envió un mensaje a quienes asumirán los nuevos cargos públicos para que próximos durante sus funciones trabajen en favor de todos los sectores de la sociedad, principalmente en pro de la paz.
A través de un documento firmado por la Mesa Directiva, entre los que destacan el secretario de la CEM y obispo de Cuernavaca, Monseñor Ramón Castro Castro, lanzó un llamado a la unidad en “estos tiempos desafiantes para nuestra nación”, en el que destacó que el reto más grande de una democracia no es obtener la mayoría en las urnas, es visibilizar y dar voz a las minorías políticas, sociales, religiosas, culturales.
Enfatizó que “gobernar es no abandonar. Es no renunciar a la responsabilidad de garantizar el bienestar y la seguridad de cada persona en el territorio nacional. Gobernar es partir de un proyecto de nación comprometido con la construcción de una sociedad más fraterna y justa, donde se fomente la cultura del encuentro y el diálogo”.
Asimismo, lamentó que la barbarie actualmente recorra la mayoría de los municipios en el país, por lo que recordó que la vocación del Diálogo Nacional por la Paz es llamar a la escucha, a la búsqueda de acuerdos, a la exigencia que garantice la seguridad, en especial, de aquellos a quienes les han robado la voz y los derechos.
“Llamamos a visibilizar y a atender a cada minoría, a construir mesas de trabajo que permitan en los municipios y estados, el trabajo conjunto de ciudadanía y gobierno. Ofrecemos acompañar estos procesos desde nuestras posibilidades. Llamamos al Ejército Mexicano, a la Guardia Nacional y a las policías a asumir su responsabilidad y a no abandonar a quienes están siendo vulnerados. Una buena estrategia de inteligencia militar puede desactivar las dinámicas delictivas de los territorios. Faltan decisión y coordinación”, agregó la CEM.
En este sentido, la institución católica llamó al gobierno federal, tanto al Ejecutivo como al Legislativo, a abrirse al diálogo plural, a fin de encontrar las reformas que garanticen el mejor funcionamiento de poderes e instituciones. También al Poder Judicial a defender el interés supremo de la Nación, del pueblo y de la legalidad, así como a los gobiernos estatales y locales a los cuales imploró detener la violencia, en principio, acabando con la corrupción en las Fiscalías, en las cárceles y en las direcciones de seguridad.
El gobierno de Blanco, con “altas y bajas”
Por otra parte, la Diócesis de Cuernavaca consideró que su administración fue de altas y bajas.
En rueda de prensa, el vicario Tomás Toral Nájera consideró que los llamados que la iglesia realizó a lo largo de su gestión en materia de seguridad “han causado revuelo” y aunque en ocasiones hubo disminución del índice delictivo, la mayor parte del tiempo se mantuvo en los primeros lugares dentro de los delitos de alto impacto.
“Al menos en ese rubro podría decirlo, en todos los demás tópicos me parece que no me compete decir qué estuvo bien o qué estuvo mal. La ciudadanía es la que elije y si lo sigue apoyando o no”, comentó.
En este sentido, también hizo un llamado a la LVI Legislatura para que trabaje en beneficio de la ciudadanía y no por interés particular, como ha sucedido en las anteriores bancadas. “El llamado es que hay que legislar para todos, de una manera plural, y principalmente que tome en cuenta a las minorías. Que lo hagan por el bien común porque es muy triste ver como una y otra vez los intereses particulares pueden permear las leyes y la actuación de los funcionarios”, puntualizó.