A cuatro años de su partida, Jean Robert, arquitecto, humanista y gran pensador, sigue siendo una figura influyente en los saberes del diseño urbano, la arquitectura, la ecología política y la sustentabilidad. Su legado ha marcado una postura crítica frente a las consecuencias sociales y medioambientales de las ciudades modernas. Su pensamiento ha impactado a generaciones de arquitectos que pasaron por sus aulas, así como a campesinos y defensores de territorios. En su honor, se llevó a cabo el III Simposio titulado La Libertad de los Pobres para Habitar, como parte de la Cátedra Jean Robert Humanismo, Arquitectura y Urbanismo, buscando destacar su visión del diseño urbano desde la óptica del ciudadano, más que del capital.
El Colegio de Morelos fue el anfitrión de este evento, su rector, Carlos Barreto Zamudio, inauguró la Cátedra, subrayando que esta actividad marca el comienzo de una nueva etapa para la institución. Barreto destacó el compromiso de retomar los intereses fundacionales de El Colegio de Morelos, y mencionó que el tema central del simposio refleja coherentemente estos ideales académicos; Jean Robert, quien fue fundamental en el desarrollo cultural y arquitectónico de Cuernavaca se resalta junto a Iván Illich, como una de las figuras emblemáticas que marcaron una etapa de profundo crecimiento cultural en la ciudad.
Acompañaron al rector en el presídium destacados académicos como José Luis Carlos Campos, especialista en arquitectura, diseño y urbanismo; César Añorve, defensor del uso y manejo del agua en las comunidades indígenas; Braulio Hornedo, doctor en Filosofía del CICSER, y, a distancia, los doctores: Alfonso Valenzuela Aguilera y Jorge González Aragón Castellanos.
Durante su intervención, Barreto también reconoció el papel clave de Sylvia Marcos, esposa y compañera de vida de Jean Robert, en la construcción de su legado intelectual y humano.
Visiones más allá que solo arquitectura
César Añorve abrió la presentación con un recorrido por su experiencia personal y profesional en su formación como arquitecto, se centró en la conexión entre la arquitectura, la comunidad y la sustentabilidad, resaltando la importancia de repensar y rediseñar los espacios urbanos y rurales en base a las necesidades locales y al respeto por el medio ambiente; poniendo como ejemplo su proyecto Ecotepec, una propuesta urbanística que rediseña el estilo de vida de toda una comunidad, ubicado en el último reducto tlahuica de Cuernavaca en el poblado de Ocotepec. Añorve terminó con la referencia al último libro de Jean Robert: El agua es un ámbito de comunidad. Ecología política del agua, libro que el autor no pudo ver publicado pero que si tuvo oportunidad de corregir el manuscrito.
José Luis Carlos Campos continuó la conversación abordando la importancia de la arquitectura vernácula, destacando que ésta “se refiere a los estilos de construcción propios de una región específica”, subraya cómo esta forma de arquitectura refleja una adaptación a las condiciones climáticas y sociales del entorno, lo que le otorga un valor práctico y sostenible. Explica que, en su práctica docente, trata de inspirar a sus alumnos a diseñar proyectos que no solo cumplan una función práctica, sino que también consideren el impacto emocional y social de sus creaciones. Para él, una ciudad debe construirse pensando en los peatones, y esto implica diseñar espacios que promuevan la integración social y el respeto por el medio ambiente.
Durante su intervención, Jorge González Aragón reflexionó sobre los problemas de urbanización actuales productos de las prácticas inmobiliarias. Centrando su exposición en las ciudades aztecas como Tenochtitlán y Tlatelolco, menciona que estas ciudades estaban integradas por un contexto simbólico y social: “el espacio urbano no solo debe ser funcional, sino que debe centrar su diseño en la escala humana y convivencia comunitaria”. Añadió que estos modelos de urbanización antiguos pueden ofrecer lecciones importantes para las ciudades modernas, especialmente en términos de sostenibilidad y diseño orientado a las personas, señalando que debemos volver a enfoques más integradores y humanos.
El enfoque humanista en la Arquitectura
Braulio Hornedo centró la conversación en los orígenes del autogobierno de la UNAM, y la importancia que tuvo en la educación de generaciones de arquitectos, al apropiarse de los planes de estudios y trabajar de manera independiente a partir de la experiencia directa y la autoorganización, en lugar de seguir un modelo impuesto. La reflexión giró en torno al impacto del autogobierno en la práctica de la arquitectura, sugiriendo que los arquitectos no solo deben servir a quienes tienen recursos, sino también a las personas comunes que usan su imaginación para construir ciudades. Este enfoque humanista en la arquitectura, que “aboga por un servicio hacia el bienestar de la comunidad”, fue un pilar fundamental del movimiento de autogobierno, que buscaba alternativas a la enseñanza tradicional de la arquitectura.
Por último, su discurso vinculó el autogobierno con un rechazo a la colonización mental impuesta por el sistema educativo formal, proponiendo la desescolarización como una forma de liberar la mente y replantear la percepción de la realidad.
Para finalizar el evento Alfonso Valenzuela habló sobre la visión de Jean Robert en cuanto al espacio urbano, al que consideraba una construcción social e histórica, más allá de su simple funcionalidad. Jean, mencionó Alfonso, fue un defensor de las cualidades perceptuales de las ciudades, recordando su oposición al monopolio de los vehículos sobre las calles y su lucha contra los proyectos capitalistas que destruían el espacio público, como la construcción del aeropuerto de Texcoco y la instalación de hipermercados en Cuernavaca.
Este evento no solo honró el pensamiento y obra de Robert, sino que también abrió un espacio para reflexionar sobre la importancia de un enfoque arquitectónico que priorice las necesidades humanas y la justicia social. Al reconocer que el espacio es un principio y un fin en sí mismo, la Cátedra Jean Robert nos invita a repensar nuestras ciudades como una construcción social e histórica, por sobre la noción predominante da la economía y el mercado automovilístico.
Jean Robert redimensionó la concepción de la arquitectura en México y el Colegio de Morelos se lo reconoce con la Cátedra que lleva su nombre. Foto: Instituto de Estudios Críticos