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Queridos lectores y lectoras de La Jornada Morelos, me da mucho gusto inaugurar este espacio de reflexión, pero también de informar el día a día de la Secretaría de Cultura, dependencia estatal de la cual tengo el encargo de ser titular. A partir de esta semana, colaboradores de esta dependencia compartirán en este espacio una serie de textos con el propósito de informar sobre las acciones emprendidas, los retos enfrentados, las complejidades del quehacer institucional y, por supuesto, las metas alcanzadas durante los primeros seis meses de esta administración, en los que se han logrado avances significativos.

Más allá del cumplimiento de funciones, ser servidor público implica una posición ética, una vocación profundamente ligada al acto de servir. En el contexto de la administración 2024-2030, esta labor se ve atravesada por retos estructurales, complejidades históricas y la urgencia de construir políticas públicas que sean verdaderamente integrales, inclusivas y transversales. No se trata únicamente de ejecutar programas o aplicar lineamientos: se trata de encarnar una responsabilidad colectiva.

El servidor público debe ser capaz de ir más allá de los márgenes de lo establecido, sin transgredirlos, pero interpretándolos desde la realidad concreta de las comunidades. Servir, en este sentido, no es una tarea mecánica, sino un ejercicio continuo de reflexión, diálogo y creación de posibilidades. La vocación de servicio se expresa entonces como una voluntad de transformación y de búsqueda constante por el «cómo sí», por la articulación de procesos que respondan a las necesidades reales de la ciudadanía.

Justamente, la palabra vocación nos une con muchos de los agentes culturales que durante muchos años, han sostenido procesos culturales en sus comunidades y han defendido su territorio desde lo cultural, han luchado por espacios que garanticen servicios y bienes culturales en el estado de Morelos. 

En octubre pasado, la administración pública estatal impulsó una renovación significativa de su Ley Orgánica, lo que permitió fortalecer la estructura institucional en diversas áreas, entre ellas la consolidación de la Secretaría de Cultura como una entidad con mayor enfoque operativo. En este marco, se conformó la Dirección General de Fomento a las Artes, que actualmente coordina recintos emblemáticos como el Teatro Ocampo y el Cine Morelos, además de diversas acciones relacionadas con las artes escénicas y visuales. También se creó la Dirección de Producción, orientada a brindar acompañamiento técnico a festivales, celebraciones comunitarias y proyectos culturales en todo el estado. La Dirección General de Iniciación Artística evolucionó hacia la Dirección General de Formación en las Artes y la Cultura, integrando tanto la Escuela de Iniciación Artística como estrategias de formación para la comunidad cultural, entre ellas el CCI La Vecindad, ahora con carácter de programa estatal de desarrollo cultural infantil. Asimismo, el área de Publicaciones y Fomento a la Lectura fue elevada a Dirección General, en reconocimiento al alcance e impacto de programas como la Biblioteca Vagabunda, Mujer: escribir cambia tu vida y la Escuela de Escritores Ricardo Garibay.

La Dirección General de Desarrollo Cultural Comunitario consolida su labor en tres líneas principales: fortalecer la relación con las autoridades municipales en materia cultural y de patrimonio; acompañar el trabajo de centros y casas de cultura tanto institucionales como independientes; y desarrollar programas de atención integral, como Tlalli. Red de Espacios Culturales Independientes, cuyas reglas de operación estarán disponibles próximamente y contemplan recursos anuales para su funcionamiento. Por su parte, la Dirección General de Museos y Exposiciones mantiene su denominación, pero avanza con una estrategia de reactivación integral de los seis museos de sitio en Cuautla, Cuernavaca, Jantetelco, Ayala y Tlaltizapán, mediante la habilitación de salas permanentes que recuperen la historia local, la conservación de sus colecciones, el diseño de programas públicos y la elaboración de planes de manejo que garanticen su sostenibilidad y conservación a largo plazo, tanto en esta administración como en las siguientes.

Como titular de esta Secretaría, reconozco los desafíos que tenemos por delante, particularmente en el fortalecimiento de los procesos administrativos internos. Entre las prioridades, la descentralización de los servicios y bienes culturales, así como diseñar convocatorias abiertas y transparentes que permitan visibilizar la diversidad de creadoras, creadores, agentes y promotoras culturales en el estado. Asimismo, se trabaja en la creación de nuevos espacios que impulsen una visión contemporánea del quehacer cultural, siempre bajo un esquema de corresponsabilidad con los municipios y en diálogo permanente con las comunidades, y garantizar la Ley de Cultura y Derechos Culturales, hacer conciencia que la Cultura es un derecho humano.

Montserrat Orellana

*Secretaria de Cultura del Estado de Morelos

La Jornada Morelos