Este sábado iniciaron los festejos pagano-religiosos en honor de la Virgen de los Milagros, conocidos en Morelos como la Feria de Tlaltenango, una de las celebraciones más antiguas de Cuernavaca y que combina el sabor de los antojitos con el que produce el humo de los incensarios, los olores a flores con los de aceite hirviendo y pan de feria, y el fervor religioso con el entretenimiento familiar.
Los peregrinos empezaron a llegar desde el lunes pasado, ya vinieron los del Cristo Obrero de la colonia Lagunilla, los de San Juan de los Lagos en la Carolina; al día siguiente estuvieron los de María Madre de Jesús en la Flores Magón; de San Felipe de Jesús en Lomas de Cuernavaca. Los caminantes de la Asunción de María y San José, en Santa María Ahuacatitlán, y la Asunción de María en Tejalpa estuvieron el miércoles; el jueves llegó la de San Pío X en Jiquilpan y antes la de Santo Tomás Apóstol de Miacatlán.
El viernes, día del hallazgo de la Virgen, Jorge Andrés Gutiérrez Tapia la cantó las Mañanitas muy temprano, y ya en la tarde llegaron peregrinos de San Nicolás de Tolentino, en Ahuatepec, y de la empresa de máscaras REV.
Ayer cuatro peregrinaciones, de las Hermanas Adoratrices que también cantaron las Mañanitas a la virgen; la de San Pedro Tlaltizapán en el Estado de México; la de la Parroquia La Cruz, en San Cristóbal; y luego del concierto Mariano, llegó la de la parroquia de la Resurrección del Señor y Santa María de Guadalupe, del barrio histórico Gualupita.
Faltan aún 41 peregrinaciones entre este domingo 1 de septiembre y el martes 10 en que se cerrarán los festejos. Vendrán fieles de todo Cuernavaca, de Jiutepec, Temixco, Oaxtepec, Jojutla, Huitzilac, Malinalco, Puente de Ixtla, Tenancingo, Iztapalapa, porque así de amplia es la devoción a la imagen que se adora en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros.
Peregrinar con la Avenida Emiliano Zapata abierta, es de alto riesgo. Foto: Cortesía Santuario Nuestra Señora de los Milagros
¿Porqué la feria está sobre una de las principales avenidas de Cuernavaca?
En 1989, Silvia Garza Tarazona, del Centro INAH Morelos, explicó porqué la Feria de Tlaltenango está ahí, justo donde debe ser. En su artículo Una Feria en el Crucero de dos Caminos, la antropóloga y arqueóloga, escribió sobre el posible origen de la festividad: “Atrás quedaron los pleitos por la tierra entre el Marqués del Valle y los pobladores de tierras entre San Jerónimo y Tetela; entre Cortés y el trapiche de Axomulco; atrás quedó también, las festividades del 19 de marzo, del patrón San José, la de San Jerónimo, defensor de las Escrituras y de la vida comunitaria de la primitiva Iglesia. La personalización del rito substituyó las prácticas catequéticas y pastorales de los mendicantes en aras del celo por la pureza tridentina. Al obligado tributo indígena siguió la sutil obligación popular de sostener las iglesias mediante la venta de servicios religiosos personalizados: bautizos, confirmaciones, matrimonios y hasta defunciones. La visión mundana de la vida fue separada del espíritu dando origen a una dudosa cristiada que superaba las ofensas terrenas con los dones personales mientras cuidaba otras ofensas”.
Y añade: “Otras ideas se sobreponen al momento: la posibilidad de los beneficios de la Feria. Los comerciantes esperan las inversiones en productos del Oriente que satisfagan las artificiosas necesidades de la naciente clase social media; los intermediarios que han venido al encuentro de las mercancías buscan los precios que les multipliquen los ‘dineritos’ invertidos, los vecinos se empeñan en ofrecer servicios de alimentación y hospedaje con cuyos centavos complementen el raquítico salario de peón de la hacienda y de los magros productos de su siembra temporalera. Por supuesto, el Santuario espera recibir parte de los beneficios de todos como producto de una inversión imaginada; la invención de la Feria de Tlaltenango en el cruce de los caminos que vienen, por un lado, de Acapulco hacia México, y por el otro que viene de Puebla y la región y cruzando el actual estado de Morelos, entre la sierra y los valles se dirige hacia la región mexiquense de los valles de Toluca y Malinalco”.
Llegada de los peregrinos de Miacatlán a la Iglesia de Tlaltenango. Foto: Cortesía Santuario de Nuestra Señora de los Milagros
La fiesta sigue
Entre vendimia, juegos y paseos familiares, la fiesta religiosa en Tlaltenango y su tricentenaria historia seguirá toda la semana con Mañanitas todos los días y misas cada hora este domingo y el próximo, en que al mediodía será la solemne de Nuestra Señora de los Milagros.