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La escasez y la poca disponibilidad del agua también es ocasionada por la sobreexplotación, la contaminación del agua y por las problemáticas ambientales, económicas, sociales y hasta epidemiológicas, señaló el investigador Josemanuel Luna-Nemecio, del Sistema Nacional de Investigadores.

Al dictar la conferencia “El Problema del Agua en Morelos: sequía o saqueo hídrico”, invitado por la organizaciones sociales “Guardianes de los Árboles”, la “Fundación Biosfera del Anáhuac” y “Un Granito de Tierra”, Luna-Nemecio, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, reconoció que el problema del agua es múltiple y su disponibilidad no solo se ve limitada por los fenómenos naturales pues es un fenómeno muy complejo.

En la cada vez más limitada disponibilidad del agua también intervienen situaciones como la explotación irracional, la contaminación y las problemáticas ambientales, económicas, sociales y epidemiológicas, Sin olvidar el despojo a la población por la entrega de títulos de concesión de explotación del agua a favor de empresas, como las refresqueras ubicadas en Cuautla y CIVAC, y mineras como la que se encuentra cercana al cerro “El Jumil” en Temixco.

Por consecuencia de las concesiones, hay un despojo del agua a comunidades campesinas o urbanas, ocasionando se encuentren restringidos, ya que el agua se declara como propiedad privada; se mercantiliza el acceso al agua. Esto también abre un panorama clandestino: El mercado potable. Cuando nos encontramos en una situación de carencia respecto al agua potable, nos vemos en la necesidad de comprar pipas o agua embotellada para tener acceso a este líquido para satisfacer nuestras necesidades. Gracias a esto, algunas personas sustraen de manera ilegal el agua y la venden a través de pipas a las comunidades que la necesitan. También, ejidatarios se suman a las prácticas ilegales, porque envasan y embotellan el agua con plantas purificadoras. Incluso la distribuyen en tambos de agua, contribuyendo a los mecanismos de privatización del agua potable.

Luna–Nemecio encontró en sus resultados de su investigación que la problemática no tiene un origen natural, la escasez no es por una sequía ni una elevación de temperatura de la tierra, tampoco el clima es responsable, mucho menos algunas narrativas sobre cambio climático, al menos en el caso de Morelos. Es una escasez de recursos hídrico por prácticas y dinámicas de saqueo, un saqueo que, según el doctor, es legal, porque las autoridades se han encargado de amañar la ley y las políticas públicas en beneficio de la privatización y concesión de pozos de agua. Por ello, afirma que hay un robo en el estado; un robo a los ciudadanos:

“Morelos no perdió la capacidad biofísica o alteró su ciclo del agua. El agua es expropiada a la población y robada y utilizada para fines que no tiene nada que ver con la soberanía económica de la población mexicana, específicamente en Morelos. No creo que las empresas tengan tandeos de agua” El saqueo y sobreexplotación no es la única razón, también lo es que el agua que hay en su mayoría es un agua no apta para el consumo humano por los agroquímicos generados por el sector agroindustrial de manera irregular, por residuos plásticos, orgánicos y químicos tóxicos.

Nuestro estado es rico en oro líquido: el agua. Muchas veces vemos los cuerpos acuíferos en un mapa, pero esto significa más que símbolos plasmados: Representa riqueza política y cultural para muchos municipios, tiene el papel de ser un recurso estratégico en la política y para la identidad. La contradicción que nos cuenta, es que a pesar de ser ricos en este oro líquido, se presentan grandes cantidades de conflictos socio-ambientales como el ya mencionado despojo, en conjunto a la sobreexplotación, la industrialización en la entidad y la falta de estructura hídrica, como pozos, drenaje, alcantarillado, instalaciones para el tratamiento del agua, etc.

Una de las soluciones que plantea el especialista es generar un organismo estatal formado por ciudadanos y académicos ambientales comprometidos para que se cuide y se haga justicia justicia hídrica, asegurando el cumplimiento de las leyes. También apuesta por generar un plan del cuidado del agua donde se tomen en cuenta los factores antropológicos, sin dar prioridad a la economía e industrialización, ya que el pretexto de invertir en las empresas y ceder agua es que generan mayores empleos, pero solo ocasionan la extracción del agua que hay en la entidad.

Por último, Luna-Nemecio hizo un llamado a no caer en explicaciones fáciles, como “la falta de agua en Morelos puede deberse al cambio climático o factores naturales”, porque los empresarios se lavan las manos con este discurso. “El cambio climático no se lleva el agua en pipas. Son las personas, de carne y hueso quienes realizan prácticas de extracción al recurso acuífero, es una crisis producida intencionalmente, donde la respuesta que se ha tenido por parte de las autoridades y actores, es el cinismo ante comunidades que van a exigir en las puertas” pues son las propias autoridades quienes impulsan los saqueos al formalizar contratos por pozos o concesiones.