

* Aunque es el sexto estado con más invenciones mexicanas, pocas son usadas por la industria
* La UAEM cuenta con 105 innovaciones, patentadas o en trámite, que no ha logrado transferir

* Empresas que fueron fundadas a partir de una patente morelense, sufren para sobrevivir
Antimio Cruz
La gente tiene que saber que en Morelos se inventaron los mejores antídotos que existen actualmente contra venenos de víbora y alacrán; también aquí se creó la antena receptora de señal de televisión más pequeña del mundo y se obtuvieron tres variedades de arroz que producen 10 mil kilogramos por hectárea, lo que los convierte en los más altos rendimientos por hectárea a nivel internacional.
También debe saber la gente que en Morelos se desarrolló una de las pruebas más eficaces para detección temprana de cáncer cérvico uterino; se inventó una cabina para intubar a pacientes graves con COVID19 sin que se contagien los trabajadores de la salud, y se descubrieron nuevos procesos químicos que aprovechan los lodos de plantas de tratamiento de agua para la producción de carbón activo y materiales para la construcción.

El tema no es sólo una colección de datos curiosos para conversar en un café. Se trata de inventos y patentes que reflejan las enormes posibilidades que tiene Morelos para insertarse en la llamada economía basada en conocimiento, pero que no ha aprovechado.
En Morelos no se cuenta con un estudio sobre cuantos empleos, utilidades o impuestos generan las patentes para el estado porque gran parte de ellas no llega a ser transferida a la industria o se pierde el rastro de su destino.
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), que en diferentes años ha estado entre las 10 universidades públicas que más patentan en México, tiene actualmente 32 patentes vigentes y 73 en trámite, pero al momento de publicar este texto, ninguna estaba transferida a la industria: dos fueron licenciadas a un investigador que falleció y otra más fue la base para constituir una empresa que no siguió adelante tras la pandemia de COVID19.
Otras grandes generadoras de patentes que tienen su sede en el estado, como el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (IBt-UNAM), han transferido su tecnología antivenenos a industrias nacionales, pero que tienen su planta de producción en el Estado de México.

En el caso de emprendedores que han creado su propia empresa morelense a partir de un invento generado en el estado, algunas sobreviven y están en busca de capital para mejorar sus modelos, otras ya han cerrado, aunque la patente siga vigente.
En entrevista con La Jornada Morelos Plaza, el Maestro Milton Fragoso Ramírez, Jefe de Departamento del Centro de Patentamiento de la UAEM, explicó que 2018 fue uno de los años más exitosos en generación y transferencia de patentes para la Universidad, pero aclara que hubo un tropiezo grande durante la pandemia de 2020-2021, del cual tratan de recuperarse.
A esa contracción en la capacidad innovadora hay que sumar como obstáculo la realidad de que los procesos para el patentamiento son largos; llegan a tardar años, y los investigadores pueden experimentar desencanto y desertar del trabajo de registro cuando no encuentran socios o inversionistas para lograr la transferencia de sus tecnologías.
Fortalezas y condiciones favorables

Comparado con otros estados, Morelos cuenta con todas las piezas necesarias para armar el rompecabezas de la economía basada en conocimiento, pero todavía están aisladas y desarticuladas.
Desde el lado de la academia en el estado están presentes 42 centros de investigación y más de 2 mil 500 científicos activos; desde el lado de la industria, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) calcula que hay casi 10 mil unidades económicas manufactureras en tierra morelense; por parte del gobierno del estado se cuenta con una oficina dedicada a crear puentes entre academia, industria, gobierno y sociedad, que es el Centro Morelense de Innovación y Transferencia Tecnológica (CeMITT), donde se incuban proyectos de empresas de base tecnológica.
Sobre este impulso del gobierno, Milton Fragoso indica que hay un proyecto para la posible transferencia de dos patentes de la UAEM, para beneficio de la apicultura.
“Tenemos dos solicitudes de patentes que estamos impulsando, con gobierno del estado, para proteger la salud de las abejas. Ese es un tema que no sólo es de importancia nacional sino internacional, pues si no cuidamos a esos polinizadores la humanidad puede padecer malas consecuencias. Por esto colaboramos con el gobierno del estado para demostrar a las asociaciones de productores que estos inventos de la UAEM funcionan, y buscamos que ese invento llegue al mercado, a través de licenciamiento o transferencia”, indicó el universitario que en 2015 se incorporó a los trabajos de protección y patentamiento de la UAEM.

La primera Oficina de Transferencia de Conocimiento (OTC), de Morelos, se creó en la UAEM en 2008. La primera patente de esa casa de estudios fue otorgada en 2009, por una molécula de interés médico, para controlar hongos patógenos: el Análogo de la anfotericina A21. Se trató de un avance en colaboración con la UNAM y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav)
A partir de esa primera protección legal, se corrió la voz entre los investigadores morelenses y creció el interés en iniciar procesos de patentamiento. Luego se creó en la Universidad de Morelos el primer Centro de Patentamiento en el estado y se han procesado 105 solicitudes de patente, hasta la fecha, con 32 concedidas y 73 en trámite.
El mismo Fragoso Ramírez señala que, al igual que ocurre en otras universidades de México y del mundo, cuando se otorga una licencia de patente y ésta se convierte en una empresa de base tecnológica, las universidades pueden obtener ingresos económicos; lo que les ayudaría a paliar dificultades presupuestales y reduciría su dependencia del presupuesto público.
Persistencia y constancia
Del mismo modo a lo que ocurre en otras áreas de la vida pública en Morelos y en México, uno de los problemas más graves ocurre cuando hay cambio de autoridades y se desecha lo que se hizo anteriormente. Así se puede ver en Morelos existieron Ferias de Patentes, Días de Patentes, estímulos económicos para tramitar patentes, y cada uno ha cambiado de nombre, estructura, objetivos, personal y fondos económicos.
El legado más estable de los diferentes gobiernos estatales en materia de ayuda al patentamiento ha sido la creación del Centro Morelense de Innovación y Transferencia Tecnológica (CeMITT), del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos (CCyTEM). Ese centro cuenta con expertos en analizar la viabilidad o no de una posible patente y, con fondos de las multas a partidos políticos, ha otorgado apoyos a pagos para solicitudes de patentes.
La estabilidad de programas, instituciones y apoyos es indispensable porque alcanzar el objetivo de que un invento llegue a ser un motor económico estatal, puede tomar más de 5 años. Este recorrido abarca desde el momento que surge una idea en laboratorio hasta que se convierte en un producto o servicio generador de empleos, ganancias e impuestos.
Por parte de la UAEM también hay una visión clara pues se fundó e imparte una Maestría en Comercialización del Conocimiento, dentro del Centro de Investigación en Ingeniería y Ciencias Aplicadas (CIICAP).
“Este programa surgió porque cada vez hay más investigadores que no sólo publican los resultados de su trabajo en revistas científicas, sino que han decidido ir un paso más allá y proteger sus invenciones”, explica a este diario la Doctora Abigail Parra Parra, Coordinadora de la Maestría en Comercialización del Conocimiento y también autora de tres patentes (una ya otorgada por el IMPI), que permiten aprovechar los lodos de desecho de las plantas de tratamiento de agua para obtener materiales de interés para diferentes industrias, desde carbón activo hasta hierro y cerámicos.
“El trabajo de los egresados de esta maestría es ayudar a los investigadores a lograr la protección legal de sus innovaciones, a través de patentes, modelos de utilidad o incluso como marcas. Después hay que buscar colaboraciones y vinculaciones con la industria. Esa es parte de la formación de los alumnos de esta maestría”, detalla Parra Parra.
La universitaria e inventora dice que el mejor apoyo para que un invento no se pierda es contar con acompañamiento. “Sé que en el CeMIIT, del gobierno del estado ya están trabajando para vincular a pequeñas empresas con investigadores. Es muy complejo llevar un invento hasta la sociedad, pero el gran avance que estamos viviendo estos años y cuyos resultados veremos en el futuro es tener una oficina de gobierno, que es el CeMIIT, que trata de responder las preguntas: ¿Qué tenemos de patentes? ¿Qué problemas estatales pueden resolver? Esa puede ser la base para que después Morelos resuelva problemáticas nacionales”, dice la Doctora Abigail Parra.
Morelos es la entidad de la República con más científicos por habitante. Todos los descubrimientos y creaciones, basadas en conocimiento científico, clínico, tecnológico y agrícola, son valores intangibles que pueden hacer más eficiente y productivo el trabajo en campos como la medicina, agricultura, industria manufacturera y generación de energías limpias, entre otros. Son la llave para que Morelos se transforme en una economía basada en el conocimiento, que es hacia donde se mueve el mundo.
La economía basada en conocimientos ya está aquí Mientras en 1975 el valor de las 500 empresas más ricas del planeta era calculado en el índice Standard & Poor’s, a partir de sus bienes tangibles, como pozos, fábricas, edificios y productos en bodega, desde 2018 el 84% de las 500 empresas más ricas del mundo tenía sus fortunas invertidas en bienes intangibles: patentes, diseños de utilidad y diseños industriales propios. Según el estudio La contribución económica de la propiedad intelectual en México, elaborado en 2020 por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la Unión Europea, en México las industrias que basan su trabajo en ideas, procesos o productos protegidos por patentes generan 17.6 millones de puestos de trabajo, que representan 33.6% de todo el empleo nacional. Además, participaron ese año con un 47.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB): 24.2 billones de pesos. |
Convenio entre Morelos y el IMPI En octubre de 2024, Morelos firmó un convenio con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). La Gobernadora Margarita González informó que el estado ocupa el sexto lugar nacional en número de patentes. Algunos de los objetivos tratados en la firma del Convenio, son: 1. Proteger tradiciones y productos locales con Denominaciones de Origen. 3. Crear un Centro de Promoción de Invenciones y Marcas (CePIM) En el encuentro, el director del IMPI, Santiago Nieto, aseguró que tienen 61 expedientes de inventos morelenses en análisis para el posible otorgamiento de patentes. |
