

A más de un siglo del inicio de la lucha de las campesinas de México, las mujeres agraristas siguen peleando, ya sin fusil, para ser incluidas, escuchadas y atendidas, aseguró Acela González Palacios ejidataria de Chipitlán en Morelos y también integrante de la Red de Mujeres Agraristas al pedir a la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, apoyo y comprensión para hacer vales los derechos de miles de trabajadoras del campo en todo el país.
En su intervención durante la ceremonia con que se conmemoró el CVI aniversario del asesinato del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata Salazar, la que, en concierto con los tiempos estuvo dedicada a las mujeres, González Palacios recordó la participación de las mujeres en la Revolución Mexicana: “muchas salieron, pero llevando la cocina a cuestas, por las buenas o por las malas, por secuestro o por ganas, siguieron a los hombres de batalla en batalla… Sin ellas, sin las soldaderas, las cucarachas, las adelitas, las galletas, las pelonas, las guachas, esa Revolución no hubiera existido”.

“De ahí venimos, presidenta, de esas mujeres que fueron nuestras bisabuelas y abuelas y que dieron su vida por la razón o por la fuerza, para ganar una revolución que nos hiciera justicia y que nos repartieran las tierras. Paradójicamente, hoy, a más de 100 años de inicio de esas luchas históricas, las mujeres agraristas seguimos luchando, ahora sí fusil para que nos incluyan, nos escuchen y nos atiendan”, afirmó.
Explicó que la Red de Mujeres Agraristas compartió los saberes de cada una de ellas para generar propuestas que contribuyan al desarrollo del campo de manera más justa, y refirió a las más urgentes de las que entregaron a la presidenta Sheinbaum en el acto.
Pidieron apoyos para sus proyectos “sin tantos requisitos y reglas de operación como lo dicen las instituciones gubernamentales. También que las instituciones agrarias trabajen de manera armónica, respetando nuestros saberes y sobre todo con empatía y respeto a nuestros tiempos, que son como los tiempos para el cultivo”.
Igualmente consideraron urgente “que en este respeto recíproco existan traductores en lenguas indígenas para apoyar en los trámites agrarios, pero sobre todo se requieren traductores en los tribunales agrarios”.

También urgieron a que se “haga valer la Ley de Protección a la Fauna, que día a día es diezmada por los usos y costumbres de la cacería desmedida de las personas, que se escudan en el derecho de cazar para autoconsumo, cuando en realidad lo hacen por diversión o para obtener dinero rápidamente”.
En otro punto, solicitaron el fortalecimiento de las asambleas comunitarias y ejidales, y “que se respeten las propuestas emanadas de nuestros reglamentos y estatutos internos, en donde se refleje lo que demanda la vida comunitaria, porque las dependencias nos imponen su visión y la ley agraria no nos permite que seamos nosotras y nosotros quienes definamos nuestra manera de gobernar nuestros núcleos agrarios”.
