

El Obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, hizo un llamado a la feligresía a la metanoia para que la vida en México y el mundo tome un giro de rumbo hacia la construcción de la paz y la violencia no se vuelva indiferente.
En este sentido, Monseñor explicó que la homilía de este domingo estuvo dedicada a la memoria y oración por todos los desaparecidos del país y Morelos, particularmente por los más jóvenes, por lo que fueron colocadas ocho velas al pie del altar, como acción simbólica en todas las parroquias y catedrales de la república mexicana.

“Queremos hacer conciencia de este grave pecado, de esta situación tan difícil, sobre todo para las madres buscadoras y todos los familiares. Recemos en Angelus por ellos y para que no existan más estos campos de exterminio y que son la manifestación de la miseria humana”, compartió con los feligreses.
Castro Castro instó a la conversión de los creyentes, cuyo verdadero sentido hoy hace énfasis para lograr la paz; es decir, cambiar la mente y el corazón para también consolidar la justicia y la verdad que hoy son opacados por los hechos violentos que continúan sin cesar.
“No seas indiferente. Lo que está pasando en Jalisco y en otros tantos lugares ¿ha tocado tu corazón? Las mentiras que nos dicen ¿las crees? La vida que hemos de defender desde el seno de la madre hasta el final natural de la vida ¿te interesa? Si no nos interesa y somos indiferentes ahí está la conversión que debemos de hacer. Que esto toque nuestro corazón porque tenemos todos que ser los constructores de la paz, la verdad, la justicia y la solidaridad”, destacó.
Por último, el presidente de la CEM urgió para que “nos ubiquemos en el verdadero sentido de la conversión”, al destacar que los males del mundo no basta con reconocerlos, es necesario que la gente ponga su granito de arena para que las realidades negativas que duelen sean remediadas y no ser una “hoguera estéril”.

“¿Qué frutos estás dando, tú padre y madre de familia, ciudadano de México? Hay frutos abundantes pero cuando vemos el México profundo, el indiferente, el que sólo le interesa su propio bien personal nos damos cuenta de la necesidad de esa conversión. Que nuestra conciencia esté tranquila de que estamos haciendo lo que Dios espera de nosotros. Que no vaya a ser estéril tanto sacrificio, muertes y asesinatos que hay. Que cada quien pongamos lo que nos corresponde”, concluyó.