

Roberto Abad
Publicada en 1964, La tumba irrumpió en el panorama literario nacional con una voz fresca, irreverente y profundamente juvenil. Escrita por un adolescente de apenas 16 años, José Agustín dejó ver desde entonces su vasto conocimiento literario y filosófico, al incorporar en la novela referencias a autores como Chéjov, Nietzsche, Kierkegaard, Rimbaud y Kerouac, junto a evocaciones musicales que van de Wagner y Debussy hasta las primeras vibraciones del rock and roll.

La tumba narra la historia de Gabriel Guía, un joven de clase media alta en la Ciudad de México que, entre el desencanto, la rebeldía y el cinismo, transita por un mundo de fiestas, libros, música y relaciones sentimentales. A través de su mirada irónica y desbordante de humor negro, Gabriel enfrenta las expectativas familiares, la hipocresía social y sus propios dilemas existenciales, en un retrato generacional que rompe con los moldes narrativos tradicionales y refleja el despertar de una conciencia crítica en la juventud de los años sesenta.
La nueva edición, publicada por Alfaguara Random House, reúne 308 páginas que no solo restauran la fuerza de la novela original, sino que enriquecen su contexto con material inédito: fotografías familiares, fragmentos de los primeros manuscritos, y conversaciones que reconstruyen momentos esenciales de la vida del autor. Se abordan pasajes como su participación en la campaña de alfabetización en Cuba, su paso por el taller literario de Juan José Arreola, su encarcelamiento en Lecumberri, su vida familiar y los últimos años de su trayectoria.
La periodista Dalila Carreño aporta una serie de testimonios de voces cercanas a José Agustín, entre ellos la poeta Elsa Cross, quien señala que la vigencia de su obra radica en su manera honesta y desenfadada de narrar la realidad, sin pretensiones moralizantes. Otros testimonios provienen de figuras como Enrique Serna, Yuri Herrera, Sara Sefchovich, así como de su familia directa: Margarita Bermúdez, su viuda; Margarita Dalton, su primera esposa; y sus hermanos Hilda y Alejandro Ramírez.
José Agustín mantuvo una profunda y duradera relación con el estado de Morelos, donde encontró un espacio de refugio y creación. A mediados de los años ochenta, el autor decidió establecerse en Cuautla, buscando un entorno más tranquilo para escribir y vivir junto a su familia. Morelos no solo fue su lugar de residencia durante décadas, sino también un paisaje que se filtró en su obra literaria. En novelas como Ciudades desiertas y La panza del Tepozteco y en varios de sus textos autobiográficos, aparecen referencias a la vida en Cuernavaca, Cuautla y otros escenarios del estado, utilizados como telón de fondo para reflexionar sobre el amor, el desencanto, la búsqueda personal y la transformación social.

El sábado 3 de mayo, en la sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda, se llevará a cabo la presentación de la edición conmemorativa de La tumba, de José Agustín, a sesenta años de su publicación original. Participarán en este homenaje José Agustín Ramírez y Yolanda de la Torre Ramírez, familiares del autor, así como el escritor Roberto Abad. La entrada es libre.
