Desde reclamos al gobierno por olvidarse del campo y mantenerlo como “asignatura pendiente”, el reproche a la sociedad porque tampoco le da importancia al tema, la remembranza y reconocimiento a quienes lo siguieron y pelearon, hasta elogios por la vida ejemplar, es como un cronista, un representante masón, un alcalde y un historiador jojutlense recordaron ayer al Caudillo, Emiliano Zapata Salazar, en el 145 aniversario de su natalicio.
El homenaje se dio por la mañana en la Plaza de la Soberana Convención Revolucionaria, en el zócalo de Jojutla, donde la trascendencia del líder fue recordada en un homenaje más:
Emiliano Zapata, es un personaje que ha generado polémica desde su vida y que la sigue generando, porque no se han concretado los ideales que lo llevaron a levantarse en armas, “nos deja un legado que no ha sido cumplido. Hay todavía una deuda de los gobiernos con los campesinos, quienes nos dan de comer con su trabajo, con su sudor, con su sufrimiento, con sus carencias, con los campesinos que son también víctimas de sus líderes corruptos que los explotan representándolos o los representan explotándolos, de los gobiernos que no hacen lo suficiente para financiar al campo para modernizarlo y que no generan los precios de garantía, ni la planeación suficiente para lograr la tan anhelada autosuficiencia alimentaria”, expresó el recopilador histórico Jesús Zavaleta Castro, entrevistado al término del evento realizado frente la estatua ecuestre del otrora jefe del Ejército Libertador del Sur.
Para Zavaleta Castro el campo sigue siendo una asignatura pendiente porque no hay interés en la sociedad en general con respecto a lo que el campesino hace cada día, mientras hay actos cívicos, continuó, se emiten loas y se queman inciensos para recordar la memoria de Emiliano Zapata Salazar, la gente sigue trabajando en el campo de Sol a Sol, “hoy hay una doble realidad, la del discurso político en los actos cívicos, vacíos de contenido ideológico y la realidad cotidiana del campo, que sigue siendo una asignatura pendiente de la agenda nacional”, refirió categórico.
Ley Seo Fu Legy Torres, orador de la Respetable Logia Simbólica “Ricardo Sánchez” número 4 de Jojutla, recordó que el General Zapata, quien desde su niñez “aprendió a sentir el amor y la injusticia, el sentido de propiedad, el arraigo por lo nuestro. Ahora, desde el eco de la historia nos pregunta y a la vez nos juzga, ¿qué has hecho tú, por defender los ideales por los que nosotros dimos la vida?”, remató en su discurso en el que recordó la vida del jefe revolucionario nacido en Anenecuilco, municipio de Villa de Ayala, Morelos.
Para el cronista municipal de Jojutla, Julián Vences Camacho, una manera de homenajear al General Zapata, es recordando “a quienes lo siguieron y en él confiaron sin dudar, pero de los que casi nada sabemos”, el caso de varios 178 soldados del Ejército Libertador del Sur, entrevistados entre 1975 y 1977, tras un proyecto realizado de manera conjunta por Salvador Rueda Smithers, Laura Espejel López y Carlos Barreto Mark, entre ellos, el cronista resaltó el caso del jojutlense Santos Guzmán Ruiz, quien llegó a ser escolta de Zapata y quien a través de los entrevistadores, contó su historia: “Por ser analfabeta, Santos no pudo leer el Plan de Ayala. Pero en Tlaltizapán tuvo el privilegio de escuchar al general Emiliano Zapata explicarlo: “La tierra será para todos los pobres, tendrán agua, reforma, justicia y ley, habrá colegios para todos los hijos de los pobres”.
Añadió Julián Vences que Santos y su hermano Miguel trajeron a Jojutla ejemplares impresos del Plan de Ayala “unos los pegaron en las paredes y otros los introdujeron en las casas.
“Los dos hermanos desempeñaron el oficio de forrajistas de las tropas zapatistas. A su cargo tenían 80 arrieros y cientos de mulas; transportaban el forraje de Iguala a Puente de Ixtla y de ahí, en tren, se llevaba a Jojutla y a Tlaltizapán.
“Allá en Iguala a los hermanos Guzmán Ruíz los invitaron a voltear bandera, a pasarse con los carrancistas. El coronel José Riverón primero intentó jalarse a Miguel.
—Si te vas, mira, nos vamos a ver las caras… yo de mi parte no, yo soy zapatista hasta los huesos y pésele a quien le pese —le dijo Santos a Miguel.
—Nos vamos con el señor Carranza… vamos a arrasar… no va a quedar ni un zapatista —le dijo el coronel José Riverón a Santos.
— ¿Qué, me ve cara de pendejo?, mire, yo ¡soy zapatista hasta los huesos! Y usted, si se va a rajar, ¡rájese! Y si quiere, de a tiros nos vamos a dar yo y usted —respondió Santos.
—¡Ora, ora!, ¿por qué? —respondió Riverón.
—Conmigo no encuentra usted entrada —remachó Santos, contó en su discurso el cronista Julián en su discurso.
Otro jojutlense recordado por Vences, fue Francisco Guerrero Porrón, de quien citó que en 1911, indignado porque mataron a su conocido Gabriel Tepepa, decidió unirse a los rebeldes que mandaba el general Lorenzo Vázquez. Ni arma ni parque le dieron, eso lo tuvo que “alcanzar” (conseguir) después de los combates.
—Nos pertrechábamos como podíamos —declaró en la entrevista.
El coronel Ricardo Soto le presentó al general Emiliano Zapata a los pocos días de haber recibido, en Chilapa, el balazo en el ojo derecho.
—Mi hermano Pascual, mayor que yo, no anduvo mucho tiempo en la revolución, lo mataron por Alpuyeca en 1914.
La recompensa por haber participado en la revolución le llegó en 1927: un certificado agrario de 2.3 hectáreas de riego.
Añadió en su discurso que muchos años después una persona le preguntó al excombatiente zapatista:
—¿Usted fue revolucionario?
—Todavía lo soy, porque aún estoy vivo —respondió con orgullo.
De su lado, el presidente municipal, Alan Francisco Martínez García, destacó que el ejemplo de Zapata es justamente luchar por la justicia de todos, de nuestras familias, de quienes nos rodean.
La revolución, añadió, fue para buscar y dar bienestar para todos, para quienes trabajan en el campo, para quienes están ante mucho sol, “no buscando grandezas personales de Zapata y los revolucionarios, sino el reconocimiento, la tenencia de la tierra de todos los que en verdad son trabajadores, eso es algo que hoy es una maravilla que podamos gozarlo”.
Monumento a Emiliano Zapata en Jojutla. Foto: Ayuntamiento de Jojutla