Hoy, 23 de agosto, se cumplen 33 años de la quiebra del ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec y de aquel trágico 23 de agosto de 1991 a la fecha, la robótica, la digitalización y lo concerniente a la modernización del funcionamiento de esta factoría, permanece con el reemplazo de obreros de esta industria que antaño fue considerada el pilar en empleos a nivel estatal, más de 3 mil 200 obreros y una influencia directa e indirecta de un aproximado de 20 mil familias, entre productores de caña, cortadores, obreros, empleados internos, comerciantes, proveedores, etc.
Con la quiebra y después de la misma desaparecieron el taller agrícola, la fábrica de alcohol, las “pacas” por la falta de comercialización del bagazo, etc.
Como se dio a conocer en este espacio el pasado 18 de julio, se concretó la salida de 116 trabajadores de la factoría, situación que se añade a una lista de más reajustes de personal obrero, desde aquella quiebra de 1991, cuando de más de 3 mil obreros la plantilla se redujo a menos de 900.
Esta vez, de los departamentos afectados están: pailería, soldadura, mecánicos de fábrica, en elaboración, afectó a las áreas de tachos, evaporadores, clarificación, molinos, calderas, batey, taller mecánico.
El ajuste “le paga” a familias enteras
Precisamente, al cumplirse 33 años de la quiebra del ingenio de Zacatepec, por intervención directa del gobierno federal encabezado por el economista, Carlos Salinas de Gortari, entonces Presidente de México, y orquestada por el gerente Armando Canales Treviño y firmada por el dirigente del sindicato obrero de la sección 72, Aurelio Betancourt Barrera, se dio un recorte de personal más:
“…se firmó el convenio, aquí local, y después nos fuimos allá al Sindicato Nacional, para que nuestro dirigente, Roberto Pale Mendoza, ratificara el convenio de la firma local que hubo… nos pegaron en dos ciclos, que fue reparación y zafra”, confirmó el actual secretario general de la sección 72 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana (STIASRM), Salustio Omar Erazo Morquecho.
Entrevistado en sus oficinas del sindicato local, a dos cuadras del ingenio, Erazo Morquecho, informó que originalmente operaba el Ingenio en tiempo de “reparación” con 324 plazas, pero se recortaron 44, por lo que ya quedaron con 280, mientras que para el periodo de zafra, de 505 trabajadores que operaban, liquidaron a 72, por lo que se redujo a 433. Sin embargo, el ingenio abrió diez nuevas plazas que serán llenadas por nuevos obreros, “vamos a platicar con la empresa para ver y comenzar a recuperarlas”, precisó el dirigente.
Es una situación donde “no le pegaron a una plaza en particular sino a la familia que resintió el reajuste”, dijo.
Sin embargo, en honor a la verdad, el líder señaló que la mayoría de los “reajustados”, alrededor de un 70 por ciento, estaban por cumplir sus 60 años y eran candidatos próximos a jubilarse. De hecho, fueron liquidados el pasado 19 de julio del presente al 100 por ciento, conforme a la ley y además serán jubilados, también como lo marca la misma, situación que así quedó firmada en el contrato.
—¿Entonces, no hubo demandas?, —Se le preguntó en torno a la situación.
—No, no, todo salió bien, se les pagó al cien por ciento, se les está apoyando a varios compañeros con lo del seguro, se platicó con la empresa y en el convenio vienen muchas cosas buenas para ellos.
—¿Tuvieron derecho a la jubilación aunque los hayan liquidado?
—Sí, sí se pensionan y se jubilan, si tuvieron derecho a eso.
—Desde 1991 el ingenio Emiliano Zapata ha sido vapuleado con reajustes en la plantilla, desde la quiebra, ¿qué tanto se ha reducido la plantilla laboral desde esa quiebra a la fecha?
—Ha bajado mucho, casi un 70 por ciento. Hace cuatro años, cuando tomé la secretaría del trabajo (en el sindicato local), me tocó un reacomodo de reparación, donde se quedó con las 324 plazas y después se vino otro reajuste cuando terminé mi trienio como secretario de trabajo, que quedamos en 525 plazas. Me toca como secretario general meter otro reajuste en mayo (de este año) que tomé el cargo, ya estaban las negociaciones de este (último) reajuste, ya me tocó lo último, ya el convenio ya estaba hecho, ya todo ya estaba ahí, nomás era de firmar y ya.
Agregó que dicha situación de alguna forma “sí pega bastante a nuestra masa trabajadora…, porque pegaron con plazas”.
Comentó que hay otros ingenios que pasan por el mismo proceso de reajuste, fabricando desempleados, “pero aquí es por la modernización que está metiendo la empresa. Está modernizando en varios departamentos”.
—¿Y sí, ven ustedes que se está modernizando?
—Aquí nos pegó mucho en la bodega de azúcar. Antes sacábamos (el bulto) de 50 kilogramos, ahora estamos sacando el bulto de 25. En todo el piso de azúcar metieron robótica. Entonces sí nos pegó bastante en la bodega y piso de azúcar. Sí, poco a poco van modernizando, van metiendo robótica en departamentos, varias cosas…
—¿Entonces, sigue en la mesa que la empresa quiere seguir recortando gente?
—Sí, la mentalidad de la empresa es quedarse con menos plantilla. Ahorita con la sequía que nos ha estado pegando bastante, vemos nosotros que hemos molido poca caña. Siempre hemos molido más de un millón (de toneladas de caña por zafra), ahorita ya bajamos a 800 mil, bajamos de nivel, se nos pagó menos el bono, 700 mil pesos menos, porque se nos bajó, y ahora se llevaron mucha caña para (el ingenio cuautlense de) Casasano, ante la sequía que les pegó bastante a varias tareas de esta región.
—¿Sienten una crisis en el sector?
—Sí, porque, vemos una sequía, de la caña, y lo que se están llevando al otro ingenio, Casasano, donde molieron 15 días más que nosotros; nosotros terminamos el primero de mayo y ellos terminaron casi por el 15 de mayo.
—¿Cómo te sientes ante esto?
—Pues, triste, porque nosotros éramos los que molíamos más que ellos (que Casasano). Son menos trabajadores, es más chico (el ingenio) y están moliendo más que nosotros.
—¿Y a nivel nacional, el ingenio EZ, sigue siendo el mayor productor de azúcar o ya no?
—Ya no, ahorita por lo mismo, por la caña, que hay problemas se está viniendo abajo este ingenio.
Erazo Morquecho, ya no quiso agregar más.
Hubo trabajadores que se fueron contentos…
Sin embargo, como también lo citó el líder obrero, hubo trabajadores que se fueron contentos y así lo confirmó Héctor Medina Cabello, mecánico de fábrica en zafra y del taller mecánico en el ingenio EZ.
Al aceptar una entrevista, cara a cara, ya en una “chambita” por su cuenta, Medina Cabello, quien sabe el oficio de la herrería, corrigió al reportero cuando se le preguntó de inicio si fue uno de los reajustados en la fábrica más grande de esta región:
“De los felices reajustados en el ingenio”, complementó y sonrió brevemente.
“Yo fui reajustado porque quise reajustarme —aclaró—, y hay compañeros que desafortunadamente les tocó el reajuste y están bien jóvenes. Nosotros, los que ya tenemos cierta edad, nos reajustamos porque, en primera, para no perjudicar a algunos compañeros y otra para beneficiarnos con el programa que hay de la modalidad 40, que es una ayuda que está en el artículo 128 de la ley del seguro social, a donde le permite al trabajador cinco años antes, o después que lo necesite, inscribirse a esa modalidad. Va uno, le da sus datos al seguro y con un oficio pide estar en esa modalidad para ser tomado en cuenta y tener un poquito más de pensión, porque los que nos congelamos, como quedan ajustadas las aportaciones, pues ya no aumenta la pensión. Aparte, si nos damos de alta en otra empresa, con otro salario, nos afectaría mucho…me faltan dos años y mientras ya invertí en esa modalidad, para tener una pensión más o menos holgada”.
La entrevista se dio en Tezcal, en las primeras viviendas de Tlaquiltenango, justamente a un lado de un local donde fue contratado para instalar una cortina de fierro.
Héctor Medina, precisó que de acuerdo al convenio de liquidación “nos dieron la oportunidad de irnos el año redondo, más el bono de retiro digno y con la garantía de el día de mañana estar jubilados.
Al preguntarle qué justificación les dio la empresa, qué les dijeron del por qué los “reajustaban”, contestó seguro: “no es cuestión de que nos digan, nos damos cuenta que ya no teníamos muchas horas de trabajo. Con las nuevas automatizaciones que se están dando, tanto en la bodega de azúcar, centrífugas, están metiendo mucha instrumentación, por eso es que van quedando huecos… en el piso de azúcar ya está robotizado todo…”
Medina Cabello, vivió un reajuste en 1995. Regresó a trabajar en 1998.
—¿Hay algo más que desee agregar? —Se le preguntó finalmente.
—Nada, que feliz de la vida, despegándome del reloj…
—¿Hoy en día a qué hora se levanta?
—A la hora que mi chingada gana se me da, a la hora que sea. Es el principal logro, de estar con el tiempo… a veces ya llegaba del trabajo con los pies arrastrando, ya bien cansado y me tenía que chingar, ya me fastidiaba a veces…
Por otro lado, como lo confirmó el líder sindical, Erazo Morquecho, se han dado diversos recortes de personal en el ingenio Emiliano Zapata, tras la quiebra que sufrió en agosto de 1991. El primero se dio en 1996, cuando dirigía el STIASRM, Enrique Ramos Rodríguez y el dueño del ingenio de Zacatepec era el Consorcio Azucarero Escorpión, «sacrificaron» las plazas de 29 trabajadores en este ingenio, por la proporción de casas que nunca les entregaron los empresarios azucareros del país. De hecho, habían considerado liquidar a más obreros pero hubo quienes demandaron y fueron reinstalados. En el 2003, cuando el ingenio pertenecía al Fondo para Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA) se dio un reajuste más anunciado de 119 trabajadores más.
El dirigente obrero Erazo Morquecho. Foto: Hugo Barbero Rico
El ex obrero entrevistado, Medina Cabello. Foto: Hugo Barberi Rico
El Ingenio le apostará a la tecnificación. Foto: Marco Barberi