

Familiares y amigos del activista, Samir Flores Soberanes, asesinado hace ya más de seis años en un crimen que sigue impune, instalaron un busto del dirigente social en la Plaza de Armas de Cuernavaca, como recuerdo de su labor y exigencia para que se detengan los megaproyectos contra los que luchaba y se haga justicia.
Con un marco formado por las manifestaciones de miles de trabajadores morelenses que confluyeron desde diversos puntos a la Plaza de Armas de Cuernavaca, los amigos y familiares de Samir leyeron un pronunciamiento por la defensa del que llaman “el antimonumento a Samir Flores Soberanes”.

“Este primero de mayo, día de la digna lucha de las y los trabajadores, sembramos simbólicamente la memoria de Samir Flores Soberanes en la recién nombrada plaza Emiliano Zapata Salazar. Lo hicimos desde el amor y la resistencia, como parte de una lucha histórica por la tierra, el agua, la vida y la justicia. Samir no solo fue un defensor del territorio y comunicador comunitario; fue también una voz del México profundo que resiste los megaproyectos de muerte y la imposición de modelos ajenos a los pueblos”, expusieron.
Exigieron “que el antimonumento que honra su memoria sea respetado y no retirado por ninguna autoridad. La plaza también es nuestra: de todas y todos los que, como Emiliano Zapata y Samir Flores, luchamos por tierra y libertad. El espacio público no puede ser monopolizado por los gobiernos ni por intereses ajenos al pueblo. En él deben tener lugar la memoria, la dignidad y la historia que no se olvida”.
Frente al busto en memoria del activista, ubicado justo en el sitio donde decenas de organizaciones de resistencia ofrecen ruedas de prensa cotidianas en la Plaza de Armas, advirtieron que “cualquier intento de remover este símbolo será interpretado como un acto de represión y de desprecio hacia las luchas sociales legítimas. Llamamos al gobierno estatal y municipal a respetar la libre expresión, la memoria colectiva y la dignidad de los pueblos en resistencia”.
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En medio de las movilizaciones por el Día del Trabajo, familiares y amigos del activista Samir Flores Soberanes instalaron un busto en su memoria como demanda por justicia de su asesinato que lleva seis años impune. Foto: Margarito Pérez Retana / Cuartoscuro
