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Como parte de las actividades de la Fiesta del Libro y la Rosa 2025, en la explanada del Museo Universitario de Arte Indígena, se realizó una charla sobre uno de los personajes más influyentes del pensamiento religioso y político de América Latina: Sergio Méndez Arceo. La conversación reunió a la periodista y escritora Gabriela Videla, al cineasta Francesco Taboada, director del documental Obispo Rojo y como moderador a Guillermo Pimentel. Juntos, rindieron homenaje al legado de un hombre que trascendió la tradición para convertirse en un icono de transformación social y espiritual.

Don Sergio, como se le conocía popularmente, llegó a Cuernavaca en 1952, en un contexto marcado por una escena intelectual y de luchas sociales. Desde entonces, su figura marcó una ruta de renovación eclesiástica y compromiso político que marco no solo en Morelos, sino en todo el continente. “Era un intelectual que entendió que la fe podía y debía convivir con la lucha social. Tenía la idea de que, si el cristianismo era tan global, podía provocar un gran cambio desde la conciencia de los pueblos”, compartió Taboada, destacando la visión continental del obispo.

Gabriela Videla, quien encontró refugio en Cuernavaca tras su exilio de Chile, ofreció un testimonio íntimo sobre el impacto de Méndez Arceo en su vida. “Gracias a él, encontré en Cuernavaca no solo un refugio, sino un espacio para sanar, un espacio de transformación real”, dijo al recordar su trabajo en uno de los pocos periódicos locales de aquellos años. Gabriela Videla, relató el papel fundamental del obispo en el panorama periodístico de la época, destacando cómo un periódico local que inicialmente tenía una línea religiosa se convirtió en un medio que abordaba abiertamente temas sociales y políticos. En este contexto, Méndez Arceo publicó cartas que enviaba al Vaticano, en las que denunciaba las injusticias sociales y abordaba temas como la situación de los judíos y las luchas populares. Videla remarcó, además, que el obispo lejos de ser una figura distante fue un hombre cercano a su comunidad y que no dudó en intervenir en temas políticos y sociales. “Este sentido de pertenencia que construyó en Cuernavaca creció junto a la ciudad en todos los asuntos. No guardó su opinión ante nadie, ni con la prensa”.

Una iglesia renovada y un compromiso con el pueblo

Guillermo Pimentel, moderador de la charla, subrayó la importancia del libro “Sergio Méndez Arceo. Un Señor Obispo”, escrito en 2023 por Videla, destacando que es un testimonio de cómo la lucha de Méndez Arceo evolucionó de una postura conservadora a un compromiso social profundo. El obispo no solo fue un líder religioso, sino también un defensor de los derechos de los más desfavorecidos. “Era un intelectual que se jugó completamente por el pueblo. Fue un obispo de los luchadores sociales latinoamericanos”, afirmó Pimentel.

Videla y Taboada coincidieron en señalar que Méndez Arceo se convirtió en una figura de gran relevancia no solo en Cuernavaca, sino en toda América Latina, especialmente en los años 70, cuando la región vivía bajo la sombra de dictaduras militares. Los comentarios hicieron hincapié en que el obispo, comprometido con la justicia social, entendió que la explotación laboral y la opresión de los pueblos eran parte de un sistema capitalista que debía ser cuestionado. “Yo no quiero ser juez, porque quiero ser parte del pueblo”, decía Méndez Arceo, reflejando su profundo sentido de humildad y compromiso con las luchas sociales.

Renovación litúrgica y espiritual

Uno de los aspectos más importantes de la charla, fue la mención de la transformación que promovió Méndez Arceo: la renovación litúrgica de la iglesia. Según Taboada, el obispo veía a Cristo como una oportunidad de renacer espiritualmente. Esta renovación no solo fue arquitectónica, sino también conceptual, ya que Méndez Arceo rompió con la tradición de iglesias cargadas de símbolos y estatuas, y apostó por una liturgia más austera y centrada en la comunidad. El sacerdote, en lugar de permanecer en un altar elevado, debía estar en el centro del pueblo, compartiendo la experiencia de la fe de manera más cercana. En este sentido, Videla recordó cómo Méndez Arceo utilizó la liturgia para educar a los fieles en una visión más profunda de los evangelios, incorporando elementos pedagógicos que ayudaban a los cristianos a entender mejor su fe en el contexto de la lucha social: “Rompió con la costumbre de tener iglesias llenas de santos donde la gente solo iba a rezar. Él quería que los símbolos hablaran, que enseñaran, que tocaran la vida cotidiana”, destacando a su vez, que esta visión transformadora se convirtió en un símbolo de la iglesia renovada que se gestaba en Cuernavaca y que tendría un impacto internacional.

Legado y reconocimiento

La charla concluyó con una reflexión sobre el legado de Méndez Arceo, cuya figura sigue siendo relevante en la historia de Cuernavaca y de América Latina. Gabriela Videla hizo un llamado a reconocer este legado como parte fundamental de la identidad local y nacional: “Así como Zapata, Don Sergio es una línea, una historia que trascendió la iglesia”, expresó Videla, puntualizando que la lucha de Méndez Arceo por la justicia social sigue vigente. Su legado, afirmó, debe ser interrogado y reconocido como parte de la historia que fortalece a las comunidades, a la ciudad y al país. Aprovecho los últimos minutos para invitar a la comunidad académica estudiar o cuestionar la trayectoria del gran Obispo de Latinoamérica como parte de la identidad histórica del estado.

Proyección del documental

Finalmente, Francesco Taboada anunció la proyección del documental Obispo Rojo, que habla sobre la vida del líder religioso, el sábado 31 de mayo en el recinto cultural de Teopanzolco, a las 5 pm, Cabe mencionar que este documental solo se ha proyectado una ve en Cuernavaca y se ha proyectado en diversos lugares fuera del estado. Taboada expresó, que esta es una oportunidad para conocer más a fondo la vida y obra de este gigante de la iglesia, quien dedicó su vida a transformar las realidades sociales y espirituales de los pueblos de América Latina.

Sergio Méndez Arceo, el patriarca de la solidaridad, en la serie  Confidencial. Los expedientes de la Guerra sucia - UNAM Global

El Obispo Sergio Méndez Arceo. Foto. Cortesía UNAM Global

Monseñor Méndez Arceo fuera de Catedral de Cuernavaca en 1970. Foto: Cortesía

Hombre y mujer sentados en una banca

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Gabriela Videla, autora de Sergio Méndez Arceo, un Señor Obispo. Foto: Jazmin Aguilar

Jazmin Aguilar