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Persona parada en la arena Descripción generada automáticamente
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Esta sección es para recomendarte lecturas. Son libros que comparto con mis alumnos en los talleres de Escritura Creativa. Algunos son antiguos y otros recientes, diversos géneros y estilos, para que escritores y lectores sigamos nutriéndonos de diferentes letras. Podrás encontrar mi recomendación literaria los domingos, cada quince días en esta sección.

*LU SCHAFFER

LA MUJER HABITADA

“Hacía días que oía los pequeños pasos de la lluvia, las grandes corrientes subterráneas acercándose a mi morada centenaria abriendo túneles, atrayéndome a través de la porosidad húmeda del suelo. Sentía que estaba cercano el mundo, lo adivinaba por las diferentes tonalidades de la tierra…”.

Una voz se desliza bajo el suelo, la voz de Itzá, una guerrera mexica que luchó contra los españoles cuando invadieron Mesoamérica. Itzá peleó con valor hasta la muerte. Después, su esencia se desprendió del cuerpo y se hundió en la tierra junto a su cadáver. Pero “la vida tiene formas de renovarse a sí misma…”, así que Itzá no desapareció por completo y desde la tierra asciende, cientos de años después, por las raíces de un naranjo, para habitar en el patio de Lavinia, protagonista de *La mujer habitada; una joven que vive en un país de América Latina, azotado por una sangrienta dictadura.

Curiosamente, en antiguos poemas de los pueblos nahuahablantes, se decía que no es real aquello que no tiene de raíz y que, todo aquello que carece de raíces, está destinado a desaparecer. Itzá ahora es habitante y esencia de un árbol. Trascendió la muerte, enraizada al suelo para florecer y dar frutos en el jardín de Lavinia.

Así, dos mujeres convergen para extender sus ramas hacia la libertad.

Lavinia pertenece a la alta burguesía del país. La sociedad espera que se case y se reproduzca pronto, pero ella acaba de terminar la carrera de arquitectura y anhela ser independiente. Demostrarse a sí misma y a los demás que puede triunfar en una profesión ocupada casi por completo por varones, durante los años 70’s, cuando la mayoría de sus conocidos la consideran una loca por proponerse algo tan fuera de lugar para una mujer.

Lavinia intenta no involucrarse con el dolor que la rodea, porque tiene metas individuales que perseguir, pero no puede evitar sentir espinas en la sangre cada vez que vislumbra la miseria, el despojo y otros estragos de la opresión en el país. “Eso era la dictadura, pensó Lavinia, el miedo; la mujer diciendo que no sabía nada. Ella diciendo que no quería involucrarse. No saber nada era lo mejor, lo más seguro…”

Dos situaciones irrumpen en la vida de Lavinia, como dos meteoritos que modifican para siempre la órbita de su mundo: la esencia de la guerrera Itzá entra en su cuerpo en el instante en que bebe un jugo de naranja preparado con las frutas de su jardín; y conoce a Felipe, un arquitecto del que se enamora.

Felipe es un personaje de contrastes. En un principio nos muestra su conducta prejuiciosa y machista, subestimando a Lavinia por su origen y porque la falda es demasiado corta. Después conocemos su lado más sensible, donde demuestra genuino interés por mejorar la calidad de vida de la población que sufre bajo la dictadura. Es un guerrillero, comprometido hasta la muerte con su búsqueda de justicia. Sin embargo, la conducta paternalista y patriarcal de Felipe estará siempre presente, para mostrarnos la dualidad de ser un revolucionario que lucha contra la dictadura, pero perpetrar la opresión hacia la mujer con micromachismos.

Lavinia se enfrenta a conflictos más grandes que ella, sin embargo se mantiene en la lucha porque bebió el jugo de las naranjas del árbol habitado por Itzá y, desde entonces, la voluntad de la guerrera fluye en su sangre, empujándola a tomar decisiones temerarias que arriesgan su vida, hasta el punto de involucrarla en un atentado contra un renombrado general del régimen dictatorial.

Gioconda Belli, autora de La mujer habitada, fue parte de las guerrillas en Nicaragua que lucharon contra el dictador Somoza, quizás por eso la historia hierve con los sentidos de la vida cotidiana; los olores, el sabor, la forma en que las piernas se hacen agua con el miedo, la rebeldía del erotismo, la urgencia de amar antes, durante y después de la muerte.

No es real aquello que no tiene raíz, se decía en la antigüedad. La mujer habitada es un libro con raíces, que nos invita a seguir el camino de la vida más allá del momento en que la sangre se aquieta para siempre.

“Nadie poseerá este cuerpo de lagos y volcanes, esta mezcla de razas, esta historia de lanzas, este pueblo amante del maíz, de las fiestas a la luz de la luna, pueblo de cantos y tejidos de todos los colores. Ni ella ni yo hemos muerto sin designio ni herencia. Volvimos a la tierra desde donde de nuevo viviremos. Poblaremos de frutos carnosos el aire de tiempos nuevos”.

*La mujer habitada

376 pp. Buenos Aires: Planeta, 2006

Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948)

*Lu Schaffer, escritora.

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Foto: Gioconda Belli