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Hugo Barberi Rico 

El incendio del basurero a cielo abierto que mantiene el municipio de Tlaquiltenango en campos cerriles de la comunidad de La Carpas se pudo haber evitado pues, cuando inició se le notificó de inmediato al ayuntamiento que preside Carlos Franco Ruiz y no actuaron con rapidez, denunciaron recolectores de basura que ahí trabajan. 

El siniestro continúa, con la eminente contaminación ambiental que genera y la intervención tanto de la dirección de Protección Civil de este municipio, como de sus homólogos y bomberos del ayuntamiento vecino de Jojutla. 

Entrevistados en el lugar, pepenadores coincidieron en que dieron aviso que se había prendido un área de los desechos, pero no se atendió. 

A ocho días de iniciarse el incendio, continúan los trabajos de brigadistas, con el apoyo de pipas y maquinaria pesada, una situación que ya provocó pérdidas para quienes viven directamente de los objetos que pepenan y venden de los desechos que llegan, como el caso de Cirilo Miranda, una persona mayor, que se quedó sin trabajar y quien comenta que la situación les ha generado pérdidas económicas a por lo menos 20 familias. 

Ciro Miranda, quien tiene 18 años viviendo de la pepena en este basurero a cielo abierto de la comunidad de Las Carpas, ubicado al oriente de la cabecera municipal, lamentó el siniestro que se ha prolongado tanto tiempo, “hoy ajusta la semana, hoy viernes”, donde sigue la humareda “ya poco, porque están echando las pipas de agua”. 

También lamentó que, por el incendio, el ayuntamiento de Tlaquiltenango haya llevado la basura para el municipio vecino de Tlaltizapán, pues a los pepenadores locales losdejaron sin el único ingreso económico que tienen, por eso “no hay sustento, ahorita estamos juntando de lo que no se quemó, botes, alambre”. Temen que ya no regrese el depósito de la basura “no sé qué es lo que pase o qué inconformidad haya habido”. 

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