

La conferencia “Los Gálvez, Soldados y Virreyes” impartida por el historiador y académico Manuel Olmedo Checa, vicepresidente de la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez con sede en Málaga, España, reconoció el legado de la familia que contribuyó con luchas republicanas en América y el intercambio cultural entre México y España en tiempos de la colonia.
Esta conferencia formó parte de las actividades que Manuel Olmedo organizó, en colaboración de más personas, para celebrar a los Gálvez, pues dijo, recordando la frase de John F. Kennedy: “un país no solo debe producir buenos hombres, sino también recordarlos.”

La celebración se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca, en cuyo presídium acompañaron a Manuel Olmedo; el cronista y escritor Roberto Abe Camil; Román Sánchez Fernández, presidente de la crónica de ciudad de México; y David Moreno Cruz. Además, en el lugar estuvieron presentes algunos miembros del consejo, acompañados de Juan Contreras de Oteyza, director del Instituto de Cultura de Cuernavaca, y la historiadora y artista Cecile Camil.
Manuel Olmedo comenzó agradeciendo esta visita a Cuernavaca, donde afirmó que es “una oportunidad de asistir a un acto conmemorativo en honor a Bernardo de Gálvez”. También comentó que este evento le brindó la oportunidad de compartir, de una manera algo profunda, sobre la historia de este personaje “fundamental” y del que a veces no se menciona tanto en la historia.
Además, se sintió emocionado porque este encuentro le permitió encontrarse con personas que comparten la fascinación y el conocimiento sobre el legado de los Gálvez, como Roberto Abe Camil.
Antes de comenzar con su ponencia, puntualizó -que esta conexión personal y emocional con las raíces de los Gálvez es el punto de partida para una reflexión más amplia sobre la importancia de su figura en la historia de México, España y Estados Unidos.
Sobre la familia Gálvez
Manuel Olmedo inició contando sobre la familia Gálvez, la cual era oriunda de Macharaviaya, en Málaga. Matías de Gálvez y su esposa Josefa eran personas profundamente religiosas, con un fuerte sentido del deber y una gran dignidad personal. Estos valores, transmitidos a sus hijos desde la infancia, marcaron el carácter de Bernardo de Gálvez. En la educación familiar y en el ejemplo cotidiano se forjaron las virtudes que más adelante lo convertirían en un líder ejemplar. El respeto, la lealtad, el coraje y la justicia fueron para él más que ideales: fueron prácticas diarias.
Don Matías de Gálvez y la cultura en Nueva España
El conferencista también aprovechó para contar sobre Matías de Gálvez. “No podemos hablar de Bernardo sin rendir homenaje a su padre, Matías de Gálvez”. Hombre culto y sensible, fue también virrey de Nueva España y un impulsor de las artes. Fundó la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en Nueva España; la primera institución de su tipo en el continente americano. Este acto reveló su compromiso con la educación, el arte y la civilización.

Comentó que lamentablemente no se conservan retratos auténticos de Don Matías, pero eso no ha impedido que hoy, gracias a los esfuerzos de varios investigadores y artistas, se ha podido recuperar y honrar su imagen y su legado. Afirma que preservar la memoria cultural también es una forma de honrar.
Sobre la trayectoria personal y militar de Bernardo
Bernardo estaba comprometido con sus deberes, así como se lo inculcaron sus padres: En Argel, durante una campaña militar, recibió una grave herida que casi le costó la vida. Le dispararon en la cabeza. Salvó su vida gracias a una compleja operación quirúrgica, que dejó en su cráneo una cicatriz para siempre. Su madre, desde Málaga, escribió una carta en la que expresaba su angustia y su amor materno, pidiéndole que se cuidara y recordándole su hogar. Este episodio, más allá del dramatismo, muestra el lado humano de un hombre que no solo fue un militar, sino también un hijo, un ser querido, un hombre de carne y hueso que enfrentó el dolor con dignidad.
Bernardo de Gálvez desempeñó un papel crucial en la independencia de los Estados Unidos. A través de su alianza con las colonias insurgentes y sus acciones militares decisivas en Baton Rouge, Mobile y Pensacola, debilitó significativamente el poder británico en el sur de Norteamérica. Esta colaboración no solo fue estratégica, sino profundamente generosa. Gálvez luchó por la libertad de un pueblo que no era el suyo. Y lo hizo con visión y compromiso, convencido de que los principios de libertad y autodeterminación eran valores universales. Gracias a su intervención, la joven nación estadounidense logró consolidar su independencia con mayor firmeza.

En 1779, se envió un retrato de Bernardo al Congreso de los Estados Unidos para ser colocado en su sala de sesiones como muestra de gratitud por su ayuda durante la independencia. Aunque no fue 2 años después que se colocó.
En el actual siglo XXI, gracias a nuevas investigaciones y gestiones, su retrato fue finalmente colocado en el castillo de Chapultepec, en la sala de virreyes.
La familia de Bernardo contribuyó a la diversidad de la península ibérica: El tío de Bernardo organizó la llevada de productos de la agricultura mexicana, como el aguacate, a la península. Málaga hoy es uno de los principales productores de esta fruta en Europa.
Actualmente Manuel Olmedo ha realizado esfuerzos junto a otras personas para que se reconozca a esta familia, los cuales han rendido frutos, pues se han instalado también placas conmemorativas en ciudades estadounidenses y se ha anunciado la construcción de una fragata de guerra que llevará su nombre; la USS Gálvez, por la que se votará en 2026 para que se haga un hecho formal. Estos gestos simbólicos más que homenajes, son actos de memoria histórica. Son maneras de decir que el tiempo no borra la memoria de los justos.

La historia para compartir con el presente
Para finalizar esta conferencia, Roberto Abe Camil compartió una reflexión que no solo es útil con los Gálvez, sino con otros personajes históricos que han aportado a varios países, donde por supuesto está incluido México.
La historia no debe ser vista como una simple evocación nostálgica del pasado; la historia es un espejo que nos interpela, una brújula que puede orientarnos; en tiempos de crisis, en tiempos de confusión, necesitamos ejemplos de integridad, de valor y de integridad, aseguró.
Bernardo de Gálvez y su padre Matías son ejemplos de ese tipo. Recordarlos es luchar contra el crimen cultural del olvido. Es reafirmar que hay vidas que merecen ser contadas, que hay gestos que aún inspiran, que hay nombres que no deben borrarse de nuestra conciencia colectiva. Por eso, hoy más que nunca, debemos rescatarlos del silencio y devolverles el lugar que les corresponde en la historia.
El Dr. Manuel Olmedo durante su ponencia. Foto: Malu Medina.
En la conferencia se destacó la figura de Bernardo y Matías Gálvez en las historias de México y los Estados Unidos. Foto: Ernesto Ríos
Los cronistas y la historiadora del arte, Cecil Camil, revisan cartografía de la época. Foto: Ernesto Ríos
