

Venados ganan primeros lugares en fotografía de mujeres indígenas
La Jornada Morelos

Roberto Villegas Moreno, alumno de la Licenciatura en Contador Público de la Facultad de Contaduría, Administración e Informática (FCAeI) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), recibió el primer lugar en el concurso de fotografía “Nuestras Mujeres Indígenas”, promovido por el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Educación.
En el marco de la ceremonia cívica conmemorativa del CCXIX Aniversario del Natalicio de Benito Juárez García, el pasado 21 de marzo la gobernadora Margarita González Saravia entregó la Medalla “Benito Juárez” a las y los ganadores.
Con la fotografía titulada “Masehwasiwatl (Mujer Indígena)”, Roberto Villegas fue galardonado por su capacidad para transmitir el profundo significado de la mujer indígena en la región, capturando su esencia en un contexto educativo y cultural.
Durante la ceremonia, el director de la FCAeI, Felipe Bonilla Sánchez, destacó la importancia de este tipo de concursos para visibilizar y reconocer el papel crucial de las mujeres indígenas a través del arte fotográfico.

“Este tipo de concursos también son una herramienta para visibilizar el rol tan importante que las mujeres indígenas tienen en nuestra sociedad. Nos llena de orgullo ver que nuestros estudiantes se suman a este tipo de iniciativas que exaltan nuestra identidad y patrimonio cultural”, comentó Bonilla Sánchez.
En tanto Marilyn Lucía Villanueva Figueroa, estudiante de doctorado de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), ganó el segundo lugar en el concurso de fotografía Nuestras Mujeres Indígenas, organizado por el gobierno de Morelos.
Jesús Eduardo Licea Reséndiz, director de la FCA, informó que la alumna de posgrado obtuvo el segundo lugar en una de las categorías del concurso, con la imagen titulada «Humo, maíz y comunidad: el corazón de nuestra cocina», cuya fotografía captura la esencia de la cocina tradicional como un espacio de identidad, convivencia y transmisión de saberes.
Dijo que el reconocimiento también es reflejo de su formación en la maestría en Manejo de Recursos Naturales y el doctorado en Ciencias Agropecuarias y Desarrollo Rural en la UAEM, disciplinas que han fortalecido su mirada sobre la interrelación entre la tierra, la cultura y la comunidad.

Marilyn Lucía Villanueva Figueroa explicó que la fotografía fue tomada en el municipio indígena de Coatetelco el 24 de enero del presente año, lugar donde ha trabajado con sus habitantes desde sus estudios de maestría, a quienes tiene un gran afecto.
“La fotografía captura un momento en el que las mujeres están preparando tamales en una vivienda del municipio, son un elemento de tradición y es acompañada con mole verde realizado con semilla de pipián”, detalló la estudiante de la UAEM.
Además, dijo que de ahí surgió el nombre de la fotografía “Humo, maíz y comunidad: El corazón de nuestra cocina”, dado que muestra la esencia de la cocina tradicional como un espacio de identidad, convivencia y transmisión de saberes, además de visibilizar los municipios indígenas y la importancia que tienen en la conservación biológica y cultural.
Los organizadores del concurso anunciaron que las fotografías ganadoras serán utilizadas en diversas campañas de sensibilización y promoción del valor histórico de las mujeres indígenas en el estado.

“Masehwasiwatl (Mujer Indígena)”, fotografía de Roberto Villegas que ganó el primer lugar.
“Humo, maíz y comunidad: El corazón de nuestra cocina” de Marilyn Lucía Villanueva Figueroa, logró el segundo lugar
Ilustran “el Camino del Azúcar”
Malu Medina
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) inauguró la primera exposición fotográfica que será llevada a todas las unidades académicas de esta universidad. Se trata de “El camino del azúcar”: un acervo fotográfico sobre la arquitectura de algunas haciendas en Morelos creado y resguardado por el arquitecto Salvador Gómez Arellano.
Estas fotografías son el resultado de un trabajo de 11 años, afirmó el autor, Salvador Gómez, en entrevista para La Jornada Morelos: “Cada una de las haciendas las empezamos a recorrer a partir del año 2014, entonces fuimos buscando en mapas antiguos para empezar a localizar dónde existían distintas haciendas e íbamos a ver qué es lo que había. El resultado de lo que encontraron en las haciendas se registró con un levantamiento fotográfico.”, y gracias a este, podemos apreciar la exposición que se encuentra disponible hasta el 28 de abril en la Biblioteca y Galería Miguel Salinas de la UAEM.
Algo que Salvador resalta de su exposición, es que cuenta con fotografías que fueron tomadas antes del terremoto de 2017: “Afortunadamente el levantamiento fotográfico fue anterior al sismo porque una parte contempla el antes y el después de cómo estaban -las haciendas-, como la hacienda de Coahuixtla; tenemos el chacuaco, cómo estaba en el 2015 y para el 2017 cómo quedó.”, explicó.
Esta exposición nació de su tesis doctoral, la cual -en palabras del autor- es muy extensa. Debido a que fotografiaba “elementos arquitectónicos de relevancia -para su tesis-, materiales, sistemas constructivos, vieron todo el acervo fotográfico que yo tenía de todas las haciendas, del antes y el después y dijeron ‘vamos a hacer una exposición fotográfica’”, expresó Salvador Gómez.
Se divide en 3 partes: la primera cuenta con una pantalla en donde se presentan cerca de 300 fotos escogidas por él; la segunda parte consta de ocho fotos (dos en cada espacio) con el fin de comparar los daños que sufrieron algunas haciendas a causa del sismo; por último, se encuentran las demás fotografías que fueron seleccionadas para exponerse. Salvador comparte que en sus fotografías no hay ninguna que tenga un giro comercial, ya que le interesaron las haciendas que fueron abandonadas y olvidadas: “Son de las que están emplazadas en medio de los cañaverales; olvidadas, arruinadas, pero que tienen una gran belleza.”
La exposición consta de vestigios pertenecientes a 65 haciendas de Morelos: “esos 65 vestigios contemplan ‘cascos’, campanarios, era lo único que se conservaba en algunos casos. Pueden tener solamente un elemento arquitectónico y en otros lugares, tienen un montón de elementos.” Además, una de las fotografías más valiosas que tiene, es la de la hacienda de Sta. Catarina, en Chinconcuac, Xochitepec: se trata de “la única hacienda con su rueda hidráulica conservada en su posición original, en un buen estado de conservación”.
Para Salvador, las haciendas son un elemento de nuestra identidad como morelenses: “Nuestra historia como morelenses es nuestra identidad de morelenses. Tiene que ver con el campo cañero, con el azúcar y pues de ahí viene el conflicto de Emiliano Zapata. Muchas veces decimos ‘Emiliano Zapata’, y decimos ‘la revolución’, pero realmente no dimensionamos por qué. Hay vestigios en las haciendas, en donde los zapatistas bombardeaban con balazos, porque esto era digamos la experiencia, lo físico que determinaba la opresión.”, finalizó.
La inauguración contó con la presencia del secretario de Extensión Universitaria, Gerardo Gama, quien afirmó que se encargarán, junto a sus equipos, de llevar esta exposición a los municipios donde la UAEM cuenta con instalaciones para lograr la exposición: “Esta exposición inicia aquí esta biblioteca Miguel Salinas […] pero la de Salvador va a ser la primera que la Dirección de Cultura y esta Secretaría de Extensión van a llevar a todas las unidades académicas de la universidad: tenemos presencia en 20 municipios, y en 20 municipios estará la exposición”.
Salvador Gómez, fotógrafo que durante once años documentó la ruta de producción del azúcar en Morelos, exhibe su trabajo en la biblioteca Miguel Salinas de la UAEM. Foto: Malu Medina
La UAEM llevará la exposición a cada una de sus sedes en 20 municipios de Morelos. Foto: Malu Medina
Bienvenides todes a la UAEM. Visibilizan las identidades trans.
Jazmin Aguilar
Las identidades trans son parte de la diversidad humana y reflejan la riqueza de experiencias, expresiones y formas de ser en el mundo. A lo largo de la historia y en diferentes culturas, las personas trans han existido, desafiando las normas impuestas sobre el género y abriendo caminos hacia una comprensión más amplia de la identidad.
El reconocimiento y respeto por las identidades trans no solo es una cuestión de derechos humanos, sino también una forma de construir sociedades equitativas. Por esta razón, el 31 de marzo todo el mundo conmemora el Día Internacional de las Identidades Trans, una fecha que nos recuerda que las desigualdades aún persisten y de la urgencia de construir sociedades más inclusivas.
En el marco de ese día, el pasado viernes la Unidad de Igualdad y No discriminación (UNIG) abrió un espacio para escuchar las experiencias de dos grandes activistas por los derechos de la comunidad trans. El Auditorio del Centro Interdisciplinario de Investigación en Humanidades (CIIHu) dio cita al conversatorio “Avances trans: identidad, salud y derechos”; donde las dos invitadas de honor Valeria Morales Solano, promotora de salud en temas de VIH e ITS y defensora de los derechos humanos en la comunidad LGBT, y Samantha Arellanes Balderas, Consejera Transnacional y presidenta de la Coalición Mexicana LGBTIQ; expresaron la urgencia de visibilizar los derechos trans desde las instituciones públicas y gubernamentales.
Bajo la moderación de Alfonso Leija, compartieron no solo sus reflexiones sobre identidad, salud y derechos, sino también fragmentos de su vida personal, entrelazando su historia con el activismo y los avances conquistados por la comunidad trans en México.
La primera mujer trans en el servicio público
En 2020, Cuernavaca hizo historia al convertirse en el primer municipio de Morelos en nombrar a una mujer trans en un cargo directivo dentro del gobierno. Valeria Morales Solado, quien entonces iniciaba su transición a los 45 años, desempeñó el puesto de directora de Atención a Grupos Vulnerables e Inclusión Social.
Esto representaría un precedente en el reconocimiento de la inclusión e identidad de género en un espacio dónde hacía falta capacitar en temas de igualdad y respeto: los espacios del servicio público. “Cuando llegué al ayuntamiento para una reunión con el presidente municipal, Antonio Villalobos, una persona de su equipo se dirigió a mí de una forma no muy respetuosa. Fue incómodo, pero al mencionárselo, su respuesta cambió todo: me escuchó, reconoció el error y, inesperadamente, me ofreció el cargo” relató Valeria Morales.
Este episodio permitió abrir el diálogo sobre la importancia del respeto y la capacitación en diversidad, lo que llevó a la implementación de acciones concretas para sensibilizar al personal gubernamental. Valeria continuó compartiendo que bajo el título de directora de Inclusión Social, enfrentó críticas y usos políticos de su imagen, pero también logró lo impensable: “a pesar de que los medios usaron mi imagen para limpiar la gestión, mi objetivo siempre fue abrir la agenda LGBT+. Capacité a todo el ayuntamiento, desde el Instituto de la Mujer hasta Seguridad Pública”.
El 8 de marzo de 2021, en el marco del Día Internacional de la Mujer, logró obtener su nueva identidad jurídica, consolidando un paso más en la lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas trans. “El trámite no lo pude realizar en Morelos, ya que en ese momento el estado no había aprobado la ley de identidad de género, por lo que tuve que hacerlo en la Ciudad de México”, explicó. A raíz de eso, fue una de las cuatro personas que participó activamente en la redacción de la iniciativa de identidad de género en Morelos.
Tras concluir su labor en Cuernavaca en diciembre de 2021, fue invitada a formar parte del equipo del Ayuntamiento de Xochitepec como directora general de Derechos Humanos, cargo que asumió el 1 de enero de 2022. Desde esta nueva posición, Morales Solano continuó con la labor de sensibilización y capacitación, logrando entrenar al personal de Seguridad Pública y otras áreas clave en materia de diversidad sexual. “Era fundamental que los policías entendieran la realidad de las personas trans, especialmente en situaciones de detención, donde pueden ocurrir violaciones a los derechos humanos”, señaló.
Combatiendo las brechas por la inclusión con futbol
“Me dijeron que el fútbol no era para mujeres como yo”, comentó Samantha Arellanes Balderas, entrenadora de fútbol y activista por la inclusión en el deporte. Durante su intervención destacó que el fútbol sigue viéndose como un deporte masculino en muchos lugares, pero para ellas, es un espacio de resistencia, lucha y comunidad: “El fútbol sigue siendo un territorio masculinizado y aunque hemos avanzado en el reconocimiento de las mujeres en él, las barreras aún persisten. […] En un principio, la lucha fue para que las mujeres tuvieran el derecho de jugar y ser reconocidas. Ahora, la lucha se ha extendido a nosotras, las mujeres trans”, expresó, señalando el desconocimiento sobre la realidad que atraviesan sigue afectando sus oportunidades.
Otra cuestión que abordó Samantha es el reto en el acceso a los espacios deportivos. “Actualmente, en el estado existen solo cuatro canchas privadas donde podemos jugar. En las públicas, la disponibilidad es muy limitada y los torneos aún no están abiertos para nosotras”. Resalta, además, que cuando logran participar, las reglas son distintas: “Nos colocan en torneos mixtos donde, en la práctica, terminamos siendo tratadas como hombres”. Todo esto demuestra lo mucho que falta por avanzar, enfatizó Arellanes.
“No porque no conozcas o convivas con personas trans, debes ignorar nuestros derechos”
Valeria Morales concluyó resaltando que, una de las principales dificultades ha sido la resistencia de algunas personas dentro del mismo ámbito gubernamental, pues no siempre comprenden que la lucha no es solo una demanda social, sino también una exigencia jurídica para garantizar los derechos de todas las personas. A pesar de que Morelos, hoy en día, se ha convertido en un referente a nivel nacional en materia de inclusión y diversidad, en palabras de la activista Morales, esto no significa que el camino esté libre de obstáculos. “Es nuestra responsabilidad señalar y cuestionar al gobierno cuando sus acciones son insuficientes, pero también reconocer y aplaudir los avances cuando estos ocurren”. En este sentido, aplaudió la labor que está realizando el Gobierno del Estado, en especial la Secretaría de Gobierno a través de la Unidad de Igualdad de Género y lo que se está logrando dentro de la UAEM como un ejemplo que debería replicarse a nivel nacional. “Cuando hablamos de garantizar el respeto a la población LGBT+, no estamos pidiendo privilegios, sino exigiendo un derecho básico. Y este principio no solo beneficia a la comunidad LGBT+, sino también a otros sectores históricamente vulnerados, como personas adultas mayores, personas con discapacidad y comunidades indígenas”. Alfonso Leija cerró puntualizando y celebrando los avances institucionales, en particular la inclusión de sanciones en el Protocolo de Cultura de Paz, Prevención y Atención a las Violencias de la UAEM, un paso clave en pro a la comunidad trans que orgullosamente se encuentran cursando sus estudios en la máxima casa de estudios.
La lucha por la igualdad no es una meta estática, sino un proceso continuo que exige esfuerzo, compromiso y autocrítica. Al finalizar el conversatorio, el auditorio se quedó con la reflexión que, desde el marco del Día internacional de las identidades trans, se debe seguir avanzando en la construcción de una comunidad universitaria que no solo reconozca la diversidad, sino que trabaje activamente con diversas instituciones para erradicar prejuicios y garantizar un entorno seguro para todas las personas, sin importar su identidad de género.