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Parte II

 

Como señalaba en el artículo anterior, la Inteligencia Artificial es la cúspide del recorrido de la técnica, la ciencia y la tecnología a través de la imbricación de toda una serie de sucesos, hechos históricos y complejos usos; que entre el cambio social y las invenciones ha derivado en la conformación de un paradigma que se ha dado en llamar tecnocientífico. Así, esa hoy indistinguible línea entre la generación de la ciencia y la producción tecnológica han conformado, en gran medida, lo que se conoce como Inteligencia Artificial.

Sin embargo, dicha apertura trae implicaciones de enorme calado para las relaciones humanas. Una especie de reordenamiento de cuestiones tan humanas como el deseo, la transformación del trabajo y del tiempo. Es así que la necesidad de analizar la Inteligencia Artificial desde las propias ciencias humanas y sociales, con especial énfasis en la filosofía, se vuelve imperiosa.

Es esa necesidad la que anima la aparición del libro Inteligencia artificial: privacidad en quiebra y pérdida del gobierno de nosotros mismos. Se trata de un volumen que compila una problematización común: la de este tipo de tecnología en relación con temas como la privacidad, el dinero, el género, los propios ideales que le dan cimiento —como los imaginarios de la ciencia ficción—. Todos estos aspectos reunidos por el ojo y la perspectiva del filósofo mexicano Alberto Constante, quien ha dedicado varios años de estudio a la modificación de lo que llamamos humano a partir de la técnica y la tecnología. Ahora desde la Inteligencia Artificial.

En este panorama, Jesús Ayala-Colqui se encarga de hacer un análisis del post-comunismo y el ciber-liberalismo en una interesante apuesta de la perspectiva política del uso de criptomonedas y su relación con la emancipación. Por parte de Mayco Burgos encontramos el imprescindible desarrollo y problematización del estatuto fenomenológico de los aparatos creados con inteligencia artificial para pensar qué tanto de lo humano ponemos en los objetivos de aquellos, pero también cuáles son sus limitaciones para pensar lo concebido como humano. Por su parte, Francisco de León hace un brillante recorrido acerca de cómo la cuestión de género y la subordinación de las mujeres está trasladándose ahora a las condiciones de la creación de robots; esto es, dentro de los propios usos que se les está dando a robots del tipo asistencial y aquellos que ahora cubren necesidades socioemocionales o afectivas de los seres humanos.

Borja García Ferrer y Angélica Cabrera Torrecilla destacan el importantísimo aspecto de la tecnovigilancia en esta fase del capitalismo en su vínculo con la cibernética. Mientras que Donovan Hernández Castellanos expone, a través de un prominente filme como lo es Lucy —obra realizada por Luc Besson—, la línea de eventos que va desde el hallazgo de los restos óseos de Lucy, la especie de australopithecus afarensis, en su calidad de protofenómeno de la humanidad hacia el personaje de la película de Besson: Lucy, el protofenómeno de lo posthumano. Concebido ahora a través de las tecnologías cibernéticas. El autor hace referencia a la noción de la filósofa Luciana Parisi, quien a su vez nos lega la definición de un sexo abstracto como condición de lo que llama la era del capitalismo biodigital (precisamente por jugarse en esta era, mucho más que en otras, la transformación de la vida con base en la intervención de la tecnología).

Pensamos también la construcción de la tecnología a partir de su relación con el deseo y el poder, relación tríadica del marco social de nuestros días: “Si el deseo es esa energía presente por la que el ser humano se ha constituido históricamente en tanto sujeto, o subjetividad, es posible pensar también que los puntos de cruce, de configuración de un mapa del deseo, lo ha trazado el poder”.

Entre otros valiosos e iluminadores textos, con esta obra pretendemos continuar con el firme propósito de pensar la transformación social a partir de la irrupción de la inteligencia artificial. Un compromiso inaplazable para quienes tenemos claro que a la par de la transformación material del mundo debe estar presente siempre la pregunta que interroga ese hacer. Es decir, la pregunta filosófica.

*Red Mexicana de Mujeres Filósofas / El Colegio de Morelos.