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La competición automovilística más exigente para un piloto, está luchando por mantenerse relevante en la actualidad. A pesar de su historia rica en emociones y momentos icónicos, la Fórmula 1 se ha estancado en una carrera predecible y carente de emoción. Y es que veámoslo como han sido las últimas temporadas a través de los años; 5 veces seguidas Michael Schumacher con la escudería de Ferrari (2000-2005), Sebastián Vettel cuatro veces campeón al hilo con Red Bull (2010-2014) Lewis Hamilton con Mercedes siendo campeón 6 de 7 temporadas (2014-2021) y últimamente con el reinado de Max Verstappen que está ganando cada carrera de esta temporada (10 seguidas).

Es tiempo de que la competición se reinvente y busque un cambio de rumbo.

Uno de los principales puntos a criticar en la Fórmula 1 de hoy en día es su falta de competencia real. La supremacía de un solo equipo durante años consecutivos ha hecho que las carreras se vuelvan aburridas y predecibles. No es emocionante ver a un piloto liderar cada carrera de principio a fin sin enfrentar mayores desafíos. La falta de emoción y rivalidad entre los equipos ha llevado a una disminución en el interés de los seguidores.

Otro aspecto a destacar es la falta de conexión con los fanáticos. La Fórmula 1 a menudo se percibe como un deporte elitista y casi inaccesible para el común de las personas. Los altos costos de asistir a una carrera y la dificultad para acceder a la información relevante han hecho que los fanáticos se alejen de la competencia. La Fórmula 1 necesita encontrar una manera de acercarse a los seguidores, hacer que se sientan parte de la acción y aumentar el nivel de interacción.

La tecnología también ha jugado un papel negativo en la Fórmula 1. Aunque es comprensible que la competición esté en constante evolución, la dependencia excesiva de la tecnología ha eliminado parte de la esencia de este deporte. Los avances en la aerodinámica y las mejoras en los motores han hecho que el rendimiento del piloto sea menos relevante. La Fórmula 1 necesita encontrar el equilibrio adecuado entre la tecnología y las habilidades del piloto para reavivar la pasión y el entusiasmo que alguna vez tuvo.

Finalmente, los cambios constantes en las reglas y regulaciones han llevado a una falta de continuidad en la competencia. Los equipos y pilotos se ven forzados a adaptarse rápidamente a nuevos cambios, lo que puede disminuir la calidad de la competición y afectar negativamente la preparación. Se necesita una estabilidad en las reglas para permitir que los equipos se desarrollen y se enfrenten en igualdad de condiciones.

En resumen, la Fórmula 1 necesita un cambio de rumbo para recuperar su posición como el máximo exponente del automovilismo. Es hora de reevaluar las reglas y regulaciones, fomentar la competencia real y emocionante, y acercarse a los fanáticos. Solo a través de una combinación de estos cambios será posible revivir el espíritu apasionante y emocionante de la Fórmula 1.

Por Bruno Velázquez

25 años de experiencia me avalan; periodista, crítico-reservado y proveedor de las malas ideas, Bruno Velázquez. Redactor de “Hablemos de Deportes” en La Jornada Morelos.