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Las comunicaciones que sostuvieron los inculpados en el feminicidio de Ariadna “N” a través de Whatsapp podrían indicar que confabularon para ofrecer una versión falsa de los hechos y así pretender ocultar su participación en el feminicidio.
De acuerdo con un reporte de la periodista Georgina Zerega publicado en el portal de El País, quien tuvo acceso a los mensajes que intercambiaron Vanessa y Reutel “N” mediante la popular aplicación de mensajes instantáneos, en el mejor de los casos, ocultaron los sucesos y acordaron una versión alternativa de los hechos.
“Muchos de los mensajes que se mandaron tras arrojar el cuerpo en una carretera cercana a Tepoztlán, en el Estado de Morelos, ya habían sido borrados cuando los teléfonos llegaron a manos de la Policía. Pero las autoridades fueron capaces de recuperar algunos de los Whatsapp que se enviaron los acusados. Me da miedo todo esto, le comenta Rautel a su novia el 2 de noviembre, dos días después de la muerte, cuando las amigas de Ariadna les comunicaron que denunciarían la desaparición. Está bien que cooperemos, pero con cuidado en los detalles, dice el hombre”, escribe Zerega.
“La última vez que se vio con vida a Ariadna López fue la noche del 30 de octubre. La joven asistió al restaurante Fisher’s de la colonia Condesa, en la capital mexicana, para encontrarse con Vanessa, Rautel y otras personas. Después de pasar alrededor de una hora allí, abordó una camioneta junto al grupo y se fueron a la vivienda del acusado, en la calle Campeche al 175, a unas 10 cuadras del restaurante. A todos se les ve bajar de la camioneta en el estacionamiento del edificio y entrar al departamento. Media hora después, el resto de los amigos se retiran de la casa, dejando adentro a la pareja y a Ariadna. Al otro día, sobre las 10.27 de la mañana, se ve llegar al chofer personal de Rautel al sitio y retirarse unos minutos después. Ese mismo 31 de octubre, media hora después, se ve al presunto feminicida cargar por el edificio el cuerpo con rigor mortis —de acuerdo a lo señalado por un perito— hasta subirlo de vuelta a la camioneta. Las últimas imágenes muestran a Rautel dejar el sitio y dirigirse a Tepoztlán, donde luego aparece tirado el cadáver.
Los mensajes parecen demostrar que Vanessa decide hacer y decir todo lo que le indique su novio. “Qué hago”, le pregunta ella. “No, está bien que cooperemos pero con cuidado en los detalles”, le responde él. “Lo que me mandes de información es lo que les mandaré”, dice Vanessa. Rautel le manda entonces un mensaje con la versión de los hechos que tiene que difundir: “Nos fuimos del Fisher’s como a las 6.30… venía Ernesto, Anita, José, Puñe, yo y Ari. Estuvimos como en mi casa hasta las 9, todos se fueron […] Debió de pedir su Uber como a esas horas, 9 de la noche. Pero nadie confirma que se haya subido al taxi”.
“Vanessa le comenta a su pareja en los mensajes que los amigos de Ariadna la hacen sentir mal. Uno de ellos, que lleva adelante la búsqueda de la joven, le pidió que solicitara a la seguridad del edificio los vídeos de las cámaras. Ella le responde que no se va a ver nada, porque los equipos no captan la imagen hasta la acera. Esta solicitud desata incertidumbre en la pareja, que especula cuánto tiempo duran las grabaciones de las cámaras de seguridad antes de eliminarse automáticamente. Rautel asegura que solo duran un día. Se equivocaba, la Policía consiguió las imágenes y su contundencia ha servido para mantenerle en prisión.”

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