Por Cafeólogo®
Digamos que su taza favorita, en la que toma café todas las mañanas, o las tardes, o mañanas y tardes, es una taza con capacidad para 320 mililitros de bebida, una generosa taza de café. Pues bien, para hacer esa taza se ocuparon 100 semillas de café tostado y molido infusionadas en agua caliente, preferentemente a no más de 90 grados centígrados de temperatura. Y si hasta aquí ya lleva leídos algunos datos en los que no había reparado, le daré uno más: se ocuparon 50 frutas sanas de cafeto para crear su taza de café.
Vamos por partes, de lo más evidente a lo menos evidente. Una semilla (que no un grano) de café tostado pesa en promedio 0.0002 kilogramos, o lo que es lo mismo, 0.2 gramos. Si queremos ponerlo más fácil, se necesitan 5 semillas para hacer 1 gramo de café tostado. Pero con un gramo de café no se hace nada. Ocupamos 20 gramos de café para preparar una taza, su taza, lo cual significa, si las matemáticas siguen siendo lo que son, que se necesitan 100 semillas de café tostado para preparar ese cafecito que a estas alturas sospecho que ya se le antojó.
¿Por qué 20 gramos y no 15 o 21? Porque su taza bien servida es de 320 mililitros de capacidad, y existe una fórmula para calcular la cantidad de café en función de la cantidad de agua (o viceversa) que los profesionales llaman la Golden Cup. En dicha fórmula se indica que debe haber una relación 1:18 entre el café y el agua, es decir, que por cada gramo de café deben emplearse 18 gramos de agua. Si usted tiene el volumen de agua que va a preparar, divide dicho volumen entre 18 y obtendrá los gramos de café que necesitará. Y al revés, si conoce los gramos de café de los que dispone, multiplica por 18 y obtendrá la cantidad de agua para dicha dosis de café. Regla de tres simple.
Estoy seguro que más de uno ya sacó el cálculo mental, o escribió en un papel la fórmula, o la calculadora de su móvil (que ya nadie usa el reloj Casio con calculadora) y se dio cuenta que algo no le cuadra. A usted que no le dan las cuentas, mis respetos. En efecto, si su taza es de 320 mililitros de agua y divide entre 18, la respuesta indicaría que no se necesitan 20 sino 17.7 gramos de café, y en consecuencia no se necesitan 100 sino 88.8 semillas de café tostado para preparar su taza. El escritor de este artículo falló, quizo verse más poeta que matemático y redondeó para que sonara más bonito su argumento: 100 semillas para una taza de café.
Pues no, aquí falta algo que lo explica todo: el café molido tiene la capacidad de retener hasta el doble de su peso en agua. Es decir que 20 gramos de café molido pueden retener hasta 40 mililitros de agua, que nunca llegarán a la taza. Así, para preparar 320 mililitros de una taza de café es necesario considerar los 40 mililitros de agua que retuvo el café -la dosis de 20 gramos- con lo que se llega a los 360 mililitros del vital líquido -sonó a cronista deportivo o conductor de noticiero- para preparar con 20 gramos de café tostado y molido esa deliciosa taza de 320 mililitros de café.
Si usted llegó hasta aquí, doble es mi admiración. Superó la aridez y el trabalenguas, fue más allá de lo evidente para llegar a lo menos evidente, y quizá ahora puede decirle al próximo amigo que se encuentre: ¿sabías que se necesitan 100 semillas para 1 taza de café?