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La Cumbre del Clima se acaba de llevar a cabo en Dubái, emirato árabe dónde se evaluaron el grado de cumplimiento de los objetivos del tratado vinculante de 2015 en París, firmado por 196 países con el fin de reducir los gases de efecto invernadero. Ya estaba anunciado en el artículo 14 del Acuerdo en París, cada cinco años se debía realizar un balance. Y como todo balance, era necesario conocer y evidenciar avances, retos, y elaborar sugerencias para abordarlos. Lamentablemente, los resultados de la evaluación dieron cuenta que fueron deficientes los avances, y que urgen medidas correctoras por todos lados, con responsabilidades diferentes.

En esta primera nota de las varias que abordaré en este espacio para debatir con ustedes, diversos aspectos planteados y desacuerdos, quiero compartir hoy algunas noticias a modo de entrevista, que me hizo llegar un amigo español Sol Trumbo Vila que trabaja en el Transnational Institute, una organización con sede en Ámsterdam y 50 años de experiencia impulsando políticas y soluciones a problemas globales, quién participó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza, como representante precisamente de organizaciones y movimientos sociales encargadas de presionar y reclamar por los derechos de todos. Esos derechos fundamentales violados sobre todo por las grandes transnacionales que son las que más emiten contaminación en el mundo y atentan contra los derechos humanos.

Se trata de visibilizar algo que la Cumbre y sus protagonistas no cumplen, sobre todo las grandes transnacionales casi siempre sin consecuencias. En el entendido entonces, que estas voces son las que poco se escuchan me interesa difundir el mensaje que trasmite Sol y su organización conjuntamente con otros delegados de movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas. En el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adelantan negociaciones junto con otros países para defender un tratado internacional que obliga a las empresas transnacionales a respetar derechos humanos. Este proceso no es muy conocido, pero cuenta con el potencial de cambiar las estructuras de poder globales y traer justicia a millones de personas. Cuando le pregunto ¿por qué es esto importante? Sol, nos comenta cómo “muchas empresas transnacionales cometen múltiples delitos y año tras año salen impune. Como saben las empresas transnacionales operan en todo el mundo, sin embargo, no existen leyes a nivel mundial ya que ellas solo tienen que respetar leyes nacionales y regionales, existen vacíos legales que muchas de estas grandes empresas aprovechan para no rendir cuentas por su implicación en violaciones de derechos humanos, delitos contra el medio ambiente o evasión fiscal”.

Durante décadas las transnacionales han usado el argumento de que la autorregulación y las normas voluntarias son suficientes, sólo hay que ver en qué estado está quedando nuestro planeta para saber que necesitamos algo más. En ese sentido expertos y expertas en derechos humanos y ambiente hemos trabajado para establecer un nuevo marco regulatorio que sirve para establecer claramente las obligaciones de estas empresas y así acabar con su impunidad. Casa año son más los países que reconocen esta necesidad histórica y el proceso ya está inspirando nuevas leyes y regulaciones en países de Europa, África y América Latina.

Espacios de negociación globales como la COP generan cada vez más frustración por su incapacidad de ir más allá, de establecer objetivos voluntarios de aquí a veinte o treinta años, y está a la vista que cada vez más personas aprenden del desconocido tratado vinculante en la ONU que obligaría a las transnacionales a respetar los derechos humanos y el medio ambiente”. Necesitamos apoyar estas iniciativas: “Paremos la impunidad de las empresas corporativas”. Te invito a visitar su página: https://www.tni.org/es

 

*Integrante del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo.

c.girardo@hotmail.com