Consecuencias negativas del consumo de carne en la atmósfera y el agua
Sabemos bien que son dos los responsables principales de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que ocasionan el Calentamiento Global Antropogénico: la quema de combustibles fósiles y el consumo de carne.
Las rumiantes vacas emiten metano (CH4) —un gas casi 30 veces más sobrecalentador que el CO2– por la boca y por tal razón tal industria debería ser anulada o minimizada al máximo. Los humanos podemos obtener las proteínas de otras fuentes y ello sería muy sano para el planeta.
Es bien conocido que la producción de un solo kilogramo de carne requiere, en todo su proceso de producción, el equivalente a 15,000 litros de agua.
Pero el asunto es peor. A inicios de febrero del año en curso, el Dr. Antonio Sarmiento Galán, Investigador del Instituto de Matemáticas de la UNAM y responsable de la sección sobre Cambio climático de la Academia de Ciencias de Morelos, no hizo llegar el estudio: “Consideraciones no contabilizadas del daño ambiental que causa el consumo de carne en el agua”, el cual me permito citar en extenso.
“Los mataderos de ganado, antes conocidos como rastros, vierten millones de kilos de contaminación en las vías fluviales de un país cada año. Debemos exigir que tal contaminación del agua utilizada se limpie usando los filtros adecuados.
Además de la injustificada injusticia de usar un bien común para el privilegio exclusivo de quienes consumen carne, los mataderos vierten miles de toneladas de contaminación a nuestros ríos, arroyos y lagos cada año. Las desagradables aguas residuales de los mataderos incluyen virus y bacterias peligrosos, nitratos, productos químicos e incluso sangre [1].
Esta repugnante contaminación en gran medida no se controla y eso tiene que terminar.
Hacemos un llamado a las instituciones responsables: Salud, Semarnat para que responsabilicen a los contaminadores y controlen las toneladas de contaminación que se vierten en nuestras vías fluviales.
Las aguas residuales de los mataderos no sólo son asquerosas, sino que también son mortales para la vida silvestre.
Los residuos de los mataderos contienen contaminación que contribuye a la aparición de zonas muertas y brotes de algas tóxicas, y amenaza nuestras fuentes de agua potable. Esta contaminación industrial es uno de los principales impulsores de la zona muerta anual en el Golfo de México [2].
Los niveles de oxígeno disuelto en el agua son tan bajos en la zona muerta que los peces, cangrejos y otras especies marinas literalmente no pueden respirar; en el verano pasado, la extensión de la zona muerta abarcaba un valor por debajo del promedio: casi 810,000 hectáreas, aproximadamente el tamaño del Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos [3].
Año tras año, el norte del Golfo de México se asfixia con la contaminación, dañando la vida silvestre. Es la segunda zona muerta más grande del mundo, y si no hacemos algo respecto de la contaminación desenfrenada que fluye hacia nuestras vías fluviales, esta área que alguna vez fue vibrante en biodiversidad, nunca se recuperará [4].
Ahora, Salud, Semarnnat y Economía deben emitir una norma para reducir la contaminación procedente de los mataderos con medidas financiadas mediante los ingresos que se obtengan por la imposición de un impuesto especial al consumo de carne; ya es hora de cambiar el rumbo de esta contaminación tóxica en nuestras aguas”.
Hasta aquí el estudio del Dr. Sarmiento. Sinceramente espero que las autoridades estatales y federales del ramo tomen en cuenta sus consideraciones. Fueron hechas pensando en el bien de todos.
[1]Slaughterhouses Are Polluting Our Waterways, Environment America Research & Policy Center, junio 3, 2020.
[2] J. Rumpler, M. Casale, T. Dutzik and B. Huxley-Reicher, Wasting our Waterways, Environment America Research & Policy Center, Sept. 28, 2022.
[3] NOAA and partners announce below-average ‘dead zone’ measured in Gulf of Mexico, National Oceanic and Atmospheric Administration, agosto 2, 2023.
[4] What is a dead zone?, National Ocean Service, fuente consultada en enero 29, 2024.
Foto tomada de internet, cortesía del autor