Dice un viejo y sabio dicho que lo que no mata fortalece, y ante la embestida de la película Heroico de David Zonana, que intentó sin éxito, minar el sólido prestigio del sistema educativo militar y a su institución insignia que es el Heroico Colegio Militar, el histórico y bicentenario plantel saldrá fortalecido.
El filme pretende dar a conocer los excesos y vejaciones, según Zonana generalizados a los cuales son sometidos los cadetes, particularmente los de primer año, denominados “potros” por sus compañeros de más antigüedad en el Heroico Colegio Militar. El director cinematográfico a su vez se ampara en que se documentó en los testimonios de cadetes que sufrieron abusos y que por motivos particulares no concluyeron su formación como oficiales del ejército. Aquí es donde surgen diversas consideraciones y obligadas reflexiones que ponen en tela de juicio la objetividad del filme.
El trabajo está lejos de ser imparcial al basarse solo en la versión de personas que tienen motivos individuales en contra del colegio militar, a su vez, es una interpretación sesgada y tergiversada sobre la formación de los futuros oficiales del ejército donde lo único que prevalece en escena es la conducta abusiva y violenta de los más antiguos sobre los de recién ingreso, los ejes educativo, ético y militar son olímpicamente anulados. El argumento es pobre, la trama lenta, muy aburrida y le falta imaginación. La edición es de poca calidad y carece de musicalización. A todas luces se percibe más allá de una denuncia, una clara intención de manchar a una institución, el escenario del Centro Ceremonial Otomí intenta recrear las instalaciones de Tlalpan o también la burda escena en la cual los “sargentos” al salir francos, obligan al “potro” a acompañarlos a asaltar una casa en una zona residencial. En resumidas cuentas, Heroico dibuja a la perfección el supuesto de que, ante la falta de argumentos, la mejor salida es la descalificación. Es particularmente lamentable que el filme haya contado con apoyos y estímulos de la Secretaria de Cultura Federal e instancias públicas, bien les haría a los funcionarios de dicha dependencia un curso de historia del Heroico Colegio Militar y una actualización sobre las condiciones actuales del bicentenario plantel. Para tener la “película completa” sería oportuno conocer cuáles son los verdaderos obscuros intereses tras la producción y proyección de Heroico.
La película generó polémica aun desde antes de su estreno, desde los legítimos reclamos de quienes han sido agraviados por su exhibición hasta el trillado discurso del director del filme erigiéndose de manera oportunista en paladín de las causas de las víctimas de excesos castrenses. Sin embargo, tras el impacto mediático que genera un tema de esta naturaleza es importante tomar en consideración que el trabajo solo buscó dar un golpe mercantil para los productores, fijando su estreno coincidentemente en el mes de septiembre tan asociado a efemérides patrias, y en el año del Bicentenario del Colegio Militar.
Es bien sabido que la vida militar no es para todos, que a la dureza de la propia formación se añaden aptitudes de disciplina y sacrificio, así como las virtudes que distinguen a los hijos del Heroico Colegio Militar mismas que están representadas en los cinco rayos que coronan su histórico escudo: honor, lealtad, patriotismo, valor y abnegación. También es sabido que siempre habrá quien no esté a la altura de las circunstancias, que no sea digno de portar el uniforme de México, pero aquí es fundamental destacar aquel principio general del Derecho que establece” se juzga a las personas, no a las instituciones” en suma, cualquier falta por más lamentable o grave que sea, es atribuible a quien la comete a título personal nunca se comete a titulo institucional. No en vano la SEDENA cuenta con el histórico fuero de guerra, la Dirección de Derechos Humanos y el servicio de Justicia Militar.
En contrarréplica a las obscuras escenas de Heroico, se imponen los días soleados en las soberbias instalaciones de Tlalpan, donde los cadetes marchan orgullosos en la plaza de maniobras con la moral alta, donde como ya se mencionó se privilegia un eje filosófico, académico y militar. La estricta observancia de los Derechos Humanos es una constante y la equidad premisa, pues ahí hombres y mujeres son iguales, no hay distingo de clases sociales, el único privilegio son los méritos propios que harán de estos jóvenes hombres y mujeres los generales del mañana.
Escritor y cronista morelense