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La sequía en México como el calentamiento global, no es un fenómeno reciente, sino un problema recurrente, predecible y. que lamentablemente, no ha sido atendido ni de forma estratégica, ni prioritaria. ni con la diligencia debida, pese a su importancia para el bienestar y la calidad de vida de millones de mexicanos. En los últimos treinta años, se han tenido sequías durante los años, 1996, 2011 y 2015. Sin embargo, en los últimos cinco años, las sequías se han intensificado por el calentamiento global.

La Conferencia sobre el Agua de Naciones Unidas realizada en la ciudad de Mar de Plata en Chile en 1977, constituye el punto de partida de atención sobre el problema del agua a escala global, pero es hasta la Conferencia de Rio en 1992, que se relaciona el acceso y la calidad del agua con el desarrollo sustentable. La crisis hídrica no solo provoca un grave problema de abastecimiento del vital recurso, sino también complicaciones para la seguridad alimentaria, la salud pública, así como la deforestación, lo que afecta la sustentabilidad ambiental y social de varias regiones del norte, centro y sur de México.

Las sequías se han acrecentado particularmente en el centro del país, lo que ha generado que grandes reservas de agua dulce hoy se encuentren prácticamente secas. Este ha sido el caso de la laguna de Zumpango en el Estado de México, el lago de Valsequillo en Puebla, la laguna de Metztitlán en Hidalgo los lagos de Cuitzeo y Pátzcuaro en Michoacán, el lago de Chapala en Jalisco, o el sistema Cutzamala que abarca presas en Villa Victoria o Valle de Bravo y que abastece la zona metropolitana de la CDMX y el Estado de México,

Las sequías recurrentes han provocado, de acuerdo con el Monitor de Sequía, que más del 70% de la superficie territorial en este año 2024, mantenga algún nivel de sequía. De acuerdo con datos del Servicio Meteorológico Nacional, 614 municipios están anormalmente secos, 602 con sequia moderada, 430 con sequia severa, 350 con sequía extrema y 74 con sequia excepcional, esto es 76.12% del territorio nacional. Si bien el cambio climático, el crecimiento poblacional y la sobreexplotación son señalados como sus principales causas, uno de los factores que más incide para su generación es la deficiente gestión gubernamental del agua en todos los ámbitos de autoridad.

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en el ámbito federal, no cuenta con los recursos necesarios, ni tampoco con un plan estratégico para atender la crisis hídrica actual. Desde el año 2017, el organismo gestor del agua ha sufrido reducciones significativas de recursos en su presupuesto público, la última en 2023 del 12.6%. Esta falta de fondos ha provocado que CONAGUA tampoco atienda a otro grave problema ambiental, la contaminación de ríos, lagos, lagunas y presas, que afecta la calidad y cantidad de agua disponible.

Un ejemplo es el del río Santiago en Jalisco, que es considerado el río más contaminado en América Latina por sus altos niveles tóxicos que contaminan su caudal natural, la contaminación química también prevalece en más de la mitad de los ríos lagos, arroyos y presas del país, pero no puede ser tratada por la CONAGUA por falta de recursos. La carencia de recursos también está relacionada con las fallas en la inspección y vigilancia ambiental de las descargas toxicas en ríos y cuencas por parte de las empresas y la industria. Las inspecciones ambientales no alcanzan a cubrir ni el 10% de las concesiones federales otorgadas a las empresas, lo que implica la falta de sustentabilidad ambiental en estos sectores.

Por tanto, el sector del agua requiere posicionarse en la agenda política nacional. La importancia de incrementar su dotación presupuestaria e implementar nuevos modelos de gestión de los recursos hídricos, así como mejorar la capacidad de los órganos reguladores en los ámbitos federal y municipal es fundamental; se requiere que la gestión del agua se convierta en un tema estratégico a nivel nacional y se le destinen recursos financieros equiparables al reto que representa.

*Profesor investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de Conahcyt