El 12 de septiembre del 2023 será recordado como un día de vergüenza nacional e internacional en el que la ignominia en contra de la ciencia mexicana rebasó todos los límites. Ese día, la pseudociencia y charlatanería llegaron oficialmente, por invitación, a la Cámara de Diputados de México. Jaime Maussan, autoproclamado experto en temas de vida extraterrestre que durante años ha forjado su carrera profesional aprovechándose de la escasa cultura científica de toda una nación, presentó momias fosilizadas de seres humanoides ante algunos legisladores, transmitiendo claramente el mensaje de que son momias de seres extraterrestres y, por si fuera poco, atreviéndose a insinuar que la UNAM fue certificadora de este disparate.

Durante años, Maussan ha presentado videos borrosos, oscuros y completamente desenfocados, de supuestas naves espaciales que han visitado nuestro planeta. Estas imágenes pixeladas son lo mejor que Maussan ha podido ofrecer como “evidencia” de vida extraterrestre. En sus declaraciones delirantes, reta a los científicos para que demuestren que tales imágenes son falsas. En primer lugar, la ciencia no funciona como pretende hacer creer este charlatán. Cuando un verdadero científico presenta resultados ante el mundo, es el propio científico el que debe mostrar la evidencia convincente de que sus resultados son verdaderos y no pretender que el mundo sea el que demuestre la falsedad o veracidad tales resultados. Por ejemplo, si yo digo que el cáncer de próstata se cura con jugo de naranja, debo mostrar evidencia contundente que respalde la veracidad de tal afirmación, y no simplemente retar a la comunidad científica a que demuestre que estoy equivocado.

En segundo lugar, hay muchos telescopios de alta resolución apuntando hacia el cielo y registrando la actividad celeste en cada lugar del planeta y en cada instante (Chile, México, Arizona, la Antártica, Rusia, China, Europa, etc.). También existen los telescopios espaciales puestos en órbita alrededor de la Tierra, como el Hubble, Hipparcos, Kepler, Astrosat, IRAS, Webb y muchos otros, que han producido imágenes de altísima resolución de objetos muy lejanos como exoplanetas y agujeros negros. Miles de astrónomos profesionales están mirando al cielo en cada momento y en cada rincón del planeta, registrando la actividad celeste no sólo en el espectro de luz visible, sino en radio frecuencias, rayos X, rayos gama, infrarrojo, y un sinfín de longitudes de onda que no son perceptibles para el ojo humano. Y con todos estos astrónomos profesionales e independientes mirando hacia el cielo con telescopios de super alta resolución, lo mejor que Maussan ha podido ofrecer como evidencia de vida extraterrestre son imágenes borrosas, oscuras y pixeladas tomadas por aficionados. ¿Es en serio?

Pero la cereza del pastel ocurrió el 12 de septiembre del 2023 en la Cámara de Diputados de México, donde Maussan presentó cuerpos fosilizados de supuestas momias extraterrestres. Ya se demostró contundentemente que las famosas momias de Nazca están hechas de papel, pegamento, restos humanos y de animales. Pero a Maussan, charlatán profesional, poco le importa. Sigue presentando sus “momias extraterrestres” como si fuesen verdaderas y retando a los científicos a que demuestren que son falsas. Claro, Maussan lanza este reto sin entregar las momias a laboratorios especializados para que sean analizadas a profundidad.

No duele tanto la charlatanería, sino que haya llegado al Congreso de México por invitación en una época en la que deberían discutirse temas de inseguridad, narcotráfico, salud pública, pobreza, educación, desarrollo urbano, delincuencia, desapariciones forzadas, feminicidios, crisis migratoria, contaminación, deforestación y muchas cosas más que afectan a los mexicanos cada día. Duele profundamente que la Cámara de Diputados haya abierto sus puertas a charlatanes que quieran iniciar el diálogo sobre los derechos de los extraterrestres, cuando los derechos humanos de los mexicanos se violan cada día. Duele también el ridículo internacional en el que estos charlatanes y sus secuaces han puesto a México debido a la pobreza intelectual de gobernantes y legisladores que se asombran ante momias de papel. Estos acontecimientos sólo demuestran que la educación científica para los niños, jóvenes y adultos de México no es un lujo, sino una necesidad urgente. Hagámosla valer exigiendo a los congresistas que destinen más recursos para la ciencia y la educación en lugar de prestar atención a charlatanes.

*Investigador del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM en Cuernavaca.