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Con la generación, a nivel nacional, de más de 250 mil empleos directos y casi un millón indirectos, en donde el 60por ciento de la mano de obra es femenina, la floricultura se aprecia como una de las más claras alternativas de desarrollo económico también para nuestro estado.

Morelos tiene el clima, la tierra y la gente para ser una potencia en la producción de flores de ornato incluso a nivel internacional, de hecho, ya se ha logrado colocar entre los principales productores de algunos tipos de flores a nivel nacional, como es el caso de la flor de nochebuena y el cempasúchil.

La producción nacional más importante se concentra en el Estado de México que aporta más del 70 por ciento, después le siguen Morelos, la Ciudad de México, Guerrero, Colima yMichoacán.

El sector productivo de plantas y flores ornamentales de México genera una derrama económica de 30 mil millones de pesos al año.

Morelos es líder nacional en la producción de nochebuena y produjo más de la tercera parte de este tipo de flor a nivel nacional que, cuyo valor, en conjunto, fue de 669 millones de pesos el año pasado. 

La nochebuena no solo tiene usos ornamentales, sino también terapéuticos e industriales y se cultiva en estas tierras desde tiempos prehispánicos. Los municipios de mayor producción de esta flor son Cuautla, Jiutepec, Cuernavaca, Emiliano Zapata y Tepoztlán, donde se producen más de 20 variedades.

También figuramos entre los principales productores de cempasúchil, crisantemo, nardo, rosa, gladiola y girasol.

Aquí, las flores se dan de manera abundante, más que algunas otras entidades que tienen que dedicar un mayor espacio para producciones similares. En Morelos existen aproximadamente cinco mil productores de floresornamentales de siembra bajo cubierta, casas sombra o invernaderos, en tres mil hectáreas de cultivo y su producción representa al menos el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) agrícola del estado.

Lo mejor: después del traspié de la pandemia, la producción floral mexicana está regresando a los niveles que tenía antes del Covid, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en 2021 la producción de rosa se incrementó 5.7 por ciento; el girasol tuvo un alza de 25.7 por ciento; la producción de gerbera aumentó 4.6 por ciento; y el lilium subió 3.6 por ciento. Y el mercado va también al alza.

Así es que la producción de belleza es innata en Morelos y es una veta que se debería explotar desde la perspectiva de desarrollo estratégico a largo plazo. Quizá las flores representen para nuestro estado un camino de progreso sostenido. 

Sirva el presente editorial como homenaje a los floricultores y comerciantes de flores morelenses que no solo no han dejado caer esta actividad en nuestro estado, sino que nos ofrecen un ejemplo de visión y compromiso de una forma que va mucho más allá del mero interés comercial.

Zafra

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