La pugna por el presupuesto, y por el discurso

 

Los guerreros y los políticos morelenses se van peleando.

Sin tanta gloria como en los cantares de gesta, los diputados de la LV Legislatura de Morelos y el gobernador Cuauhtémoc Blanco y su equipo de trabajo, viven el último de sus grandes encuentros, la discusión de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2024 que concluirán, según todo apunta, en una batalla de poder y declaraciones.

Todo apunta a que el distanciamiento se agravará esta semana, en que los diputados buscan aprobar la ley de ingresos del estado, sin aumento al impuesto a la nómina, y el presupuesto de egresos con las correcciones y ajustes que la Comisión de Hacienda ha hecho al documento y que incluyen recortes al gasto del Poder Ejecutivo y un programa de obra pública municipal modesto y distribuido entre los 36 municipios de Morelos, prohíbe nuevamente las libres transferencias de recursos, etiqueta partidas y destina montos para cubrir jubilaciones de los tres poderes del estado. Es decir, los diputados proyectan aprobar el documento con cada uno de los puntos en que tienen las diferencias con el Ejecutivo que provocaron la ruptura del diálogo al principio de la semana.

No sería la primera vez.

El año pasado, una mayoría de quince legisladores aprobó un proyecto de presupuesto alterno al que el Ejecutivo les envió. No fueron pocos los errores, más en lo político que en la parte técnica. Por ejemplo, los diputados no socializaron previamente los cambios y sus objetivos, lo que permitió al Ejecutivo ganarles el discurso y emprender una campaña de difusión en contra de la Legislatura. Tampoco hubo acercamiento con los presidentes municipales para buscar su respaldo al presupuesto aprobado. Pero cuando el Ejecutivo morelense acudió a la Corte para buscar echar abajo el ordenamiento se fundó en consideraciones técnicas, una de ellas fue el único error que hasta ahora ha reconocido la Corte: los diputados crearon un Fondo de Infraestructura Regional Municipal sin atender criterios de equidad, en eso se basó la Corte para suspender la aplicación de dichos recursos.

Los diputados parecen aprender de sus errores. La discusión sobre el paquete económico para el 2024 se abrió desde que los empresarios se pronunciaron contra el incremento al impuesto a la nómina. El diálogo entre representantes patronales y legisladores fue abierto y el acuerdo a que llegaron, no aprobar el aumento de contribuciones, se hizo público de inmediato.

También se apropiaron de la narrativa en torno al proyecto de gasto para el próximo año, hicieron públicos los estudios respecto a la distribución presupuestal, incluyendo el incremento de 2 mil 124 millones de pesos en el gasto del Ejecutivo y sus entidades. También han expuesto los rubros del paquete económico en los que están en desacuerdo con la administración de Cuauhtémoc Blanco, la falta de proyectos de obra pública, la negativa del gobierno estatal para reducir su gasto, la insistencia en que se permita al gobernador, a través de la Secretaría de Hacienda, hacer transferencias de recursos bajo una serie de supuestos abiertos a interpretaciones sumamente laxas, la falta de previsión de un capítulo para atender jubilaciones, entre otras.

No es que vayan ganando la discusión, pero por lo menos, a diferencia del año pasado, están haciendo oír su voz y, sin tanta prisa, parecen estar dispuestos a que su discurso llegue a la sociedad antes de los reclamos del Ejecutivo. No es sencillo, los congresos están entre las instituciones peor evaluadas por la ciudadanía, y aunque Cuauhtémoc Blanco es el gobernador con menor respaldo popular en las encuestas nacionales, es probable que su nivel de aprobación sea el mismo que el del Congreso local en conjunto. Por eso urge a los diputados socializar sus iniciativas y sus posiciones.

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Leí Cumpleaños, de Carlos Fuentes hace tantos años que sólo recuerdo lo que aprendí del pequeño librillo: los aniversarios sirven para pensar en el pasado y el futuro, son un momento en que pasado y futuro confluyen en un presente cargadísimo. El “cumple”, como dicen mamonamente ahora, sirve para reflexionar sobre lo hecho (de ahí que suela festejarse o sufrirse) y para proyectarse al futuro.

El aniversario de La Jornada Morelos se festeja por los enormes logros del primer año, y ayuda a refrendar el compromiso de quienes la hacemos con un periodismo de calidad, dedicado a lectores con razón cada vez más exigentes. “Un gran estado merece un gran diario” y ya lo tiene en el que hoy lees. Felicidades a todos por el primero de muchos años de gran periodismo.

@martinellito

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