CUÁL ES LA ESPERANZA DE MÉXICO

 

La sabiduría del pueblo dice que la esperanza muere al último. Los mexicanos hacemos nuestra esta máxima y en cada año nuevo renovamos la esperanza de una mejor administración personal, de una mejor salud a través del ejercicio, la sana comida y más, aunque pocas veces esa esperanza se convierte en una realidad.

La esperanza puede entenderse al menos desde dos acepciones, una a través de lo que Ikram Antaki califica como cultura del infantilismo de la cual hace toda una sátira Chava Reyes cuando dice en una canción: “¿a qué le tiras cuando sueñas mexicano? ¿A hacerte rico en loterías de un millón? ¿Que no debes nada, que tu casa está pagada, que ya no hay que trabajar?”

La otra forma de entender la esperanza es a la que se hace referencia el mito de Pandora donde se narra que Zeus encolerizado porque Prometeo entregó el fuego al hombre, lo quiso castigar a través de liberar todas las calamidades que hoy nos aquejan.

Para esto, creo a Pandora, una mujer extremadamente hermosa y seductora, misma que entregó como esposa a un hermano poco agraciado de Prometeo. El mito dice que cada uno de los dioses dio a Pandora una cualidad femenina, el mismo Zeus le regaló una fina caja con la encomienda de no abrirla.

Pandora desobedeciendo a Zeus abrió la mítica caja y al momento de abrirla salieron en tropel todas las calamidades que azotan a la humanidad. Al final quedó en el fondo de la caja un último regalo, la esperanza.

El diccionario de la real academia de la lengua define la palabra esperanza como estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. Desde su etimología el vocablo se deriva del latín spes, esperar.

La esperanza es un estado mental que nos caracteriza como humanos y nos permite plantear objetivos. La esperanza es también una poderosa motivación para alcanzar nuestras metas y propósitos.

Se puede decir que la esperanza es la génesis de las metas, los proyectos y de nuestra expectativa de futuro. La esperanza es una necesidad humana. Esta necesidad humana nos incentiva a construir un mundo mejor para heredarlo a nuestros descendientes.

Esta necesidad humana la explotan a discreción comerciantes y políticos. Por eso en las campañas electorales, así como en los lemas los partidos políticos explotan esta necesidad humana.

Me di a la tarea de reflexionar sobre cuál es la esperanza de los mexicanos. No acudí a una encuesta que hoy es ya una cultura para saber el sentir o el pensar de la gente, aunque sabemos que los muestreos estadísticos pueden enfocarse en la dirección de quien contrate la consulta

Para identificar cuál es la esperanza de los mexicanos, acudimos a las necesidades expresadas por la gente a través de los diarios, la radio, los programas de televisión, las redes sociales y también de la percepción cotidiana. Se infieren al menos dos componentes de la esperanza de los mexicanos.

Un primer componente es la esperanza de vivir con tranquilidad, en paz, sin violencia. Se tiene la esperanza de poder, como antaño, salir al trabajo, a la escuela o a divertirse a cualquier hora y lugar, sin el temor de ser asaltado, ser victima de extorsión, privación de la libertad, o agresión a la integridad personal y de la familia.

La otra esperanza común a la mayoría de los mexicanos es contar con un trabajo estable y un salario decoroso que les permita satisfacer las necesidades personales y familiares tanto primarias como secundarias.

Por otro lado, vemos con tristeza que las nuevas generaciones que debieran ser la esperanza de México viven en una gran desilusión y desesperanza, de suerte que algunos pensadores se refieren a estos jóvenes como la generación sin esperanzas.

En este contexto, muchos jóvenes, que son nuestra esperanza y quienes habrán de dirigir los destinos del país, buscan una evasiva a la desesperanza ocupados en las tecnologías que nos venden como necesidades básicas, las expectativas fáciles de los youtubers o ensimismados en juegos virtuales que enajenan sus sentidos, los aísla de la realidad y limita el espíritu crítico, la creatividad y el desarrollo humano.

Desde un análisis particular, esta falta de esperanza en nuestros jóvenes tiene sus raíces en el pensamiento dominante individualista y consumista. Hace falta dos enseñanzas asumidas por la UNESCO, como pilares de la educación: aprender a vivir juntos y aprender a ser. Tema que comentamos en una entrega anterior.