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(Nuestra raíz)

“DANZA MUNDIAL POR LA PAZ”

Manuel Gómez Vázquez (Mixcóatl Mikistónal)*

Panolti Niknehuan (Hola mis hermanos):

Las danzas indígenas son rituales, cuyos contenidos simbólicos enmarcan la historia de esos pueblos, ya que en su ejecución se enlaza su pasado con el presente, ofreciendo una narrativa visual cronológica. Son danzas de conquista, en donde los personajes que conforman esas dinámicas dejan al descubierto el proceso de conversión religiosa que va de la cosmovisión prehispánica, al cristianismo español.

La identidad en los pueblos originarios se ha construido desde muchos siglos antes de la llegada de los españoles; entre estos elementos de pertenencia, aparecen los ritos, que, con el sincretismo, sufrieron cambios en sus procesos de integración, fusionando las formas de ambas culturas: la europea y la anahuaca. Estos ritos no desaparecieron por completo, gracias a que los más viejos de las comunidades se encargaron de transmitirlos a los más jóvenes, con el objeto de garantizar su permanencia a pesar del paso del tiempo. En medio de este contexto, la identidad de las comunidades permite posibilidades de igualdad entre ellos, pero distintos a otras poblaciones étnicas. Como consecuencia, en la construcción de esa identidad, los ritos se convierten en un componente indispensable, porque ofrecen cohesión como población diferente a la mestiza, pero sin alejarse de todas las relaciones y dinámicas que se generan cotidianamente en la sociedad actual.

En los pueblos originarios, la danza era mucho más que un simple movimiento corporal; es un lenguaje espiritual que conecta a los seres humanos con la naturaleza, los ancestros y lo divino. A través de la danza, se transmiten conocimientos ancestrales, se celebra la vida, se honran las deidades y se refuerza la identidad cultural. La danza en los pueblos originarios es una práctica fundamental que refleja su cosmovisión, su historia y su conexión con la naturaleza y lo sagrado. 

Función y significado:

  • Conexión espiritual:

Las danzas son un medio para conectar con la naturaleza, los espíritus de los ancestros y las energías universales. 

  • Preservación de la cultura:

La danza ayuda a mantener viva la cultura, transmitiendo historias, canciones y tradiciones de generación en generación. 

  • Celebración de la vida:

Las danzas son un componente central en las ceremonias y celebraciones de los pueblos originarios, expresando alegría y armonía. 

  • Lenguaje ancestral:

A través de los movimientos y los ritmos, se expresan conocimientos, creencias y formas de vida. 

  • Reforzamiento de la identidad:

La danza ayuda a mantener viva la identidad cultural de los pueblos originarios, fortaleciendo el sentido de pertenencia y comunidad. 

  • Expresión artística y cultural:

La danza es una forma de arte que permite comunicar emociones, historias y vivencias. 

  • Transmisión de conocimientos:

Las danzas suelen estar acompañadas de música, cantos y narrativas que transmiten conocimientos ancestrales. 

  • Terapias ancestrales:

En algunos casos, las danzas también pueden ser consideradas como prácticas terapéuticas, con el objetivo de sanar y equilibrar la mente, el cuerpo y el espíritu. 

Tanta importancia tenía la danza y el canto para nuestras culturas primigenias, que existía una escuela que se ocupaba, específicamente de la enseñanza de esas artes, se llamaba “Cuicacalli”, es decir: “Casa del canto”.

El pasado sábado 17 de mayo se llevó a cabo un evento muy especial. El “Círculo de Abuelos Ancestrales”, realizó una gran convocatoria a todos los pueblos del mundo, para que unieran sus energías mediante danzas y pedir por la Paz Mundial y por la Madre Tierra. A este llamado respondieron agrupaciones de varias partes del mundo, entre ellos de China, Arabia, España, Francia, África, Tíbet, Nueva Zelanda, Bélgica, Estados Unidos, Guatemala, Perú, entre otros más, y por supuesto México (que fue quien convocó) en distintas partes de la República. A las 11:00 A.M. tiempo de la Ciudad de México, se coordinaron para danzar al unísono en todas las regiones del mundo. Fue un acto de enorme energía y bendición, los pueblos originarios del mundo se unieron como uno solo, para elevar sus energías de intención por nuestra Madre Tierra. Aquí en Morelos, no podíamos quedarnos atrás y en el poblado indígena de Ocotepec, nos dimos cita en el convento del Divino Salvador, una majestuosa construcción del siglo XVI, construida por manos indígenas bajo la dirección de frailes franciscanos, la cual se comenzó en 1530 y se terminó en 1592. Cabe destacar que en este sitio hoy y antes sagrado, estaba el centro mismo de la comunidad mencionada, por ello se eligió para elevar nuestras danzas y peticiones.

Este gran llamamiento a la Paz Mundial tuvo un enorme éxito; los pueblos originarios del mundo claman por la hermandad de la humanidad, el rescate de nuestro equilibrio biológico y el respeto y amor por nuestra Madre Tierra. Ojalá las danzas, ofrendas y rezos que se hicieron, puedan tener eco, para que la humanidad recupere su esencia para tener un mundo mejor.

Ma Toteotzi mizpalehui miak huan mitzmocuitlahui nochipa (Que Dios les ayude mucho y les proteja siempre).

*Gobernador Superior Indígena y Pluricultural en Morelos.

Fotografía cortesía del autor

La Jornada Morelos