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Para quienes hicieron posible que esta Ley fuera posible. El que persevera alcanza. Y aquí estamos quienes hacemos C33+3, para seguir andando los territorios culturales surianos.

Luego de once años Cultura 33+3 logró que diecisiete de los veinte diputados de la LV Legislatura del Congreso aprobaran el decreto por el que se expide la Ley de Cultura y Derechos Culturales del Estado de Morelos. A través de la diputada indígena Macrina Vallejo Bello, promovente de la aprobación del decreto de expedición, el movimiento cultural de mayor vigor existente en México pone de manifiesto la vitalidad de su agenda y la razón de su existencia: garantizar el ejercicio pleno y gozoso de los derechos culturales de todas las personas y trabajar por un desarrollo cultural incluyente de todas las comunidades de los pueblos surianos de Morelos.

Con el apoyo decisivo de Margarita González Saravia, luego de dos años de parálisis, el proceso se reactivó entre 2019 y 2020, quien en su calidad de entonces Secretaria de Turismo y Cultura, gestionó el acercamiento con la exdiputada Alejandra Flores Espinoza (LIV Legislatura), con la que se integraron las primeras mesas de análisis para la viabilidad jurídica, trabajo secundado por la diputada Edi Margarita Soriano Barrera (LV Legislatura).

Es innegable el partido Morena fue el único que, a pesar de los espasmos de temporalidad, supieron aquilatar la importancia de una ley no para normar a la máxima institución cultural, sino para que la población cuente con un instrumento legal que pueda ejercer en defensa y para el ejercicio de sus derechos culturales.

A pesar de algunos debates rijos, pues la Comisión de Educación y Cultura contaba con legisladoras de formación política conservadora y de derecha, las mesas prosperaron. Fue así como luego de un análisis técnico minucioso por parte de especialistas como Bolfy Cottom de la Dirección de Estudios Antropológicos del INAH y del INAH Morelos, incluso del jurídico de la Secretaría de Turismo y Cultura, el 8 de diciembre de 2021 Cultura 33+3 logró que se aprobara por unanimidad.

Cultura 33+ sorteó un camino en medio de 11 iniciativas: 1.-Ley de Cultura y Arte del Estado de Morelos (Jorge Arizmendi García, PRI); 2.-Ley de Cultura del Estado de Morelos y sus Municipios (Othón Sánchez Vela, PNAL); 3.-Ley de Fomento a la Cultura en el Estado de Morelos (Erika Sánchez Gordillo, PNAL); 4.-Ley de Fomento y Protección al Patrimonio Cultural Material del Estado de Morelos (Humberto Segura Guerrero, PRI); 5.-Ley de Desarrollo y Preservación del Patrimonio Cultural de la Gastronomía del Estado de Morelos (Juan Ángel Flores, PRD); 6.-Ley de Preservación y Protección del Patrimonio Cultural del Estado de Morelos,(Javier Montes Rosales, PRD);7.- Ley para el Fomento de la Cultura del Estado de Morelos (Faustino Javier Estrada González, PVE); 8.-Ley de Cultura para el Estado de Morelos (Rosalina Mazari Espín, PRI); 9.-Ley de Cultura y Derechos Culturales para el Estado de Morelos (Blanca Nieves Rosas Arano, PNAL).

Por su probidad moral, solvencia técnica, calidad moral, resulta impensable que el proyecto político de Margarita Saravia no se nutra de la experiencia de las y los integrantes de C33+3 en lo que serán el Proyecto Estatal de Gobierno, cuyos objetivos estratégicos y modelo cultural deberán reflejarse en el Programa Sectorial de Turismo y Cultura.

Entre muchas cosas, ese documento deberá rediseñar la institución que será la cabeza de sector que rearticule el CEMA, el MMAPO, el Centro Cultural Infantil La Vecindad, el Auditorio Teopanzolco, los museos estatales, independientes-comunitarios y privados, la Escuela de Escritores Ricardo Garibay, y sus relaciones intersectoriales e interseccionales con instituciones como la Facultad de Artes y la Secretaría de Extensión, pero también con toda la UAEM, el INAH Morelos, el Colegio de Morelos, la Tallera Siqueiros, o con programas como Alas y Raíces, así como la gran cantidad de centros de investigación que radican en Morelos, como el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

Somos una potencia cultural que, a partir del reconocimiento estratégico de esa vocación, podemos cambiar el trágico destino de corrupción, frivolidad e ignorancia que no nos merecemos. Nunca más al dispendio ni a la colonización en quien dirija la máxima institución cultural de las y los morelenses.

Ahora, para que la ley entre en vigor, debe publicarse en el Periódico Oficial Tierra y Libertad. El Ejecutivo tiene el balón en su cancha. Le toca meter el gol estableciendo la mesa técnica para la creación de los reglamentos. Para los diputados el trabajo aún no concluye, tienen la oportunidad de reivindicarse con un generoso presupuesto para el año 2024.

Los derechos culturales son derechos, y no privilegios, son derechos para todas las personas.

Aquí no solo estamos acostumbrades a la transformación, sabemos hacer la Revolución.