Angélica Estrada
En Morelos, municipios como Cuernavaca, Jiutepec, Xochitepec, Cuautla y recientemente Jojutla, aplican el programa, comúnmente conocido como “alcoholímetro”.
Las autoridades son insistentes en que se trata de un programa preventivo de accidentes automovilísticos relacionados con la ingesta irresponsable de bebidas alcohólicas, rechazando así, que sea unas estrategias de recaudación para el municipio, pese a que están contemplados en las leyes de ingresos, lo que técnicamente los hace recaudatorios.
Cada semana las autoridades viales o de seguridad reportan el número de personas infraccionadas, por haber rebasado los grados de alcohol en el cuerpo.
Y desde ahí se comienzan con algo que pudiera señalarse como irregularidad, pues mientras en Jojutla se establece en el artículo 16 del programa “Cero Alcohol al Conducir” que la máxima de alcohol al conducir es de 0.44, en Jiutepec es de 0.38.
Por otro lado, el tema de las multas tampoco está homologado, pues cada municipio fija el total de UMAS; en Cuernavaca, por ejemplo, la sanción para quienes conduzcan bajo los influjos del alcohol es de entre 20 y 30 UMAS, es decir, entre mil 924 a casi 3 mil pesos.
Mientras municipios como Jiutepec y Jojutla, las multas contemplan los 66 y hasta 70 UMAS, es decir, casi 7 mil pesos.
Es importante mencionar también, que las multas no contemplan los arrastres de grúa -en Jiutepec es de 3 mil pesos-, los días de corralón.
¿En qué se aplican las multas?
Los alcoholímetros operan por lo regular los fines de semana; a principios de la misma se da un reporte de cuántos conductores fueron infraccionados, pero se omiten referir los montos que esto genera, considerando que son sumas importantes.
Poniendo de ejemplo a la capital, se han referido las sanciones para más de 50 automovilistas, en un fin de semana; si consideramos que las multas pueden ser hasta de 3 mil pesos, en suma, nos da un total de 159 mil pesos.
Hasta ahora, ningún municipio ha diseñado y mucho menos aplicados programas de concientización para, realmente prevenir accidentes.
Tampoco se habla del porcentaje en que han reducido los accidentes viales, pues el operativo inicia con la detección de choferes en estado de ebriedad, la retención del vehículo, la generación y pago de multas y, por último, la liberación de los automóviles, sin que haya acciones de concientización ciudadana, pues sí realmente existieran, cada semana reduciría el número de personas que manejan bajo los influjos de bebidas embriagantes.
Entonces, reiteramos la pregunta: ¿los alcoholímetros son preventivos o de recaudación?