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Fernando González Domínguez*

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“Lo quiero como mi propio hijo después de tenerlo tantas veces en mis piernas” Cesarín, César Costa. César Antero Roel Schreurs.

Ha muerto Xavier López Rodríguez, alias Chabelo. Aunque era amigo de todos los niños alguna vez falté, yo no tan niño, a la invitación a visitarlo en mi búsqueda por colocarme en un primer trabajo aun siendo alumno universitario. El contacto lo hacía mi Tío Gamboín, Ramiro Gamboa, amigo de mi padre y jugador intenso a las carreras de caballos del Hipódromo, donde trabajaba el profesor González Gallegos.

Ahí se la vivía el locutor yucateco al concluir su trabajo infantil. “¡No me falles!” recomendaba don Ramiro al salir de XHGC Canal 5, y no fallaba en correr como caballo a apostar al óvalo de Tecamachalco. Xavier López visitaba también ese recinto con frecuencia pero no para arriesgar sus pesos: iba a vender cigarrillos a las tribunas; eventualmente recibía propinas por consejos ganadores a villamelones. Confiesa él mismo que de eso vivía después de dejar el Bajío, en León, Guanajuato donde antes sembraba papas y verduras para sostenerse con su familia, al regreso de los López Rodríguez provenientes de Chicago, Illinois.

El chef Don José Luis López Barba era dueño de dos cabarets en la Ciudad de los Vientos. Eran los años de la prohibición y un grupo gansteril les destruyó uno de ellos. Doña Eulalia Rodríguez convenció a su esposo de regresar a su natal Guanajuato y poner tierra de por medio a los ataques de los malosos de Chicago que eran tan malos como los que vemos en la tele.

Mexicano de corazón, norteamericano de nacimiento

Allí había nacido meses antes, un 17 de febrero en 1935 el que sería un famoso actor y conductor después de cursar media carrera de medicina, y que a los 18 años fuera reclutado por su ciudadanía americana al servicio militar en San Diego, California. Sólo fueron semanas de milicia pues muy pronto concluyó la guerra de Corea. Xavier fue mexicano por padre, madre y corazón; y norteamericano por nacimiento hasta su partida. Las referencias directas al tema se dividen, sin embargo las más creíbles son que nunca renunció a ser americano y cruzó las fechas en las que ya se podía tener las dos nacionalidades.

El apostador yucateco y el joven cigarrero nunca coincidieron en el Hipódromo de las Américas, cosas del destino. Fue hasta que un vecino, Andrés de la Garza, productor de la pareja cómica del Panzón Panseco, ingeniero de nombre Arturo Manrique y el propio Ramiro Gamboa, quien lo llevara a trabajar a la naciente Cadena Radiodifusora Mexicana, Televicentro en 1952.

Hasta entonces, el aprendiz y el locutor se estrecharon la mano por primera vez. El futuro niñote entró primero como técnico “jala cables” y ejecutivo B, “ve por las tortas, ve por los chescos”, etc. (Chabelo siempre repite esta historia en sus entrevistas). Luego fue actor segundón y asistente de personajes como el productor-conductor de la farándula, Juan El Gallo Calderón.

Decenas de años después, logró la gloriosa exclusividad y los ratings mas altos de la televisión mexicana para segmentos tan diferentes como el matutino dominical En Familia y La Carabina de Ambrosio por las noches a media semana.

Logró como productor colocar en el primer lugar a la comedia “La Güereja” con la actriz María Elena Saldaña y su Papiringo Benito Castro. El dueño de la televisora llegó a decir que la empresa vivió alguna vez sólo de la publicidad de Chabelo, y de la de Raúl Velasco con su “Siempre en Domingo”.

Hay material pa´ventar pa’rriba

Por la cantidad de trozos de audio y video que he visto en las primeras horas desde que se anunció el deceso estoy seguro que los productores y editores de las crestomatías, cápsulas y programas especiales no tendrán problema; hay material pa´ventar pa´rriba . Se demuestra que tuvo una intensa carrera por muchos años.

Ya lo pasaron en blanco y negro con una Verónica Castro jovencita, y con la misma “ Veros” y el Tío Gamboín en programa nocturno; ya lo vi con Cantinflas, con Tin Tán y María Victoria. He visto escenas de sus intervenciones con El Loco Valdés, con César Costa y los Suárez, Alejandro y Héctor.

También apareció Emilio Fernando Azcárraga Jean, nieto de su primer empleador Azcárraga Vidaurreta e hijo de su gran amigo Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo, rindiéndole homenaje al americanista de hueso colorado desde que vio muchos años atrás un partido del América en el extinto Parque Asturias. Siempre subrayó que era azulcrema –hoy águila- desde ese día y no por fuerza de la empresa, insistía.

En entrevista cuenta Xavier decidió no asistir a los funerales del “Tigre” así que el actual dueño de Televisa lo citó en su oficina recién había partido su padre para compartirse un pésame pues era conocido lo mucho que se querían Xavier y Emilio papá.

Se le vio en escenas de películas infantiles y algunos cameos con personalidad de adulto e incluso de mujer. También se le vio tocando la batería -estudió tres años música- y como cantante en programas de variedades y obras teatrales como Sugar con Enrique Guzmán y el primer actor el “puma” Héctor Bonilla fallecido también recientemente. Marcos Valdés, hijo del “Loco” les acompañó en esa exitosa puesta en escena, gratitud y cariño aparte, define a Xavier como un auténtico “todo terreno”, cantaba, actuaba, escribía, tocaba la guitarra, el piano y sobre todo las percusiones. También sabía hacer negocios y entenderse con los anunciantes, agrego yo.

Elegías cibernéticas

En este ejercicio panorámico de una semana de haber partido se puede certificar que entrevistas dio muchas. Oro molido para los productores y editores que no batallarán para armar sus reconocimientos, sus especiales y sus notas en estos días venideros. Las redes demandan más homenajes y seguro los habrá, sin embargo es de destacarse la cantidad de información disponible en el ciberespacio sobre Xavier López “Chabelo”.

Seguro había ediciones ya armadas sobre su vida tal como lo hacía el personaje de la novela de Antonio Tabucchi ,”Sostiene Pereira” quien entre otras tareas estaba dedicado a preparar las esquelas de los ilustres candidatos a dejarnos con cierta anticipación. El periodista lisboeta tenía listos los textos funerarios desde tiempo atrás, y sólo abría su cajón cuando fatalmente se hacía necesario. Hubo ediciones de video y audio que permitían sospechar que había esquelas electrónicas preparadas para nuestro personaje. En lugar de un cajón hoy se abrieron los archivos electrónicos guardados en una nube.

En los años recientes con Chabelo la broma de su longevidad era eterna. Cada vez que partía un personaje, el humor y la irreverencia popular se referían al señor López Rodríguez como el que le ganó la partida a la longeva Reina Isabel II alias “Chabela”. Ese era el tono de sus famosos memes. A pesar de ello, a muchos los tomó por sorpresa el malestar abdominal de la mañana del sábado 25 que lo llevó al ultimo suspiro. Siempre se bromeaba con que este día no llegaría, pero sí, efectivamente, llegó.

En el alud de entrevistas y especiales de emergencia sugirió el actor, bailarín, rey del ingenio del albur y hoy del dicho popular Sergio Corona, que su amigo Chabelo podía ser uno de los 16 trabajadores que conformaban el staff del inicio de las transmisiones del viejo Canal 2. En entrevista, el mismo Chabelo lo confirma en un especial de TV Azteca “La historia Detrás del Mito” con la periodista Atala Sarmiento producido nueve años atrás. “Éramos ocho técnicos de planta ese día del arranque del dos”.

Sergio Corona, sollozante, agradeció como lo harían todos, la amistad con don Xavier, cuya generación casi se ha extinguido. Silvia Pinal, Enrique Guzmán y otros cuantos más acompañan al bailarín hidalguense anfitrión actual del programa “Como dice el dicho”. Recuerda don Sergio la canción que le escribió a Chabelo conocida como “Coco no hay” que desmentía a una generación de padres y madres de familia armados con ese fantasma que sentenciaba: ¡síguele y te va a llevar el Coco!. La generación pionera ya casi se apaga, se la está llevando el Coco.

Fundador de Televisa

Fundador total de Televisa hoy, Xavier se inició como asistente, luego camarógrafo y después floor manager de lo que se conoce como la zona oscura, atrás de las cámaras y no frente a ellas. Esta experiencia técnica fue definitiva para comprender mejor el quehacer de la producción. En ese tiempo hacía sonidos y voces que le aprendió -contado por él con toda justicia- a su maestro Gonzalo Gavira, miembro del equipo ganador del Óscar en 1973 por los efectos de sonido de El Exorcista.

Pasó a la intensidad de los reflectores supliendo a actores secundarios hasta que el multicitado Tío Gamboín le brindó la oportunidad de decir un chiste a cuadro en el lejano 1954 para la emisión Carrusel Musical: al azar abrieron una libreta y leyeron la página sorteada; el protagonista de ese cuentecillo se llamaba Chabelo.

La suerte estaba echada: se rebautizó para siempre, para toda su vida como Chabelo y no como Xavier. Millones le dijeron así y sólo unos cuantos le conocieron por su nombre y muchos menos por su voz. De tesitura barítono la gravedad de su voz fue un secreto este sí a voces. Vivió la mitad de su vida hablando con un falsete imitado cientos de veces por actores y chistosos.

El productor Mauricio Castillo conocido por el programa Otro Rollo con Adalberto Ramones y hoy conductor de “Las Rapiditas”, en el seis de Multimedios, acompañado de la paisana de Chabelo, Vicky Torres, logró, en una de las emisiones de Miembros al Aire de Unicable, conversar con Chabelo imitándolo con mucha destreza y simpatía. La verdadera voz, la de Xavier, desconcertaba a cualquiera que le había visto y oído como el niño grandote. Cuidó celosamente por décadas ese patrimonio sonoro personal e intangible, y tan identificable de nuestra cultura popular. ¿O no cuates?

En familia, pero sin papás

En pleno monitoreo veo que los reporteros de la televisión y algunos jóvenes conductores y conductoras poco saben del personaje y muchos de las entrevistadas y entrevistados en la calle o vía telefónica repiten y repiten el lugar común de que gracias a él se podían dormir un rato más los domingos: los pequeños, muy calladitos ponían a Chabelo con el volumen bajito y gozaban las tres horas del programa que duró nada menos que 48 años, con todo y sus récords Guiness tanto al programa como al personaje. Rebasó por la derecha al “Club del Hogar” de Danielito Pérez Arcaraz y Madaleno; y al controvertido DeporTV que también hizo huesos viejos en el Canal 13, hoy TV Azteca.

Cuenta el conductor López Rodríguez que fue tanta la demanda para asistir al estudio desde su origen, que los quinientos invitados estimados para el programa uno se duplicaron en el mismo programa dos y al final tenían que “sacar” al público 1 a la hora y media de transmisión y darle oportunidad al público 2 -a otros mil invitados- de pasar al estudio la segunda hora y media. Se puede decir que Chabelo inventó en ese tiempo la nana electrónica, hoy sustituida por las tabletas, las redes y los celulares.

*Director General de Factor D Consultores