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Sobre Adalberto Rios

Tres Ríos fluyeron por décadas a través del panorama fotográfico de nuestro país realizando un artístico y profundo trabajo documental sobre el territorio mexicano y las culturas que en él han florecido. El jueves pasado perdimos al más caudaloso de ellos, Adalberto Ríos Szalay, fotógrafo, antropólogo, periodista, funcionario cultural, amante de la cultura en su sentido más amplio, gran conversador, buen amigo, Doctor Honoris Causa, catedrático, maestro, mentor. Nadie es imprescindible, sin embargo, el cauce seco que deja en el paisaje cultural de Morelos va a ser muy difícil de llenar.

Apenas el pasado 8 de junio del 2023 en el Auditorio Juan Dubernard del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, le realizamos un homenaje disfrazado de mesa de reflexión en torno al reconocimiento que, como Memoria del Mundo, la UNESCO otorgó a Archivos Compartidos Tres Ríos (donde los otros dos afluentes son sus hijos, Ernesto y Adalberto). Lo tuvimos que disfrazar porque su modestia no aceptó la laudatoria, pues se sentía más a gusto en un espacio donde en lugar de elogiarlo a él, se discutiera su trabajo.

Yo en buena parte debo a un acto de su generosidad, hace 24 años cuando fue director del entonces Instituto de Cultura de Morelos, mi carrera como promotor y funcionario cultural, pues tras haber visto algo en mi como joven fotógrafo me citó en esa hermosa oficina que ocupaban en el Jardín Borda los directores de ese Instituto, y allí me ofreció su apoyo, lo que desembocó en que me becara para participar en el Diplomado en Gestión Cultural que me cambió para siempre. Tuve oportunidad de agradecerle en vida y de, sobre todo a últimas fechas, cultivar una amistad que atesoro y que seguirá fluyendo hasta que nos encontremos de nuevo en el mar de la existencia. Hasta pronto querido Adalberto.

Rodolfo Candelas


Don Adalberto Ríos Szalay: un hombre universal.

Conocí a Adalberto hace 28 años y con el tuve la oportunidad de recorrer los caminos de su querido estado de Morelos, donde me mostraba la monumentalidad de sus exconventos y exhaciendas y la generosidad de su territorio y sus comunidades.

Me quedo con el gusto y orgullo de su amistad de un hombre universal, que siempre apostó por la identidad cultural de su gente morelense y contribuyó al registro de la historia y la cultura del mundo, de nuestro país y de su estado de Morelos, a través de sus millones de imágenes que logró con su cámara fotográfica al cuello: descanse en Paz el hombre, el artista, el amigo generoso por y para la cultura.

Víctor Hugo Valencia Valera