A pesar de los riesgos para la seguridad personal, la salud y la convivencia social que representa la pirotecnia, la venta de fuegos artificiales no está totalmente prohibida, aunque quienes la practican deben cumplir con una serie de requisitos de seguridad para evitar catástrofes que pueden ser mayúsculas, como las que han ocurrido en varios pueblos de Morelos.
Sólo catorce puntos de venta legal en apenas dos de los 36 municipios de Morelos tienen autorización para comercializar material pirotécnico para la temporada decembrina, de acuerdo con la información de la dirección de Protección Civil Estatal. Todos los espacios autorizados se ubican en Puente de Ixtla y Xoxocotla, municipios al sur del estado.
El director de Protección Civil estatal, Víctor Manuel Mercado Salcedo, quien refirió que se instalarán diversos tianguis para su distribución, al afirmar que previamente la dependencia a su cargo llevo a cabo una capacitación con los vendedores para su correcto manejo y uso, a fin de evitar accidentes.
“Deben de ser alrededor de 90 familias entre Xoxocotla y Puente de Ixtla que se beneficiaron con esta capacitación para almacenar y vender, gracias a los talleres que se realizaron de la mano con la Coordinación Nacional de Protección Civil. La licencia que se entrega es una”, dijo.
En este sentido, indicó que el permiso correspondiente fue otorgado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que es el único ente autorizado para hacerlo, por lo que conminó a la población a evitar riesgos y acudir a los dos puntos estatales en donde se acreditó la venta, distribución e incluso su fabricación.
“Si hay alguna queja por parte de la ciudadanía puede levantar su queja ante Licencias Federales para que a su vez con la Sedena se realicen operativos. Los menores de edad no pueden usar pirotecnia bajo ninguna circunstancia y jóvenes supervisados por adultos. Nunca los lleven en bolsas de plástico o en los pantalones o mochilas. Siempre deben de ir en bolsas de papel o cajas de cartón para transportarlos de manera segura”, abundó.
Si pese a las dificultades y el riesgo que significan aun quieres adquirir y quemar cohetones, debes tener en cuenta las recomendaciones de seguridad de los expertos:
- Los niños solo deben ser espectadores, no deben comprar, quemar o guardar en los bolsillos fuegos artificiales.
- No permitas que los menores se acerquen al área de almacenamiento, montaje o quema.
- Evita que se lleven los cohetes a la boca.
- Los lugares de almacenaje de pirotecnia deben ser fríos y secos y lejanos de instalaciones eléctricas o fuentes de fuego o calor.
- Quienes manipulen los explosivos deben lavarse las manos con jabón.
- No deben quemarse los fuegos en objetos como botellas, latas, cajas o piezas de metal
- Cuando un cohete se “ceba” (no prende), no debe intentarse encenderlo nuevamente, deberá mojarse completamente durante cinco minutos para evitar se active y explote de forma imprevista.
- Evita la caída de residuos de los fuegos pirotécnicos cerca de tanques de gas y en terrenos baldíos, o espacios inflamables, para evitar incendios.
- Evita encender los cohetes en las manos, la forma correcta es la colocación en el suelo en espacios abiertos sin apuntar a personas, animales o árboles.
- Verifica que la mecha del cohete sea lo bastante larga para dar tiempo a alejarse después de encenderlo.
- Preferentemente, usa lentes de protección y prendas de algodón cuando enciendas cohetes, evita la ropa sintética.
Recuerda que el uso de pirotecnia puede ocasionar daños al medio ambiente, los animales, tu familia y amigos o a ti mismo:
- Contamina el aire con monóxido de carbono y partículas suspendidas que pueden contener sodio, cobre, estroncio, litio, antimonio, magnesio, aluminio y hasta bario (material radioactivo)
- Contamina el agua con perclorato de sodio.
- Daña la salud y la capacidad auditiva de los animales, también les provoca miedo y estrés. Además que las partículas químicas suspendidas son respirables y empeoran enfermedades preexistentes y favorecen el desarrollo de nuevas.
- Al riesgo de accidentes provocados por la pirotecnia, las investigaciones sanitarias han mostrado un aumento del daño a la salud en adultos mayores, personas con padecimientos cardiacos, con discapacidades neurológicas o cognitivas, síndrome de Down o Asperger, bebés, niños y niñas con trastornos del espectro autista y trastornos generalizados del desarrollo.