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Coaliciones y cismas en los partidos

En la política de Morelos el 2023 empezó ha durado trece meses. Semanas antes de que iniciara el año, el estado empezó a llenarse con propaganda electoral de lo que sería el proceso interno que más llamara la atención en el círculo rojo, la designación de precandidatos de Morena a la gubernatura del estado. Espectaculares, bardas rotuladas, pendones, pegotes en unidades del servicio público, lonas, promovían la imagen de servidores públicos del ámbito federal, estatal y municipal, todos ellos en pugna por ser nombrados “coordinador de la defensa de la cuarta transformación en Morelos”, un eufemismo para “precandidato” con que se buscaba no infringir la ley electoral local que permitía las precampañas hasta el entonces muy lejano diciembre del 2023.

La abundancia de propaganda electoral y de promoción personalizada fue motivo de quejas ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), que desde enero inició los procesos especiales sancionadores entonces contra servidores públicos y luego contra ciudadanos, que al término del año superaban las noventa en proceso de solución y que incluían la publicidad electrónica que los aspirantes hacían a través de páginas web o redes sociales. Sólo en Facebook, ocho de los aspirantes habían gastado a mediados del año 933 mil pesos en posicionar su imagen, y aún no había siquiera convocatoria para el proceso interno.

El inicio de los procesos sancionadores y del retiro de propaganda por parte del ayuntamiento de Cuernavaca, hizo que los aspirantes hicieran deslindes públicos de la misma. La primera en acusar no ser autora de la publicidad que se ubicaba en las calles de Morelos fue Margarita González Saravia, luego lo haría Víctor Mercado Salgado. Documentos similares fueron requeridos al iniciar el proceso interno del partido, en septiembre, para todos quienes aspiraban a la nominación de Morena.

Pero pese a los llamados y los esporádicos retiros de material publicitario, todos derivados del dictado de medidas cautelares por parte de la autoridad electoral, los equipos de los aspirantes volvían a colocar la propaganda política incluso con atrevimientos mayores, como el usar el mobiliario urbano sin autorización, conducta sancionada por los ayuntamientos.

El catálogo de aspirantes de Morena a la nominación por la gubernatura en el primer semestre del año era muy amplio: Cecilia Rodríguez González, Víctor Mercado Salgado, Sandra Anaya Cuevas, Ulises Bravo Molina, Rodrigo Arredondo López (todos ellos identificados con el gobernador, Cuauhtémoc Blanco); Margarita González Saravia, Juan Salgado Brito, Rafa Reyes Reyes, Juan Ángel Flores Bustamante, Arnulfo Montes Cuén, Juanita Guerra Mena, Rabindranath Salazar Solorio, Brenda Espinosa, Tania Valentina Rodríguez, Sergio Pérez Flores, Edi Margarita Soriano, Mario Rojas Alba, Agustín Alonso Gutiérrez, y Lucy Meza Guzmán.

Un grupo de personas haciendo gestos con la mano

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Lucy Meza Foto: Especial

El equipo del gobernador decidió muy pronto depurar su listado de aspirantes y bajó de la contienda a Cecilia Rodríguez, las dos opciones que Cuauhtémoc Blanco pedía apoyar en reuniones privadas, según miembros de su gabinete, eran Víctor Mercado y Sandra Anaya; aunque también tenía plan b y hasta c con algunos alcaldes y diputados afines.

Para la mitad del año, sin embargo, la contienda parecía cerrarse entre los aspirantes, Lucy Meza, senadora y aguda crítica del gobernador, encabezaba las mediciones de encuestadoras privadas seguida por Rabindranath Salazar, Juan Ángel Flores, Margarita González y Víctor Mercado. La distancia que tenía Lucía Meza sobre los otros contendientes era aparentemente insalvable entonces. El impacto de la propaganda era enorme, los que más habían gastado hasta entonces en publicidad eran Víctor Mercado, Margarita González, Lucy Meza y Rabindranath Salazar, de acuerdo con reportes de Meta, la empresa propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp.

Empezó la integración del Frente Amplio en Morelos

El 26 de febrero miles de morelenses se unieron a la protesta nacional en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) en lo que fue llamada la Marea Rosa. El mayor contingente del estado marchó de la iglesia de El Calvario al zócalo de Cuernavaca, en Cuautla y Jojutla también hubo movilizaciones, aunque mucho más modestas.

La marcha fue el germen para que la sociedad civil de Morelos, a través de diversas organizaciones, empezara a presionar a los partidos de oposición para la integración de una coalición en Morelos. La idea era plantear un símil de la coalición nacional Frente Amplio por México, desde la que se nominaran candidaturas a todos los puestos de elección popular.

Las reuniones preparatorias comenzaron con los mismos que habían organizado la Marea Rosa en el estado apenas unos días antes. Conforme se avanzaba se fue convocando a más personajes de la sociedad civil y algunos exfuncionarios públicos.

En agosto se empezaba a definir la nominación del Frente Amplio por México a la presidencia de la República, ya para entonces la versión morelense de la coalición había tomado bastante forma con la participación de más de una decena de organizaciones ciudadanas que se reunían frecuentemente con los dirigentes del PAN, Dalila Morales; PRI, Jonathan Márquez; PRD, Sergio Prado, quienes a su vez se dejaban fotografiar en reuniones públicas todos juntos.

Imagen que contiene persona, parado, frente, sostener

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Margarita González Saravia, Foto: Especial

La designación de Xóchitl Gálvez como aspirante única del Frente a la presidencia de la República parecía consolidar en automático la versión morelense de la coalición opositora, pero no fue así. El frente en Morelos tenía partidos y organizaciones de la sociedad civil, líneas generales de organización, método de selección, pero carecía de candidatos que, además, debían cumplir con las condiciones mínimas establecidas en los acuerdos de integración. El primero era que la nominación a la gubernatura tendría que ser para una mujer, lo que en automático descartaba a quien, entonces se percibía como la mejor opción para la nominación a la gubernatura, el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui.

La coordinadora de la fundación Municipios en Movimiento, del partido Movimiento Ciudadano, Marisol Becerra de la Fuente, aún hacía intentos por acercar al partido naranja el Frente. No tendría éxito, así que el 21 de septiembre haría el último intento invitando al que aún era su partido a unirse a las reuniones. Días después dejó las filas y se incorporó definitivamente a la coalición opositora.

Ya en septiembre, algunas organizaciones vinculadas con el Partido Acción Nacional presionaban a los partidos del frente para cerrar las puertas a cualquier político que tuviera vínculos con Morena. Las alternativas para candidata opositora a la gubernatura eran Mayela Alemán, Teresa Domínguez, Marisol Becerra y Brenda Valderrama.

El cisma de Morena

A finales de septiembre, Morena empezó el registro de quienes buscaban participar en la encuesta para definir al coordinados de la defensa de la cuarta transformación en Morelos. Lejos de adelgazarse la lista de aspirantes creció. 31 políticos se anotaron para ser considerados en la medición que sólo incluiría a seis de ellos.

El último día del mes, el Consejo Estatal de Morena se reunió para definir cuatro propuestas, Margarita González Saravia, Rabindranath Salazar Solorio, Víctor Mercado Salgado y Sandra Anaya Cuevas, que estarían en la encuesta. El órgano, dividido en dos partes, la mitad equipo del gobernador y la mitad rivales, había tomado una decisión salomónica, dos contendientes de cada grupo, pero en ella eliminó a Lucy Meza.

Ya a mediados de octubre y ante la posibilidad de que la senadora Meza fuera incluida por la Comisión Nacional de Elecciones en la encuesta de Morena, se presentaron tres recursos de queja contra la aspirante en la Comisión de Honor y Justicia que, como medida cautelar, determinó que Lucía Meza Guzmán no podría participar en el proceso interno, dada su presunta relación con el fiscal Uriel Carmona Gándara, quien para entonces era el principal enemigo de Morena en Morelos.

Pese a que la Senadora buscó la protección de la justicia electoral, los tiempos no dieron para que fuera incluida en la medición. Morena determinó que la ganadora entonces era Margarita González Saravia y el segundo lugar Víctor Mercado Salgado, con lo que la primera sería candidata a la gubernatura y el segundo disputaría un escaño en el senado como cabeza de fórmula.

Frente a ello, Lucy Meza renunció a Morena el 8 de noviembre. En su carta de retiro del partido expuso que lo sucedido en torno al proceso interno “ha sido permitido y tolerado por los liderazgos y autoridades internas que han convertido a Morena Morelos en un partido de imposiciones bajo las órdenes de Cuauhtémoc Blanco”. Y añadía: “Morelos vive una emergencia de inseguridad y corrupción. Desgraciadamente Morena no tiene ojos para nuestra entidad, no les importa que gobierne un bandido. Cuauhtémoc Blanco quiere mantenerse en el poder por eso tiene secuestrado al partido, quiere que el siguiente gobierno solape toda su corrupción y robadera”.

Un día después de su renuncia a Morena, Lucy Meza Guzmán fue presentada como la candidata del Frente Amplio por Morelos a la gubernatura del estado.

Las definiciones en el Frente Amplio

Desde finales de octubre, cuando empezaron a cerrarse las puertas a la senadora Meza en Morena, dirigentes de la oposición buscaron acercamientos con ella. Todo el mes duraron las pláticas con el Frente y otros partidos, que se intensificaron las últimas dos semanas del mes, ya con una definición mucho más clara, Lucy Meza no iría con Movimiento Ciudadano, ni con el Verde Ecologista, tampoco con Morelos Progresa. A invitación directa de los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD, Lucy Meza sería la candidata de la alianza opositora.

El mismo mes de octubre, Mayela Alemán buscaba cerrarle el paso a la senadora. Advertía que era un contrasentido la designación dada su pasada militancia en Morena y pedía a las dirigencias locales no aceptar a Lucy Meza como su candidata. El PAN estatal fue el que más tardó en hacerlo.

Los rumores sobre la participación del PAN en la coalición se disiparon finalmente el dos de diciembre, cuando en la Alameda de Cuernavaca, frente a cientos de simpatizantes panistas y cuadros distinguidos del partido, el dirigente nacional, Marko Cortés, entregó a Lucy Meza la constancia como precandidata a la gubernatura por ese partido.

Un grupo de personas de pie

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Jessica Ortega Foto: Especial

Movimiento Ciudadano no va solo

El 21 de noviembre, Jessica Ortega de La Cruz, quien hasta semanas antes se perfilaba como aspirante al Senado de la República por Movimiento Ciudadano, anunció que buscaría la nominación a la gubernatura posición que disputarían en coalición con Morelos Progresa, un partido local integrado primordialmente por ex diputados de la LII Legislatura local.

La precandidata advirtió “en mi cabeza no está perder, yo voy a ganar y voy a ganar porque Morelos merece tener una gobernadora que no tenga ataduras con nadie”.

Tres coaliciones disputarán la gubernatura de Morelos

El 25 de noviembre, último día para hacerlo, se registraron tres coaliciones ante el Impepac. Juntos Seguiremos Haciendo Historia, formada por los partidos Morena, del Trabajo, Nueva Alianza, Verde Ecologista, Encuentro Social y Movimiento Alternativa Social; Movimiento Progresa, de Movimiento Ciudadano y Morelos Progresa; y Fuerza y Corazón por Morelos, PAN, PRI, PRD y Redes Sociales Progresistas, como la única coalición total.

Morena y todos sus aliados irían juntos sólo por la gubernatura, además de buscar junto con PT, PNA, PES y MAS, once ayuntamientos y seis diputaciones locales. Movimiento Progresa concursaría por la gubernatura, ocho de las doce diputaciones locales, y 18 ayuntamientos.

La fragilidad de Juntos Seguiremos Haciendo Historia.

Apenas a unos días de haber signado la coalición con Morena por la gubernatura, el Partido Verde Ecologista presentó ante el Impepac, el siete de diciembre, un oficio en que notificaba su salida de la alianza partidista. El divorcio duró apenas unas horas. Al día siguiente el mismo firmante del oficio de renuncia a la coalición, presentó un nuevo documento en que pedía ignorar el contenido del oficio anterior con lo que el PVEM seguiría en coalición por la gubernatura con Morena y el resto de sus aliados.

Los rumores de ruptura en la coalición han seguido hasta este fin de año, ahora refiriendo la intención de eliminar a la diputada Tania Valentina, del PT, de la candidatura al Senado de la República en la segunda posición, intención que tendría el grupo afín al gobernador, Cuauhtémoc Blanco quien considera a la diputada petista una de sus adversarias políticas. Sin embargo, la ya precandidata a la gubernatura, Margarita González asegura que la coalición está firme.

Otros críticos del gobernador que buscan candidaturas en la alianza oficialista o solo por Morena son los diputados, Agustín Alonso Gutiérrez quien intentará ser nominado a la alcaldía de Yautepec; Paola Cruz Torres, Alberto Sánchez Ortega, Macrina Vallejo Bello, y Alejandro Martínez Bermúdez, que buscan la reelección; Alejandra Flores, por la alcaldía de Cuernavaca, Carmen Genis, por la de Cuautla; Rafael Reyes Reyes y Juan Ángel Flores Bustamante, que intentan la nominación a diputados por el sexto y décimo distritos; entre otros.

Los órganos electorales en la inopia

Desde hace más de una década, los órganos electorales locales han tenido que enfrentar la falta de recursos para los procesos comiciales. La asignación de sus presupuestos para el 2024, año en que habrá elección de gobernador, Congreso y ayuntamientos, concurrente con la de senadores, diputados y presidente de la República, apunta a la repetición de esa realidad.

El Impepac, responsable de la organización y operación de las elecciones locales del 2 de junio, solicitó un presupuesto de 459 millones 712 mil pesos, que consideraba austero para el tamaño de la elección en que podrían participar más de un millón 500 mil morelenses y 10 mil votantes desde el extranjero de acuerdo con el listado nominal actualizado este mes. Sin embargo, el Congreso local autorizó un gasto de sólo 340 millones 712 mil pesos.

El Tribunal Electoral del Estado de Morelos pasa por una situación aún más grave. La solicitud de presupuesto hecha por el órgano jurisdiccional fue de 66 millones de pesos para enfrentar la enorme carga de trabajo que supone un proceso electoral y la tendencia de los mismos a judicializarse. El Congreso local autorizó un gasto de alrededor de 40 millones de pesos, 26 menos que lo solicitado.

Los órganos electorales de Morelos esperan la publicación del presupuesto de egresos para determinar si se buscará controvertirlo en tribunales o solamente acudir a la vía administrativa de solicitudes de ampliación presupuestal.