Felipe Martínez Meza, director encargado del Área de Protección de Flora y Fauna del Corredor Biológico Chichinautzin, hizo un llamado a la población para evitar causar daños a este espacio natural que enfrenta cada día mayores riesgos debido a la creciente invasión de tierras e incendios que afectan su ecosistema.

El entrevistado señaló que recientemente se han realizado estudios en los que se han identificado diversas especies de felinos y aves que están siendo amenazadas por la acción del ser humano. También se han detectado casos de caza furtiva y tala clandestina. Por lo tanto, enfatiza la importancia de combatir estas actividades, ya que el corredor es el hogar de diversas especies.

“El principal riesgo para estas especies es la pérdida de su hábitat. Hay múltiples causas, como los incendios forestales, que no solo provocan la destrucción del hábitat, sino también la pérdida de hogar para estos animales. La invasión de terrenos, incluso en áreas donde no se permite este tipo de actividad, también contribuye a esta situación. A menudo decimos que los animales nos están invadiendo, como ocurre en el norte del país, donde vemos la presencia de osos negros que entran en las casas, pero creo que es al contrario; nosotros estamos invadiendo su hábitat”, explica.

En ese sentido, destaca la importancia de evitar estas situaciones para evitar experiencias negativas. Asimismo, subraya la “urgente necesidad” de fortalecer los lazos de colaboración con otras dependencias federales, estatales y municipales para actualizar instrumentos normativos, como los programas de ordenamiento ecológico del territorio, los programas de desarrollo urbano y los programas de manejo de áreas naturales protegidas.

“Esto nos permitirá tener un mejor control y evitar este tipo de situaciones. Es complicado establecer un porcentaje exacto de pérdida diaria, ya que se necesita un monitoreo constante”, agrega el biólogo.

El biólogo hizo un llamado a la ciudadanía en general para que, cuando visite áreas naturales protegidas, lo haga con un sentido de responsabilidad y respeto. Estas áreas “nos brindan belleza escénica y una gran diversidad de aspectos que podemos disfrutar, pero siempre bajo el principio de no llevarnos flora ni piedras, respetar los cuerpos de agua y disfrutar de la naturaleza de manera responsable y sostenible”.