La falta de nombramiento de magistrados interinos en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha llevado a que las víctimas de violencia familiar experimenten retrasos en el proceso judicial, debido a la existencia de siete magistraturas vacantes.

Según Gabriela Enríquez Guerra, la rotación de jueces y el reenvío constante de expedientes entre diferentes jurisdicciones solo han contribuido a retrasar los juicios, lo que puede tener graves consecuencias, especialmente para los niños involucrados.

“Cuando los casos familiares no se resuelven, se ven obligados a abrir otros juicios para buscar justicia. Por eso, tuve que abrir un expediente de patria potestad y otro en la Ciudad de México por sustracción de menores y violencia familiar, que son de naturaleza penal. Todo esto se debe a la falta de resolución en los asuntos familiares”, explicó.

En este sentido, Enríquez Guerra enfatizó la necesidad de que las autoridades lleguen a un consenso para garantizar que la justicia y el orden prevalezcan en el Poder Judicial y que los casos se resuelvan de manera oportuna. Confía en que estos cambios sean positivos y se realicen con buenas intenciones para promover la transparencia.

“Si ya de por sí hemos experimentado retrasos, lo que me preocupa es que aún tengamos que esperar más”, agregó.