loader image

 

Eliacín convoca a marchar… y piden su renuncia

 

Cientos de maestros morelenses convocados por el director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, Eliacín Salgado de la Paz, a una marcha por la paz, decidieron en el transcurso de su recorrido, cambiar el objetivo de la movilización, exigiendo la renuncia del funcionario y la salida del gobernador, Cuauhtémoc Blanco.

La marcha de los trabajadores de la educación para exigir seguridad partió de la glorieta del Niño Artillero, al sur de Cuernavaca, y avanzó por la avenida Morelos rumbo al centro de la ciudad. Muchos de los participantes estaban seguros de que llegarían al zócalo, donde podrían exigirle al gobernador, Cuauhtémoc Blanco, reforzar la seguridad en todo el estado. Por eso, cuando el contingente se detuvo apenas a la mitad del camino, los profes se extrañaron.

Eliacín Salgado de la Paz se había detenido e indicaba de voz en voz a todos sus operadores, funcionarios del IEBEM y sus supervisores aliados, que ahí terminaría la movilización del magisterio. La parada parecía muy políticamente calculada. Eliiacín detuvo el contingente en la esquina de Avenida Morelos y Motolinia, para muchos la esquina del supermercado Soriana, pero para Eliacín y los suyos, el punto más cercano al Ayuntamiento de Cuernavaca (ubicado a menos de media cuadra), al que intentó dirigir la protesta.

Era tarde para intentarlo, en el contingente asomaban cartulinas fluorescentes con las consignas “Fuera Cuauhtémoc”, “Ni una más, fuera Cuauhtémoc Blanco”, y la que probablemente le dolía más al director del IEBEM: “Fuera Eliacín”. Otras, bllancas, anotaban “Sr. Gobernador Exigimos seguridad. Va de salida y es decepción total. Fuera ya”, “no me mates, ayúdame a educar a tus hijos”, “Gobierno corrupto”.

En el mitin del crucero, los familiares de la maestra de educación física Nayeli, asesinada durante un asalto hace unos días en la calle Cuauhtemotzin, externaban su deseo de paz y la urgencia por acabar con la inseguridad en Cuernavaca y el resto del estado. Pero los maestros querían ir al zócalo y exigir al gobernador lo mismo que se pedía ahí a media calle a nadie que escuchara.

Un funcionario del IEBEM intentaba acallar a los profes que exigían con el coro “zócalo, zócalo”, continuar la marcha. “Hay una explicación, mis respetos para quienes están pidiendo zócalo, el acuerdo que se tomó fue que se iba a hacer el mitin. El acuerdo tomado por la comisión junto con los familiares y la mamá y las hermanas (de la maestra víctima), es que la protesta… la protesta es en la presidencia municipal, la presidencia municipal está aquí. Ese fue el acuerdo que se tomó, en la convocatoria que se mandó por todos lados fue que el mitin iba a ser en la presidencia municipal y por lo tanto aquí se va a realizar”. Decía una voz por sonido improvisado sobre una camioneta, que era rebasada ya por muchos maestros que decidieron seguir su trayecto.

“El zócalo está cerrado”, decían los funcionarios del IEBEM entre espanto y enojo. Era cierto, en la Plaza de Armas está la Villa Navideña. Pero eso no molestaba a los profes. La idea era llegar lo más cerca posible del Palacio de Gobierno para que el Ejecutivo estatal los escuchara.

El horno no estaba para bollos, lo que explicaba los gritos de “fuera, fuera”, cuando Basilides Nava Ariza, supervisor y aliado político de Eliacín Salgado trató de dirigir la furia del magisterio contra el ayuntamiento de Cuernavaca y la Fiscalía General del Estado, advirtiendo que si no hay justicia para la maestra Nayeli en 30 días, se radicalizarán las movilizaciones.

Y con el grito de “zócalo, zócalo” se rompió el primer cerco y los profes llegaron al zócalo. Ahí compartieron espacio con la Villa Navideña y exigieron justicia, pero también, como habían repetido durante todo su peregrinar, la renuncia del gobernador, Cuauhtémoc Blanco y del director del IEBEM, Eliacín Salgado y funcionarios que le acompañan. Porque el reclamo también era para ellos: “Las y los maestros también peligran cuando el IEBEM asigna horas y plazas muy lejos hasta la chingada”, anotó una maestra en su cartel. “Cuauhtémoc, corrupto, el magisterio está de luto”, repitieron los maestros junto al gigantesco árbol navideño del zócalo, “Cuauhtémoc decía que todo cambiaría, mentira, mentira: la misma porquería”, se seguía escuchando su grito en las calles.

 

Foto: Cortesía